La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este lunes que la soledad constituye una amenaza creciente para la salud pública mundial, asociada a más de 871.000 muertes anuales —alrededor de 100 cada hora— y con impactos significativos en la salud física, mental y socioeconómica de las personas.
Según el primer informe elaborado por la Comisión de Conexión Social de la OMS, cerca del 16% de la población mundial experimenta soledad, definida como el doloroso desajuste entre los vínculos sociales deseados y los reales. A ello se suma el aislamiento social, una condición objetiva que agrava los riesgos sanitarios.
El documento señala que esta crisis afecta desproporcionadamente a jóvenes y habitantes de países de renta baja y media (PRBM), donde las tasas de soledad alcanzan el 24%, más del doble que en los países de renta alta (11%). Entre adolescentes de 13 a 29 años, hasta uno de cada cinco declara sentirse solo.
Los efectos van más allá del plano emocional: la soledad incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ictus, diabetes, deterioro cognitivo, depresión y suicidio. A nivel colectivo, perjudica el rendimiento académico, la productividad laboral y debilita la cohesión social, generando costes económicos considerables.
La OMS propone una hoja de ruta global con acciones en cinco ejes: desarrollo de políticas públicas, mejora de la medición, promoción de intervenciones basadas en evidencia, impulso a la investigación y fomento del compromiso comunitario. Esto incluye desde políticas nacionales hasta iniciativas locales que fortalezcan la infraestructura social —como parques y centros comunitarios— y promuevan la interacción cotidiana.
Con información de Europa Press