Michael Dell sabe lo que es comenzar con poco y construir un imperio. En 1984, con apenas 19 años, invirtió $1.000 desde su dormitorio universitario para lanzar lo que hoy es Dell Technologies, una de las mayores compañías de hardware del mundo. Cuarenta años después, ese mismo monto —ajustado por inflación a unos $3.200— es el símbolo central de una nueva iniciativa social y económica que el empresario y su esposa, Susan Dell, han decidido respaldar con $6.250 millones de dólares.

Se trata de las llamadas "cuentas Trump", un programa federal recientemente aprobado en Estados Unidos que entrega $1.000 a cada recién nacido como inversión inicial para construir riqueza a lo largo del tiempo, con el objetivo de cerrar brechas de capital desde la infancia. Inspiradas por ideas de capital inicial universal, las cuentas han recibido apoyo de figuras conservadoras como el senador Ted Cruz, quien afirma que el programa puede crear una generación de nuevos capitalistas.

Del dormitorio a Wall Street

Dell fundó su empresa bajo el nombre PC’s Limited y la transformó rápidamente en un fenómeno de crecimiento: más de 6 millones de dólares en ventas el primer año, salida a bolsa en 1988, y una expansión global sostenida. Hoy, Dell Technologies tiene una capitalización de mercado de $90.600 millones.

En su libro Play Nice but Win, Dell recuerda con asombro sus inicios:

“Ahí estaba yo, con veinte años, un desertor universitario con un capital de 1.000 dólares, diciendo: ‘¿Quién quiere trabajar en esta empresa?’”.

Filantropía con propósito económico

La contribución de los Dell al programa será escalonada y focalizada:

• Aportarán $250 adicionales a las cuentas de niños nacidos antes del 1 de enero de 2025, con 10 años o menos, que vivan en zonas de ingresos medios inferiores a $150.000 al año.
• Dell Technologies igualará la contribución de $1.000 del gobierno para los hijos de sus empleados.
• La inversión total de la familia ascenderá a $6.250 millones de dólares, a través de donaciones caritativas.

Según los impulsores del programa, el objetivo es que las cuentas crezcan mediante inversiones con rendimiento compuesto, permitiendo que los beneficiarios accedan a fondos significativos al llegar a la adultez. Si se gestiona adecuadamente, una cuenta con $1.000 podría transformarse en decenas de miles de dólares en 18 años.

¿Una idea exportable?

Aunque las "cuentas Trump" se inscriben en un contexto político y fiscal muy particular de Estados Unidos, el modelo de capital inicial universal comienza a ser explorado en otras latitudes. En América Latina, experiencias de transferencias condicionadas (como Bolsa Família o Jóvenes en Acción) han mejorado condiciones sociales, pero no han abordado la acumulación de activos a largo plazo.