La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un nuevo estándar global: toda mujer con sospecha de cáncer de mama debe recibir diagnóstico integral en un máximo de 60 días, una medida que busca reducir la mortalidad de esta enfermedad, que solo en México provoca más de 8.000 muertes al año y afecta a unas 31.000 mujeres con nuevos diagnósticos.
El indicador forma parte del Índice de Calidad de la Atención del Cáncer de Mama (BCCQI, por sus siglas en inglés) y busca transformar el modelo de atención en cuatro dimensiones clave: detección temprana, diagnóstico oportuno, manejo integral y fortalecimiento de sistemas resilientes.
Según la OMS, el objetivo es lograr que al menos el 60 % de los casos se detecten en etapas I o II, cuando las probabilidades de curación son significativamente mayores. Con ello, la mortalidad por cáncer de mama podría reducirse hasta en un 30 %.
Un cambio estructural en los sistemas de salud
“La meta de sesenta días representa un cambio estructural que exige reorganizar los servicios de salud y mejorar la coordinación entre niveles de atención”, explicó el doctor Ramsés Hernández, director médico de AstraZeneca México, quien respalda la estrategia por su potencial para salvar vidas y reducir el impacto económico y emocional del diagnóstico tardío.
En México, el cáncer de mama es la principal causa de muerte oncológica entre mujeres, con un aumento alarmante en edades jóvenes: 63 muertes anuales entre los 20 y 29 años y 482 en mujeres de entre 30 y 39 años, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El modelo impulsado por la OMS va más allá de la autoexploración: promueve revisiones clínicas periódicas, mamografías, ecografías y pruebas genéticas, como parte de una estrategia integral y equitativa. Además, se plantea que más del 80 % de las pacientes complete su tratamiento, con continuidad garantizada.
Tecnología, innovación y adherencia al tratamiento
Desde el ámbito de la innovación biomédica, el desarrollo de medicina de precisión y terapias dirigidas está cambiando el panorama del tratamiento. “Antes las quimioterapias eran sistémicas; ahora, al combinarse con anticuerpos monoclonales, se dirigen directamente al tumor, con mayor eficacia y mejor tolerancia”, explicó Hernández.
La farmacéutica AstraZeneca colabora con instituciones públicas y organizaciones de pacientes para mejorar la adherencia al tratamiento, uno de los mayores desafíos identificados por el índice. “La adherencia comienza con la confianza: cuando la paciente entiende su diagnóstico, sigue las indicaciones médicas y tiene acceso continuo a servicios, los desenlaces mejoran sustancialmente”, agregó.
Con información de EFE