Contenido creado por Juan Bautista
Brand-Lab

Innovación en cada detalle

Acher potencia su showroom con diseño europeo, nuevas tendencias y más de 80 ambientes

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La propuesta integra grandes marcas, tendencias y un recorrido que invita a transformar cada proyecto en un diseño único y personal.

En el showroom de Acher, empresa que está cumpliendo 60 años, todo está pensado para que quien entra se lleve algo más que una lista de productos. Ubicado en avenida 8 de Octubre 2645, a metros de Garibaldi, el espacio funciona como un gran laboratorio de ideas donde conviven materiales, colores, texturas y tecnologías que marcan la pauta de cómo se van a habitar los hogares en los próximos años.

En diálogo con Montevideo Portal, la arquitecta Florencia Guedes explica que el objetivo principal es que cada visita se transforme en un momento de inspiración. El cliente puede llegar sin una idea clara, sin un diseño definido para su cocina o su baño; sin embargo, el recorrido por el local, sumado al asesoramiento del equipo comercial, le permite imaginar su propio espacio y sentir que se apropia de él a largo plazo, ya que los productos que se eligen no se cambian todos los días, sino que acompañan durante muchos años.

Arq. Florencia Guedes, Acher. Foto: Javier Noceti

Arq. Florencia Guedes, Acher. Foto: Javier Noceti

La escala del showroom ayuda a que esa experiencia sea posible. Acher reúne más de 1.500 metros cuadrados de exhibición con más de 80 ambientes diseñados, donde muestra diferentes configuraciones de baños y cocinas, además de sectores dedicados a griferías, loza sanitaria y bachas. Cada ambiente presenta un armado distinto y combina productos de diversas procedencias. No se trata de una simple acumulación de muestras, sino de escenas completas que permiten visualizar cómo se ven, cómo se sienten y cómo dialogan los materiales entre sí en una situación real.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

A la hora de elegir qué se muestra en esos ambientes, el criterio combina marcas, tendencias y cultura local. Guedes detalla que el equipo trabaja con fábricas de Italia, España y otros países de Europa, además de Brasil y China. La dirección de la empresa viaja todos los años a las principales ferias y plantas productivas para ver de primera mano lo que viene en colores, texturas, tecnología y durabilidad, después filtra esas tendencias pensando en cómo las va a recibir el público uruguayo. La idea es traducir propuestas globales al contexto local, quebrar un poco “lo de antes” sin perder de vista la forma en que se vive acá, para que lo que se ve en las revistas o en las redes resulte alcanzable y funcional en el día a día.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

Ese vínculo con las fábricas europeas no se limita a la compra de productos y, desde la empresa, se organizan viajes en grupos reducidos junto a constructoras, arquitectos e interioristas. Son instancias en las que unas diez o doce personas visitan una ciudad, recorren la fábrica, conocen el proceso productivo y exploran el catálogo directamente con los responsables de la marca. Para Guedes, esa experiencia crea un vínculo directo entre el profesional, la fábrica y Acher como intermediario, y fortalece la confianza en la calidad del producto y en la trazabilidad de la cadena. Al mismo tiempo, inaugura una forma de trabajo más colaborativa, en la cual el proyectista elige sabiendo exactamente de dónde viene cada pieza que luego integrará a su obra.

En esta línea, Guedes señala que las marcas europeas con las que trabajan están cada vez más enfocadas en procesos respetuosos del medio ambiente. Los avances tecnológicos permiten desarrollar porcelanatos de menor espesor con mayor resistencia, piezas de gran formato, terminaciones más precisas en la superficie y una vida útil más extensa. De esta manera se combinan lujo, diseño y desempeño técnico con una mirada atenta a cómo se fabrica cada producto, qué recursos consume y cuánto dura en el tiempo, algo que cada vez pesa más en la ecuación cuando se decide una inversión en obra.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

Acher cuenta con cuatro locales: un showroom y un outlet en Montevideo y lo mismo en Punta del Este, y están pensados como espacios aspiracionales, orientados sobre todo a un público de nivel socioeconómico medio alto y alto que busca lo último en diseño, calidad y confort. El hecho de trabajar con marcas europeas coloca la propuesta en un segmento exigente, aunque Acher procura manejar una escala de precios amplia dentro de ese universo. Al mismo tiempo, la empresa cuenta con dos locales de outlet, donde se ofrece una línea más clásica y tradicional para un público medio, con productos que siguen siendo de calidad, pero que apuntan a quienes prefieren diseños más conocidos. En ambos casos se mantiene un equilibrio entre piezas sobrias, atemporales y esas “joyitas” más jugadas que atraen a quienes se animan a salir de lo de siempre.

Según Guedes, hoy la gente se arriesga más. La hiperconectividad, el acceso constante a imágenes de referencias internacionales y la posibilidad de explorar proyectos en plataformas como Pinterest hacen que el cliente llegue con ideas nuevas que antes podían parecer lejanas o imposibles. Muchas personas llegan con una foto de un baño soñado o una cocina vista en una feria europea y descubren que en Acher pueden recrear algo muy similar con productos disponibles en el mercado local. El baño deja de ser un espacio de paso, la cocina deja de ser un lugar únicamente funcional; ambos se convierten en ambientes centrales de la vida cotidiana, donde se busca comodidad, identidad y una experiencia casi de refugio personal.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

Esa manera de habitar se traduce en decisiones concretas. Antes se pensaba en un baño o una cocina para treinta años. Hoy es más frecuente que una persona decida renovar cada diez años. Cambian las necesidades, las rutinas y la forma de entender la casa. La pandemia aceleró esa transformación, ya que muchas familias pasaron a valorar más los espacios verdes, las áreas amplias y las zonas de relax dentro del hogar. El baño como lugar de desconexión, un living que se transforma en un espacio de bienestar o una cocina que funciona como centro social en reuniones familiares, son ejemplos de cómo el diseño acompaña nuevos modos de vida. Acher busca estar en esa conversión con propuestas que permiten adaptar y actualizar los ambientes sin perder coherencia ni calidad.

En cuanto a tendencias visuales y materiales, la mirada se vuelca hacia lo natural. Guedes menciona una paleta que se aleja de los tonos fríos para acercarse a colores cálidos y orgánicos, como tierras, cafés claros, terracotas o verdes suaves. En revestimientos se privilegian terminaciones que remiten a la piedra real, potenciadas por tecnologías que logran superficies cada vez más parecidas al material original. También ganan lugares los decorados con hojas y flores, relieves y texturas que invitan a tocar, que traen a la memoria sensaciones de lo artesanal y que conectan con la naturaleza.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

Los formatos grandes son una de las sensaciones del momento. Permiten ampliar visualmente los espacios, reducen la cantidad de juntas y aportan continuidad en pisos y paredes. Como contracara aparecen los formatos pequeños, ladrillos tipo brick y piezas con relieve que evocan un espíritu más artesanal. La arquitecta destaca que se pueden fusionar ambos extremos en un mismo proyecto con resultados muy interesantes. La tendencia a lo táctil convive con una fuerte presencia de piedras, travertinos y terrazos, materiales que remiten a los años setenta, pero que regresan actualizados gracias a una tecnología que mejora espesor, resistencia y terminación. Lo que parece vintage en su estética es, en realidad, producto de la última generación de procesos industriales.

Las formas orgánicas también ganan terreno. Lo estrictamente recto y estructurado cede lugar a espacios que “abrazan”, con curvas que acompañan el recorrido y contribuyen a que la persona se sienta contenida dentro del ambiente. En las cocinas se trabaja fuertemente esa idea, tanto en la disposición de los muebles como en la elección de los frentes. Guedes comenta que cada vez es más común que los gabinetes imiten la piedra utilizada en la isla o en la mesada, lo que exige nuevas tecnologías de fabricación y abre la puerta a proyectos más ambiciosos. La combinación de curvaturas, texturas y continuidad de materiales construye una sensación de unidad sofisticada que transforma la cocina en un lugar protagonista.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

El showroom acompaña este dinamismo con la premisa de nunca estar quieto. Acher proyecta una reforma importante que implicará duplicar la superficie de exhibición en Montevideo, con un foco especial en cocinas y en todas las soluciones asociadas a ese ambiente. Al mismo tiempo, en el día a día, siempre hay algún espacio en obra dentro del local. Se renuevan ambientes por estrategia con proveedores, por la llegada de una nueva colección o para incorporar una tendencia que vale la pena mostrar. El resultado es que quien vuelve después de unos meses encuentra un recorrido distinto, con colores nuevos y combinaciones que no estaban en su visita anterior.

Detrás de cada una de esas decisiones hay un equipo de arquitectos e interioristas que trabajan sobre los proyectos más exigentes, junto con un grupo de vendedoras y vendedores que se forma de manera permanente. Guedes subraya que al personal se le muestran videos de las fábricas, se los actualiza sobre las tecnologías más recientes y se los entrena para que puedan traducir las tendencias en un lenguaje comercial claro. La idea es que el cliente reciba no solo una sugerencia estética, sino también una explicación concreta sobre resistencia, formatos, espesores y combinaciones posibles, de modo que pueda tomar decisiones informadas.

El corazón del showroom late como un sistema de combinaciones infinitas. No se trata de replicar un ambiente cerrado, sino de invitar a cada persona a imaginar el suyo. El recorrido propone ver piezas, texturas y colores en diferentes contextos para permitir que ese baño soñado o esa cocina exclusiva dejen de ser un recorte de revista y pasen a ser un proyecto real. Acher se apoya en las marcas europeas con las que construyó una relación de largo plazo, en los viajes a sus fábricas, en la curaduría de tendencias para el mercado uruguayo y en una puesta en escena que cambia de manera constante. Todo converge en un mismo objetivo: que el cliente se vaya con la sensación de haber encontrado un lugar en el cual lo que imagina para su hogar no solo existe, sino que está al alcance de su mano.

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