Contenido creado por Gerardo Carrasco
Judiciales

¿Antropo qué?

“Antropológicamente te das cuenta”: en prisión, Penadés insiste en que no abusó de menores

En una entrevista, disparó contra la fiscal Ghione y habló del temor a lo que vendrá. “Si esto sale mal, voy a morir en una cárcel”.

25.09.2025 09:16

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2025-09-25T09:16:00-03:00
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En marzo de 2023, la entonces militante nacionalista trans Romina Celeste Papasso lanzaba una bomba mediática que acarrearía numerosas consecuencias:  denunció a Gustavo Penadés, entonces senador por su partido, por presuntamente haber abusado de ella años atrás, cuando era menor de edad y usaba una identidad de varón.

Penadés fue desaforado y a la causa se sumaron nuevos denunciantes. Llegó entonces la imputación, y desde octubre de 2023 el exlegislador se encuentra en prisión preventiva acusado de 22 delitos sexuales.

El próximo 10 de octubre caduca el plazo para esa prisión preventiva. En ese momento, la Fiscalía deberá presentar formalmente la acusación con los elementos que haya recabado y comenzará el juicio.

En el contexto de esa “recta final” hacia los tribunales, Penadés concedió una entrevista al Semanario Búsqueda. Con ese fin, los periodistas Federico Castillo y Macarena Saavedra se trasladaron hasta la cárcel de Florida, donde se encuentra recluido el reo.

Esto lo aguanto porque estoy acá. Mirá que lo aguanto porque estoy acá, ¿eh?”, son las palabras con las que el presidiario recibe a los entrevistadores. El comentario tiene sentido, ya que el penal floridense es un sitio apacible y ordenado, donde se alojan reclusos de baja peligrosidad. Algo muy distinto al panorama infernal que se vive en centros como el Comcar.

Ya entrando en materia, Penadés se apresura a reivindicar su inocencia y dice que, desde el momento de la denuncia inicial, afronta “una realidad que tiene ribetes tragicómicos” generada por “una conspiración o una trama” de la que “Romina Papasso y Jonathan Mastropierro son parte”, expresa, y menciona a otro de los denunciantes.

“Con mucha serenidad me he comido estos dos años acá adentro, enfrentando un jacobinismo digital como pocas veces se ha visto y enfrentando una organización que tuvo en la Fiscalía un asociado y un aliado: la fiscal Ghione, que sistemáticamente trabajó no en su función de la búsqueda de la verdad, sino partiendo de la premisa de que era todo verdad. Y, además de eso, manteniendo relaciones inapropiadas con los denunciantes”, critica.

Para Penadés, la fiscal “está involucrada de alguna manera” en esa “trama” en la que surgieron denuncias de presuntos hechos, algunos de los cuales se remontarían a treinta años. En ese sentido, Penadés recuerda que una de las denuncias proviene de alguien que era un menor entonces, y señala que a la sazón él también lo era.

En cuanto a la motivación por la que habría surgido esa conjura, aventura razones de lucro. “Por el dinero. Los primeros por el dinero. Y los segundos no vinieron, la Fiscalía los fue a buscar. Fue la Fiscalía la que recibía información, de gente que, ponele, no me quería o no sé, y daban el nombre de alguien. Y ahí empezaba la cosa”, dice.

“En el fondo creo que hay bastantes vestigios de homofobia. Y no me quiero victimizar. Lo he asumido esto con tranquilidad, con serenidad, porque sé que soy inocente. […] pero estoy absolutamente sereno porque me doy cuenta de que la indefensión que tengo es absoluta. No conozco a los denunciantes, sus nombres, sus caras ni los lugares en los que supuestamente los pasaba a buscar. Cuando dicen que eso está previsto en la ley, sí, es verdad, pero no están previstas las tres cosas juntas: sin identidad, voz distorsionada y sin imagen. Es la primera vez que se aplican las tres al mismo tiempo”, expresa.

En el extenso reportaje, reconoce haber frecuentado el Parque Batlle en otras épocas, cuando todavía no era un sitio de prostitución, y también haber pagado por sexo.

Alguna vez sí pagué. Pero no hay que tenerle miedo a eso tampoco. Porque ahí está: esas preguntas a un heterosexual no se las harían”, señala.

Del mismo modo, cuenta que tuvo un encuentro sexual con Mastropierro, y aclara que este era mayor de edad en ese momento, y que estaba al tanto también de que el joven había grabado ese encuentro.

En cuanto a las acusaciones de abuso de menores, sostiene que jamás salió con un menor. “Mi obsesión permanente era esa: no enfrentarme mañana a una situación como esta. Era mi obsesión”.

Interrogado sobre si pedía cédula de identidad a los jóvenes con los que se relacionaba, reacciona con sorpresa. “No, ¿dónde se ha visto? Pero, además, porque antropológicamente de una persona de 14 años te das cuenta que es diferente a una de 18”, argumenta, para negar luego tener “inclinación” por los menores de edad.

“¡Estás en pedo! Tengo sobrinos de… Me moví toda la vida en un ámbito en el que… Valores fundamentales”, musita.

En cuanto al inminente juicio, asegura que está deseando que comience, porque confía en que su defensa podrá probar su inocencia. Mientras tanto, en la cárcel, piensa largamente sobre su situación.

“Pienso en todo. Pienso desde la injusticia, hasta que, si esto sale mal, me voy a morir dentro de una cárcel —y no me quiero victimizar—, hasta qué hago cuando salga, me faltan dos años para jubilarme. Pienso en lo que sufre mi familia, cómo voy a reparar el daño que les han ocasionado a ellos, en cuál va a ser mi futuro”, refiere.