La economista Gabriela Mordecki, investigadora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Udelar, dijo al noticiero Informe Nacional, de Radio Uruguay, que las metas fiscales del actual gobierno no son compatibles con el esfuerzo económico y social que supone afrontar la actual pandemia.

Para Moredeckí, no es posible cumplir con el objetivo de ahorrar 900 millones de dólares, y a la vez afrontar los ingentes costos que supone combatir el virus, situación que se agrava por la parálisis social y económica que suponen as medidas para evitar la propagación.

La economista destacó que se debió haber previsto la situación que actualmente atraviesa el país cuando se anunció el aumento de tarifas y la reducción de descuento del IVA a los pagos con tarjeta.

Asimismo, consideró que todavía se está a tiempo para suspender las medidas anunciadas para el 1º de abril (ajustes tarifarios) y afrontar la crisis sanitaria con el costo fiscal que sea.

El BPS debería flexibilizarse, hay mucha gente que se queda sin posibilidades de ingreso, además de que los equipos de salud requieren recursos adecuados, señaló. "Enfrentar esto y reducir el gasto es imposible de lograr al mismo tiempo".

La economista se refirió al impacto de la pandemia sobre la economía uruguaya.

"Todo esto afecta a la economía del Uruguay. Lo que más vemos es la suba del dólar, pero a eso se le suman estos nuevos hechos", a los que describió como "una parálisis prácticamente total de la economía, pasando casi a una economía de subsistencia, donde lo único que los uruguayos consumen es alimento, y tratan de mantener las cuestiones de salud".

Fuera de esos consumos elementales, no queda nada. "No salinos, no vamos a restaurantes o espectáculos, todo está cancelado".

Además, la economista recordó que "seguramente el comercio exterior va a sufrir, hay que ver cómo el comercio internacional sobrevive a esto".

La experta recordó que se trata de una situación sin precedentes y para la que no hay protocolos establecidos, por lo que "se va improvisando".

"Es un shock, primero internacional y luego interno", describió, augurando que marzo probablemente arroje "los peores números desde que se llevan estadísticas".