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La forma en que comes podría ser tan importante como lo que comes cuando intentas bajar de peso.

Una revisión de 22 estudios que analizaron la velocidad al comer y el consumo de alimentos, publicada en la revista científica American Journal of Clinical Nutrition concluyó que comer despacio reduce el consumo de calorías. Sin embargo, los niveles de hambre fueron los mismos al final de las comidas y hasta 3,5 horas después, sin importar qué tan rápidas o lentas fueron las personas para comer.

Si comer despacio no te hace sentirte más lleno, ¿cómo te ayuda a comer menos? Según consigna Consumer Reports, los autores del estudio sugieren que el sabor y la textura se vuelven más perceptibles, así que una cantidad más pequeña de comida puede resultar satisfactoria. Otra posibilidad es que algunas personas relacionen de manera subconsciente cierta cantidad de mordidas con la saciedad. Cuando vas más lento, podrías dar más bocados que cuando comes rápido, pero consumes menos comida.

Además de tomarte más tiempo para comer, sugieren enfocarte en tu comida, así estarás más consciente de los sabores y las texturas. Haz pausas durante la comida y verifica para ver qué tan lleno te sientes, de manera que puedas reconocer la diferencia entre ya no tener hambre y sentirte demasiado lleno. Y finalmente, considera el efecto que tienen las emociones en tu apetito. A muchas personas se les hace fácil devorar comida incluso cuando no tienen hambre si se sienten aburridas, tristes, estresadas o incluso, felices. Reconocer estas conexiones puede ayudarte a romper el hábito emocional de comer.

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