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Atención perfeccionistas

¿Padecés el síndrome del impostor? Convertilo en una oportunidad para mejorar

Es posible trabajar esa creencia de no estar a la altura de las circunstancias, que lleva a la parálisis y a perder oportunidades

18.05.2022 12:17

Lectura: 5'

2022-05-18T12:17:00-03:00
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Por Gabriela Malvasio
gabrielamalvasio

- “¿Qué estoy haciendo yo acá con toda esta gente tan brillante?”

-“¿Por qué a alguien le importa lo que tengo que decir sobre este tema?”

“Si no hago todo perfecto entonces no sirve”

- “Tengo que saberlo todo de esta temática o se van a dar cuenta que no soy el experto que piensan que soy”

- “Si no me sale algo en el primer intento es que no soy suficientemente capaz y voy a hacer todo mal”.

- “Si alguien me hace un comentario negativo es la confirmación de que soy un fraude”

“¿Cómo los demás no se dan cuenta que no merezco este éxito, que fue por pura suerte?” ¿Y si en algún momento se dan cuenta?”

Estas son las afirmaciones y preguntas que se hace alguien que padece el Síndrome del impostor, esa creencia de no estar a la altura y no poder percibir nuestra participación en lo que logramos.

El término fue acuñado en 1978 por las sicólogas estadounidenses Pauline Clance y Suzanne Imes como una experiencia interna de falsedad intelectual que tienen quienes se sienten como un fraude tienen a pesar de su excepcional performance académica o profesional. 

Y está relacionado con el terror a ser descubierto y el miedo a fracasar (porque un fracaso puede hacer más factible que los otros “se den cuenta”).

La raíz está en una autoexigencia desdemedida, exceso de perfeccionismo y validación externa, junto a no valorar los propios conocimientos y habilidades. 

La argentina Alejandra Marcote, autora del libro Cómo transformar el Síndrome del Impostor en tu aliado, señala que hay situaciones que lo disparan como el ofrecimiento de un ascenso o un cambio laboral que requiere nuevas competencias.

La consecuencia es peligrosa: desde el autosabotaje (no compartir ideas, no aceptar ascensos, no tomar clientes desafiantes) a la paralización que lleve a que la persona no se desarrolle.

La buena noticia es que este síndrome ha sido muy estudiado, ya que es habitual aunque las personas que lo padecen no suelen compartir sus experiencias, y es más, piensan que a nadie más le pasa, como señala la británica Claire Josa en su libro Abandonando el síndrome del impostor: “Lo que hace tan potente al Síndrome del Impostor es que las personas piensan que solo a ellos les pasa. Nos convencemos que solo somos nosotros y que no hay nada que podamos hacer al respecto. Pero si miras en tu oficina o en tus redes sociales, hay grandes chances de que encuentres gran cantidad de gente que también tienen esa charla con ellos mismos a las tres de la mañana en la que se dicen que no son lo suficientemente buenos. No estás solo”.

Cómo trabajar el síndrome del impostor

Esta problemática deriva en inseguridades y temores. La sicóloga Amantha Imber recuerda que le sucede a gente competente y exitosa, pero que en lugar de paralizarse, “descubrieron formas de canalizar esas emociones en algo productivo”.  

Aboga por que lo utilicemos como “una fuerza para el bien” con cuatro consejos:

1 - Interpreta la duda de uno mismo como una emoción positiva.

“La próxima vez que dudes de tí mismo, intenta interpretar los sentimientos como una fuerza motivadora. Piensa en los nervios como recordatorios de que siempre habrá espacio para crecer. En lugar de rehuir las experiencias que despiertan dudas, acéptalas deliberadamente”.

2- Deja de intentar ser la persona más inteligente de la habitación.

Simplemente haz preguntas. “En lugar de obsesionarse con cómo lo verán los demás, intente eliminar su autocensura. Solo obstaculizará su aprendizaje. Y lo más probable es que otras personas en esa habitación a la que te esfuerzas tanto por impresionar probablemente quieran hacer la misma pregunta. Recuerda, le haces un favor a los demás preguntando cualquier cosa que no quede claro o que requiera más información. Irónicamente, parecerás tener más confianza en tus habilidades y competencia porque tuviste el valor de preguntar". 

3 - No rehuyas el fracaso

"¿Dudas en asumir algo porque te preocupa el fracaso? Si la respuesta es sí, probablemente sea una buena señal de que deberías decir «sí», porque será una gran oportunidad de crecimiento. Solo ten cuidado de no sobrecargarse: prioriza las experiencias que te acercarán a sus objetivos".

4 - Abrazá los comentarios negativos. 

"Los comentarios negativos son los que le ayudan a descubrir cómo crecer y mejorar. También puede resultar útil asumir una intención positiva de la persona que hace la valoración: quiere que mejores y cree que puedes hacerlo. Tras recibir los comentarios, tómate tiempo para planificar cómo los vas a aplicar; incluso podrías hacerlo en conjunto con la persona que los dio.

Para Alejandra Marcote, lo primero es parar la pelota y “salir del secuestro emocional” al reconocer las altas expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y de qué creencias derivan.

Aconseja tener a alguien de confianza con quien compartir lo que nos agobia y que nos ayude a calibrar.

También sugiere trabajar en la necesidad de darle más importancia a los comentarios positivos y aprender a lidiar con los negativos para no tomarlos como algo personal ni amplificarlos ( por ejemplo, que nos digan que no logramos determinados objetivos no quiere decir que uno no sirve para esa tarea o no lo sabe hacer).  Hay que hacer conscientes las respuestas que brindamos ante los elogios para pasar a agradecerlos y darles la bienvenida. 

Por Gabriela Malvasio
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