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LISTO EL POLLO

Crece el consumo de carne aviar en Uruguay y proyectan grandes oportunidades para 2022

El precio de la carne bovina, la búsqueda de productos saludables y una exitosa campaña de promoción son los principales responsables detrás de la tendencia.

28.12.2021 17:30

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2021-12-28T17:30:00-03:00
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Los uruguayos comen cada vez más pollo. Según cifras de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra), el consumo de carne aviar aumentó en 2,4 kg/cápita en  2021, acumulando un aumento en dos años de 4,7 kg y liderando el proceso de mayor ingesta de proteína animal en el país, luego de una baja sostenida durante varios años.

Para el presidente de Cupra, Domingo Estevez, este comportamiento está siendo impulsado por dos factores: el encarecimiento de la carne bovina y la tendencia hacia productos más saludables, a los que se suman las acciones de promoción realizadas por la propia gremial para aprovechar estas circunstancias.

“Antes el ícono era el pollo al horno y había pocas opciones más. Hoy se incorporó el hábito de sumarlo siempre en la parrilla, pero también es más frecuente en empanadas, tartas, hamburguesas, nuggets, risottos, guisos o strogonoff. Cuando al consumidor se le ofrece un producto sano, conveniente en precio y versátil para cocinar, lo elige sin dudar. Eso está provocando que los uruguayos coman pollo con más frecuencia”, asegura el presidente de la gremial.

A nivel de salud, la carne aviar cuenta con dos grandes ventajas: su valor nutritivo y su facilidad para digerir. Es recomendada por nutricionistas tanto para deportistas, niños y personas que necesitan bajar de peso, así como también para embarazadas, ya que la gestación requiere un mayor aporte de ácido fólico y proteínas. El pollo aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales, con un porcentaje menor de grasas saturadas que las carnes rojas.

En los últimos años el consumo de carne aviar en Uruguay se mantuvo cercano a los 20 kg/cápita, explica Estevez Pero el 2021 consolidó la tendencia al crecimiento: diciembre va a cerrar con un valor cercano a los 23 kg/cápita y si se realiza una proyección en base a los últimos meses, en el 2022 seguramente se superarán los 25 kg.

En América Latina el consumo de pollo ronda los 40 kg/cápita, por lo que todavía hay margen para seguir creciendo. Desde el año pasado es la carne más consumida en el mundo y Uruguay no es ajeno a esa tendencia, asegura el directivo. De todas formas la estrategia no se basa en quitarle mercado a otras carnes sino en apostar al aumento lógico del consumo de proteínas.

En el pasado el INAC realizó varios estudios de mercado, que concluyeron que los uruguayos consideran a la carne de pollo la más saludable y barata. Estas encuestas también marcaron que el 35% de la población prefiere el pollo a las carnes rojas, y que el 64% lo considera más saludable.

Pero por algún motivo esto todavía no se refleja en el consumo. Los estudios realizados por el INAC muestran que las principales barreras al consumo de pollo son la percepción de una menor vida útil frente a otras carnes y algunos prejuicios sobre la modalidad de crianza, que no son reales. Por eso una prioridad de la CUPRA para el año que viene es continuar trabajando los aspectos de comunicación y promoción para eliminar estas barreras.

“Hoy no existen limitantes en la cadena de producción y la cadena comercial para enfrentar niveles crecientes de consumo. Por eso las empresas trabajan en forma contínua para mejorar sus productos y presentación, según lo que el propio consumidor transmite a través de los canales comerciales. La promoción es clave y estamos trabajando en ello”, asegura Estévez.

El aporte de CUPRA

La Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas reúne a siete plantas de faena, que representan más del del 95% de la producción nacional de carne aviar. Su rol como gremial consiste en desarrollar actividades colectivas de interés para el sector, así como también acompañar iniciativas de otros actores como el INAC o el MGAP.

En materia de control de calidad, si bien el cumplimiento de las normas y exigencias estatales (tanto en las plantas de faena como en la cadena de frío y distribución) es responsabilidad de cada empresa, la gremial desarrolló una agenda enfocada en la mejora contínua de la calidad de los procesos, que se articulará con el INAC y demás organismos del gobierno.

La prioridad de Cupra hoy es ampliar la capacidad y diversidad productiva, para de esta manera aprovechar los subproductos industriales y agregar valor. Por otra parte, hay una transformación de formatos debido a la creciente demanda de cortes por separado como supremas, muslos y alas; así como de productos elaborados al estilo de arrollados, milanesas y pre cocidos.

Por último, el sector comienza a mirar con mayor interés el potencial de las exportaciones, ya que si bien se está en condiciones de crecer, esto requerirá nuevas mejoras a nivel de infraestructura y gestión en más plantas de faena.

“Esperamos que de la mano del INAC, el MGAP, Cancillería y Uruguay XXI, podamos iniciar un proceso firme de crecimiento de las exportaciones en volumen y a mejores precios, para llegar a los mercados más exigentes del mundo. Tenemos con qué hacerlo”, concluyó Estévez.



Apuntando a las grandes ligas

El sector avícola vivió una época de oro entre 2010 y 2014, cuando empujados por la demanda en Venezuela llegó a exportar cerca de 14.000 toneladas de pollo. Hoy ese destino no está activo, y la salida principal son los mercados tradicionales. Estos son los países árabes de medio oriente para el pollo entero, África Subsahariana para las gallinas de descarte, y Vietnam para el harina de plumas. Cupra desarrolló una propuesta realista de mediano plazo para la exportación, que de llevarse a cabo permitirá comerciar unas 35.000 toneladas de producto, multiplicando más de 15 veces el nivel actual. En esa propuesta aparecen como destino los mercados de más exigencia como EEUU, la UE, China, Chile, Hong Kong y los países árabes.



El pollo charrúa: sin hormonas y trazable

La carne aviar local tiene diferenciales respecto a otros países. En primer lugar, su estatus sanitario privilegiado, ya que no hay presencia de las enfermedades más importantes que enfrenta la especie. Segundo, una producción sin uso de hormonas, dado la prohibición que existe desde hace décadas. A esto se suma un sistema de trazabilidad de la producción desarrollado por el MGAP y el sistema de control centralizado digital de la faena instalado en 2020 INAC, inédito en otros países. Este sistema da certezas y garantías sobre las condiciones de producción que otros estados no tienen. Todos estos elementos, más el conocimiento que las empresas del sector tienen sobre las preferencias de los consumidores, permiten poner al alcance del público un producto autóctono valioso.



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