Silvia Emaldi es la primera mujer en ocupar la presidencia de UTE en toda la historia del organismo.

El semanario Crónicas, a través de la pluma de Magdalena Raffo, le realizó una extensa entrevista en la que Emaldi habló sobre sus planes para este período.

"La empresa debe brindar un servicio público eficiente, para lo cual hay que seguir trabajando en la automatización de procesos y en la incorporación de nuevas tecnologías que aporten a la mejora y agilidad de la gestión", indicó en la nota.

Raffo le preguntó sobre el anuncio de cortes de energía para los clientes que mantengan deudas con UTE a partir de octubre, pese a la pandemia.

"UTE, desde el inicio de la pandemia, ha tomado medidas especiales. Se han otorgado una serie de beneficios a nuestros clientes con el objetivo de minimizar el impacto ocasionado por la pandemia en el ingreso de los hogares", aclaró.

Otro objetivo planteado es "bajar las emisiones, promoviendo la incorporación de vehículos eléctricos al transporte público y privado".

"Sin dudas tenemos arriba de la mesa el objetivo de la baja de las tarifas y estamos buscando mecanismos para eso", mencionó también.

Anunció que en materia de generación de energía, se promoverá la renovación de la central hidroeléctrica de Baygorria, que está llegando al final de su vida útil.

Otra prioridad, según la jerarca, es reducir las pérdidas no técnicas (hurtos y estafas), que aún presentan guarismos altos.

Se incrementará el volumen de inspecciones a realizar cuando se detecten situaciones dudosas en cuanto al consumo mensual, dijo.

"¿Qué opinión tiene sobre el cambio de la matriz energética implementado por el Frente Amplio?", le preguntó Raffo.

Emaldi apuntó que Uruguay cambió de forma radical su matriz eléctrica, "pasando del tradicional sistema mayormente hidroeléctrico sin capacidad de expansión, que en años de sequía debía utilizar las centrales térmicas, a un sistema con mayor presencia de fuentes de energía renovable que nos hace menos dependientes de la lluvia y del precio del petróleo".

"Esto ocurrió entre 2015 y 2019 con una apuesta al desarrollo de un sistema mixto público y privado con un gran componente de generación eólica, sobredimensionado para la demanda actual de energía, donde se asumen costos fijos en dólares por 20 años (en referencia a los contratos con los generadores privados, a quienes el Estado les debe pagar por toda la energía producida en los parques eólicos, aunque no se utilice)", opinó.

Dijo que "es clave aumentar la demanda promoviendo el uso de esta energía disponible, ya que, si no se vuelca al mercado interno o no se exporta a precios convenientes, se compromete la situación financiera de la empresa, impactando negativamente en sus costos".

Para optimizar la matriz eléctrica, llamó a "incorporar en el futuro una mayor proporción de energía solar fotovoltaica".