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El emprendimiento de mamá

Grin Wall: La pequeña huerta para compartir con los hijos que se convirtió en un negocio

Vanina Vila detectó la oportunidad de fabricar huertas verticales y proveer todos los elementos para quien quiera comenzar a plantar en casa.

11.05.2022 11:54

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2022-05-11T11:54:00-03:00
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Por Gabriela Malvasio
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Hace dos años, Vanina Vila tenía dos hijos pequeños, un patio “chiquito” y ganas de tener una huerta. Empezó con algunas macetas como una manera de aportar ingredientes frescos a la comida. Encontró que podía pasar horas con las manos en la tierra: era una especie de terapia. También se dio cuenta que era una actividad que a sus hijos les encantaba. 

Pero algo se le hacía difícil: encontrar todo lo necesario para la huerta en un mismo lugar. Debía recorrer medio Montevideo para hacerse de semillas, tierra o macetas. Y eso le daba “fiaca”, recuerda esta argentina que hace seis años se instaló en Uruguay con su familia. 

Quiso tener más aromáticas y hortalizas. Dado lo reducido del espacio lo mejor era una huerta vertical. Tras mucho buscar, dio con una paisajista que le vendió una “gigante” de 48 bolsillos de origen chino. A Vanina no le gustó. Sólo había de un tamaño y en dos colores. Para que no pasara humedad a la pared le colocó una lona, pero los ojalillos se oxidaron. 

Entonces pensó que a otras personas les podía pasar lo mismo. “Si alguien quiere hacer una huerta, se le van enseguida las ganas si tiene que recorrer muchos lugares para encontrar semillas o tierra o huertas de madera, o si quiere una huerta vertical”, razonó en ese momento.

¿Y si había personas que querían armar una huerta pero no sabían cómo? ¿Y si ella se los daba todo armado? Una huerta vertical no sirve para cosechar plantas grandes, pero sí para empezar a tener algunas aromáticas. 

Y así nació Grin Wall en setiembre de 2020, como una de esas historias de “quería tener algo, no lo encontré en el mercado y entonces lo hice yo mismo”. 

En 2021, el emprendimiento vendió 600 huertas verticales con un pico de ventas en el Día de la Madre.  Hace unas semanas, estrenó una de las garitas para emprendedores Andrés Abt. Para ponerla a punto, recibió el apoyo de McDonald´s. 

El negocio vende desde semillas y plantines a sustratos y fertilizantes, desde macetas y “cuadros vivos” de aromáticas a su producto estrella: las huertas verticales. 

“Arrancamos con las huertas verticales buscando una costurera y comprando telas, hasta que, cuando nos quisimos dar cuenta, en un año habíamos vendido 600. Son un montón”, recuerda Vanina, quien, junto a su marido, las ofrecía. por las redes, en viveros y en algunos supermercados. 

La ex garita policial ubicada en Batlle y Ordoñez y Ramón Anador es la primera experiencia con un local. Oficia como una gran vidriera. “Para mí es un impulso para abrir otro, y que remonte. Nos está yendo bien. Es una esquina en la que pasa mucha gente”, mencionó.

El sabor de la remolacha

Vanina trabaja como contadora al tiempo que lleva adelante Grin Wall ( pero de las ocho horas de un inicio bajó a cuatro).

Asegura que nunca fue “amante de las plantas” (“no tengo plantas de interior en casa”) pero sí de las posibilidades que le brindaba una huerta. 

Una de las que más le interesaba era el efecto que tenía en sus hijos. 

“¿Viste cuando en la tarde no sabés con qué entretenerlos? Traigo una mesita y ellos ya saben que van a remover la tierra, cortar hojas o juntar semillas. Pueden pasar horas. Y también está bueno para que coman natural: si ellos mismos lo sacan de la huerta es distinto. El sabor de una remolacha recién cosechada es totalmente diferente y mis hijos la quieren comer.  Mi patio es un pasillo y tengo un montón de cosas, brócoli, morrón, perejil. Uno se imagina que tiene que tener mucho espacio pero no es así. El mío es un lugarcito”, señala.

Vanina sabe que el tener una huerta es contagioso y que es una manera de incorporar sabores a las preparaciones caseras: “Uno nunca tiene todas las aromáticas para cocinar, pero tampoco las va a comprar. En cambio, las usás si las tenés a disposición. Yo ahora siempre encuentro ocasión para agarrar la tijera e ir a cortar”.  

Las huertas verticales son de los productos más demandados para el Día de la Madre. De tres bolsillos cuesta $ 590 ($ 690 si se le suman tres plantas a elección). De cuatro bolsillos sale $ 650 (o $ 750 con cuatro plantas ); el de seis está a $ 800 y $ 1.000 con plantas. 

Además de la garita de Propios y Anador, venden en Mis Petates, Almenara Mall, Disco de Punta Carretas y Devoto de Portones; y a través de PedidosYa! en www.grinwall.com 

Por Gabriela Malvasio
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