Hambre nocturna: por qué y cómo tratarla

Exceso de peso, dejar de comer para adelgazar, despertarse en medio de la noche con un hambre voraz; todos pueden ser síntomas de estar padeciendo "síndrome del comedor nocturno".

Son varias las características que este síndrome puede presentar. Por un lado, anorexia matutina: falta de apetito durante las mañanas. Este fenómeno sucede muchas veces a causa de haber comido mucho durante la noche: se recibe un elevado aporte energético y al otro día se siente como una "sensación de culpa". Intentando revertir la situación, se ayuna durante varias horas. Sin embargo, sucede todo lo contrario: con el transcurso de las horas, se descubre un apetito voraz e incontrolable.

En la contracara, hiperfagia nocturna: apetito incontrolable durante la noche. Esto se debe fundamentalmente a la falta de ingesta de alimentos o a su reducción durante el día.

También es común el insomnio. Una causa posible es la elevada carga de grasas que aportan al organismo durante la noche, enlenteciendo la digestión. Como consecuencia se sufren cambios en el ritmo circadiano o reloj biológico (ritmo del sueño o trastornos del ritmo sueño-vigilia), y por ese motivo no se tiene apetito durante las mañanas, según recoge el diario Clarín. Esta situación puede producir alteraciones en el estado anímico.

Para poder controlar este fenómeno, los médicos dan una serie de recomendaciones del estilo de cuidar cómo se come hasta cuándo se come.

Por un lado, se recomienda no saltear las comidas principales: realizar 4 comidas principales y de 2 a 3 colaciones; el desayuno debe ser la comida más importante del día, mientras que la cena debe ser la más liviana.

Aconsejan comer despacio, masticar muy bien y saborear la comida; mientras tanto, se sentirá que se está dominando el estado compulsivo. El período de ingesta deberá durar de 15 o 20 minutos. Allí comenzará a activarse el centro de la saciedad. Sobre todo: nunca saltearse una comida por "comer menos" o intentar adelgazar.

Algunas personas son asiduas a ingerir algún alimento después de la cena, momentos antes de acostarse. Ante esa situación, puede elegirse entre un vaso de leche tibia y una banana no madura, un huevo duro u puñado de frutas secas.