Después de haber cedido a Airbus su programa de medio recorrido CSeries, rebautizado como A220, y si esta operación con MHI culmina durante el segundo semestre de 2020, la rama de la aviación de Bombardier dejará de producir aviones de tamaño mediano, que habían representado un gran éxito para la compañía.

La empresa nipona, además de los 550 millones de dólares de la compra de CRJ, también desembolsará a Bombardier 200 millones para cubrir "los pasivos" ligados al programa, según un comunicado emitido por las dos compañías.

Una vez concluya la transacción, el constructor japonés se hará cargo de "las actividades de mantenimiento, de soporte, actualización, comercialización y venta" del programa CRJ localizado en Canadá (Montreal, Quebec, Toronto) y en Estados Unidos (Bridgeport, Virginia Occidental, y Tucson, en Arizona).

"Las actividades adquiridas son complementarias a las actividades existentes de MHI ligadas a los aviones comerciales, principalmente al desarrollo, a la producción, a las ventas y al soporte de aviones comerciales de la gama Mitsubishi SpaceJet", dijo Bombardier.

"Esta transacción es uno de los pasos más importantes en nuestra dirección estratégica para construir fuertes capacidades globales" y permite a MHI fortalecer sus servicios aeronáuticos, "incluyendo el mantenimiento, la reparación y la revisión, la ingeniería y la atención al cliente", dijo Seiji Izumisawa, director ejecutivo de Mitsubishi Heavy Industries Ltd.

Esta venta marca "la transformación de nuestro sector aeronáutico", aseguró el presidente y director ejecutivo de Bombardier, Alain Bellemare.

"El futuro" del gigante canadiense descansa ahora "en dos sólidos pilares de crecimiento: Bombardier Transportation, consolidando nuestras actividades de transporte por ferrocarril (...), y Bombardier Aviation, agrupando nuestro negocio de aviones", añadió Bellemare.

AFP