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Lo que pasó y lo que vendrá

Cátedra SURA de Confianza Económica presentó su balance del año y perspectivas para 2020

Expertos analizaron los datos obtenidos durante el año sobre confianza y expectativas del consumidor.

19.12.2019 14:18

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2019-12-19T14:18:00-03:00
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En un año marcado por las elecciones nacionales que determinaron un cambio en el rumbo político del país y anuncios determinantes para la economía, como la instalación de una nueva planta de la empresa forestal UPM, la Cátedra SURA de Confianza Económica analizó los resultados del trabajo llevado adelante durante 2019 sobre la confianza económica y del consumidor en relación con el contexto.

La Cátedra, surgida en común acuerdo entre la Universidad Católica del Uruguay (UCU), Equipos Consultores y SURA Asset Management, busca generar un espacio de colaboración entre la academia y la empresa para promover el desarrollo de investigación científica y la difusión del conocimiento aplicado en materia de percepciones y expectativas de los consumidores sobre las principales variables económicas y sus respuestas.

El gerente general de Afap SURA, Sebastián Peaguda, destacó que en 2020 se cumplirán cinco años del apoyo de la compañía a la construcción de este índice que se ha convertido en un guarismo imprescindible para conocer la percepción de los uruguayos sobre la economía del país.

"Para nosotros es un orgullo ser parte de este camino, porque encontramos que cada vez más el índice es parte de la opinión pública, agrega valor, es parte de la discusión, genera criterio y ello es parte de las búsquedas principales, tener un instrumento que genere información de utilidad para la toma de perspectiva de lo que está sucediendo en el país", señaló Peaguda.

Acerca de los resultados del balance, el director de Estudios Económicos de Equipos Consultores, Alejandro Cavallo, destacó que los registros del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) marcan una recuperación desde el mínimo de la serie, que fue de 38.9 puntos en agosto de 2018. En julio de este año fue 52.2, el máximo del registro que coincide con el anuncio de la construcción de la segunda planta de la empresa finlandesa UPM. Desde entonces, las mediciones se han ubicado en el nivel de neutralidad. Mientras que la evaluación de los uruguayos sobre el país y sobre la situación económica personal se mantuvieron relativamente estables.

"Mirando un año y medio para atrás destacamos el aumento en la confianza del consumidor, en parte por el ciclo, pero si miramos en los últimos 5 años prácticamente desde 2015 la confianza se mantiene en el rango entre 40 y 50 puntos, sin salirse de ese rango y esto está relacionado en parte con el fin del superciclo de los comodities, que se dio en 2014, 2015", explicó.

A nivel de la región, entre Chile, Argentina y Brasil, Uruguay es el país que mantiene el mayor nivel de confianza con 50 puntos. Chile tiene el efecto fuerte de la crisis social, Brasil se encuentra en una zona intermedia y Argentina enfrenta una situación de suba fuerte, a pesar de su crisis, en parte por el ciclo electoral.

"Los uruguayos tienen una percepción muy negativa sobre la situación actual de Argentina, pero esperan una recuperación a un año" afirmó Cavallo.

Otro aspecto analizado fue el grado de información que manejan los consumidores sobre las estadísticas oficiales. Los resultados arrojaron que desconocen las estadísticas oficiales de desempleo, inflación o crecimiento, pero predicen correctamente dichas variables.

Un 10% de los consultados dice conocer la tasa de desempleo del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de ese porcentaje, un número bastante bajo de personas afirma recordar un rango relativamente aceptable de cuál sería la tasa de desempleo. Lo mismo sucede para la tasa de crecimiento del PIB. Al preguntar si la conocen solo un 6% respondió que sí y en el caso del IPC, solo un 10% de los consumidores nos dijo recordar la tasa del IPC. A pesar de que los consumidores no conocen las estadísticas logran formar una opinión a partir de su microclima económico.

Por su parte, el investigador de Equipos Consultores, Martín Opertti, se refirió a la influencia directa de la economía en la preferencia política de la población.

Según explicó, desde el periodo comprendido entre 1990 y el 2004 las percepciones económicas fueron mayoritariamente negativas, lo que llevó a que algunos académicos que estudiaron el tema llamaran a los uruguayos como ‘biológicamente pesimistas'. Sin embargo, esto cambió en 2009 cuando la mayoría de las personas comenzaron a percibir que la situación económica del país como "muy buena" o "buena y no "mala o muy mala."

"Hay un pico en las percepciones negativas en 2002 y luego aparece un cambio importante en 2015, que quizás no fue tan percibido en los análisis de opinión pública. Hasta la actualidad hay percepciones predominantemente negativas", apuntó Opertti.

Si bien esto se suele vincular con la intención de voto, Opertti señaló que no es correcto afirmarlo con una certeza absoluta, aunque es preciso tener en cuenta que desde 2014 la gran mayoría de los votantes del Frente Amplio tenían una visión económica muy positiva, mientras que los votantes de partidos tradicionales tenían una visión negativa, lo que refuerza esta idea.

Además, se determinó que cuando el salario real crece en un trimestre, uno o dos trimestres después sube la aprobación presidencial, que a su vez en forma bidireccional a la evaluación de los consumidores sobre la situación económica, lo que significa que cuando la situación económica mejora aumenta la aprobación presidencial y viceversa. Lo mismo ocurre en la relación entre la aprobación presidencial y la confianza del consumidor.