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Consumo consciente

De la mesa a la planta y de vuelta: el viaje de la botella retornable de Coca-Cola Uruguay

Cómo es el riguroso proceso de limpieza y control que asegura que cada envase retornable de la compañía pueda volver a ser utilizado.

08.10.2025 09:00

Lectura: 3'

2025-10-08T09:00:00-03:00
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Como parte de su compromiso con la construcción de un futuro sostenible, Coca-Cola Uruguay, junto a su socio embotellador Coca-Cola FEMSA, busca que cada experiencia con sus productos no solo sea un momento único, sino también una oportunidad para reducir el impacto ambiental, promoviendo un modelo en el que el consumo y la sostenibilidad van de la mano.

En 2020, este camino se reforzó con el lanzamiento de la “Botella única”, un diseño en plástico retornable con el diferencial de su antecesora en poder ser utilizada para cualquiera de los sabores de refrescos del portafolio de la compañía en Uruguay.

El ciclo de una retornable

Todo comienza cuando el consumidor devuelve la botella vacía en un comercio. Desde allí, se transporta a la planta embotelladora, donde el proceso vuelve a comenzar.

Las botellas llegan paletizadas en cajones y se incorporan a la línea de producción. Una máquina automatizada retira cada envase y lo somete a una serie de controles. Primero, se remueve la tapa (si aún la tiene) y se realizan inspecciones ópticas y químicas para verificar que no haya sustancias ajenas en su interior. Un equipo con cámaras a color toma imágenes desde distintos ángulos para detectar rayones, deformaciones o residuos. Las botellas que no cumplen con los estándares son retiradas del proceso.

Foto: Álvaro Portillos, cedida a Montevideo Portal

Foto: Álvaro Portillos, cedida a Montevideo Portal

Las que superan estas pruebas ingresan a una lavadora industrial para ser sometidas a una limpieza profunda y desinfección. Luego, atraviesan nuevos controles de calidad antes de ser rellenadas.

Estos tres pasos son los que aseguran que la botella cumpla con todos los estándares antes de ser llenada y volver al mercado.

Las botellas retornables están diseñadas para ser reutilizadas hasta 20 veces. Este modelo permite reducir la generación de residuos y la huella ambiental.

Cuando un envase alcanza el final de su vida útil o no supera algún control de calidad, se destruye y se envía a reciclar, donde se transforma en resina reciclada y puede volver a convertirse en nuevos envases.

Foto: Álvaro Portillos, cedida a Montevideo Portal

Foto: Álvaro Portillos, cedida a Montevideo Portal

Además del beneficio ambiental, la retornabilidad representa también una opción más accesible para los consumidores, ya que al devolver un envase vacío se paga solo por el contenido.

Así, Coca-Cola Uruguay fomenta una cultura de consumo más consciente, donde cada botella no es solo un envase, sino parte de un sistema que busca cuidar lo que nos rodea.

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