Securitas Uruguay es la empresa pionera del sector de la seguridad privada en contratar personas con discapacidad para sus tareas de vigilancia. El programa Vigilancia Inclusiva cumple tres años generando oportunidades de trabajo para personas con algún problema motriz que tenían muy difícil su ingreso al mercado laboral.

Fue en el 2013 cuando Securitas decidió innovar e implementó el primer servicio inclusivo de seguridad en Uruguay, a través de tareas mixtas desempeñadas por personas con y sin discapacidad.

En estos tres años ingresaron ya 10 personas a trabajar en este programa especial, cumpliendo tareas de vigilancia para importantes clientes como centros comerciales y grandes supermercados, así como también en espacios públicos. Realizan recorridas, monitorean cámaras de seguridad y trabajan en la respuesta telefónica de emergencias. 

El objetivo ahora es por lo menos duplicar la cantidad de personas que participan de este programa de inclusión social creando nuevas alianzas con los clientes. Para ello se inició un nuevo ciclo de capacitación y talleres de sensibilización para empresas.

"Estamos convencidos que la equidad y la inclusión es el camino de las oportunidades", señaló Soledad Collazo, coordinadora del Programa de Vigilancia Inclusiva de Securitas Uruguay.

Esta iniciativa fue reconocida por diferentes organizaciones que promueven la temática de la discapacidad y la inclusión, como DERES (Responsabilidad Social Empresaria), PRONADIS (Programa Nacional de Discapacidad), y las Intendencias de Montevideo, Canelones y Maldonado.

También fue replicada con éxito en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica y Perú, con más de 200 personas con discapacidad incluidas hasta la fecha.

TESTIMONIO. Sebastián Silvera tiene 35 años y es Operador de Monitoreo en Securitas: "En el 2011 sufrí un accidente de tránsito, me diagnosticaron cuadriplejia, pero ahora puedo moverme de la cintura para arriba y tengo sensibilidad en las piernas. Me costó mucho conseguir trabajo. Mi suegro me contó sobre el programa de Vigilancia Inclusiva y hoy soy parte del equipo de Securitas. Me siento muy bien, me da independencia y tengo ganas de progresar. Si hay algo más para aprender lo voy a aprender."

Sebastián se moviliza en silla de ruedas y dice no sentirse discriminado, aunque sí a veces se siente observado. Escucha murmullos de gente a la que le llama la atención ver a un guardia en silla de ruedas, principalmente a los niños. "Papá, ¿el señor está en silla de ruedas para ir más rápido?", preguntó un niño una vez. A Sebastián le causó gracia, pero nada lo desconcentra: "Por más que esté en sillas de ruedas uno igual impone presencia", asegura orgulloso de su trabajo.