Contenido creado por Santiago Magni
Salud

El pasado y la condena

Chelsea Manning aún paga las consecuencias de su filtración a WikiLeaks

La exanalista del ejército estadounidense hizo famoso a Julian Assange al entregarle cientos de miles de documentos confidenciales.

13.04.2019 13:46

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2019-04-13T13:46:00-03:00
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El 8 de marzo, la justicia encarceló a Chelsea Manning porque se negaba a testificar ante un gran jurado encargado de investigar sobre WikiLeaks y su fundador, el australiano Julian Assange.

"No participaré en un proceso secreto que desapruebo moralmente", dijo para justificar su rechazo a declarar.
Manning, que nació varón con el nombre de Bradley hace 31 años y se convirtió en mujer en la cárcel, afirmó que ya había dicho todo lo que sabía durante su juicio ante una corte marcial.

La justicia le impuso en 2013 una condena de 35 años de cárcel, que el expresidente Barack Obama conmutó por una de siete años.

Tras el arresto de Assange el jueves en Londres a petición de Estados Unidos, los seguidores de Manning pidieron su liberación inmediata, bajo el pretexto que era víctima de una medida "represiva, cruel e inútil".

La justicia estadounidense reveló poco después que el australiano había sido inculpado en marzo de 2018, esto es, un año antes de que el gran jurado convocara a Chelsea Manning. Para los defensores de ésta, eso demuestra que su testimonio era innecesario.

Aunque algunos estadounidenses, como el presidente Donald Trump, la califican de "traidora", otros la ven como una mártir de la información que siempre ha asumido sus decisiones, en contraste con las ambigüedades de Julian Assange.

En 2010, la exanalista contactó con WikiLeaks y le transmitió más de 250.000 cables diplomáticos y cerca de medio millón de documentos clasificados sobre las acciones militares de Estados Unidos en Irak y en Afganistán.

La publicación de esos documentos por WikiLeaks incomodó a Washington y dio fama mundial a la organización fundada cuatro años antes por Assange con una voluntad de transparencia total.

Manning utilizó un seudónimo para intercambiar correos electrónicos con un tal "Nathaniel", que era probablemente Assange.

Actuando bajo anonimato, "me sentía mí misma, liberada de las miradas y las etiquetas que me imponen con frecuencia", dijo tiempo después la analista, avergonzada desde la niñez por sus actitudes afeminadas.

"Tenía la impresión de que estábamos entablando una amistad", añadió en una declaración bajo juramento con vistas a su juicio. "Con el tiempo me doy cuenta de que esa dinámica era artificial y que le daba más valor" que él.

AFP