El verano aparece como el momento más crítico para el inicio del consumo de drogas en Uruguay. Así lo revela una encuesta de Fundación Manantiales realizada a 402 pacientes y expacientes en tratamiento o seguimiento por adicciones, cuyos resultados confirman tendencias que el equipo clínico observa desde hace décadas. El estudio muestra que el 47,8% tuvo su primer consumo durante el verano, un período marcado por mayor tiempo libre, menos supervisión adulta y dinámicas sociales que facilitan el acceso.

“Hace años vemos en la clínica que muchos pacientes relatan haber comenzado a consumir durante el verano, en períodos de descanso y menor supervisión. Esta encuesta viene a confirmar con datos algo que observamos todos los días en nuestro trabajo clínico”, señaló el director general de Manantiales, Pablo Rossi.

La investigación también reafirma que la adolescencia continúa siendo el tramo de mayor vulnerabilidad. El 73,9% de los encuestados inició entre los 13 y 18 años, y un 12,7% incluso antes de los 13. A esto se suma un dato que preocupa: el 60,4% llegó a su primer consumo sin haber recibido ninguna acción preventiva, lo que para la fundación constituye una señal clara sobre la necesidad de reforzar la educación y la detección temprana en centros educativos, clubes y espacios juveniles.

“Que seis de cada diez jóvenes lleguen a su primer consumo sin haber recibido ninguna acción preventiva es un llamado de atención. Los centros educativos y los clubes son escenarios clave para intervenir antes de que aparezcan los primeros consumos”, afirmó Adrián Dall Asta, director de Orientación Familiar de la organización.

El estudio también indaga en la progresión del uso: 45% de los participantes se volvió consumidor habitual en tres meses o menos, y 71% lo hizo durante el primer año. La transición rápida entre la experimentación y la regularidad confirma la importancia de intervenir en el primer contacto y fortalecer la capacidad de respuesta del entorno familiar.

Ese entorno, además, suele verse rápidamente afectado. El 61,2% de los encuestados reconoció haber robado alguna vez para obtener droga o dinero, muchas veces dentro del propio hogar. Para Manantiales, este hallazgo vuelve evidente el deterioro relacional y emocional que acompaña el avance de la adicción.

A partir de los datos, la institución identifica varias líneas de acción prioritarias: focalizar los programas preventivos en adolescentes, desarrollar campañas específicas antes del verano, institucionalizar talleres en centros educativos, capacitar a clubes y organizaciones juveniles y fortalecer el rol de las familias en comunicación, límites y acompañamiento. También plantea la importancia de contar con protocolos de intervención temprana tras el primer consumo y dispositivos de rehabilitación integrados, con participación del entorno cercano.

Fundada en 1993, Fundación Manantiales trabaja en prevención, diagnóstico y tratamiento de adicciones tanto a sustancias como conductuales, con programas residenciales, ambulatorios y comunitarios. Tiene presencia en Uruguay, Argentina y Estados Unidos, y ha sido reconocida por organismos internacionales como Naciones Unidas y la OEA por su trayectoria y enfoque interdisciplinario. Desde sus comienzos, más de 7.100 personas participaron en sus procesos de recuperación.