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El placer de sumergirse

Piscinas para cada espacio: desde los modelos clásicos hasta opciones modulares y más

El mercado ofrece alternativas que se adaptan a distintos presupuestos, terrenos y estilos de vida. Qué tener en cuenta antes de comprar.
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Tener una piscina en casa dejó de ser un lujo exclusivo y se convirtió en un elemento que suma confort, valor inmobiliario y disfrute familiar. Hoy existen opciones que se adaptan a diferentes espacios, desde amplios jardines hasta patios reducidos en plena ciudad. Conocer las características de cada tipo de piscina es clave para tomar una buena decisión.

Piscinas tradicionales: solidez y durabilidad

Las de hormigón o material son las más conocidas y, a la vez, las más duraderas. Se construyen a medida y permiten elegir profundidad, forma y terminaciones, como revestimientos en cerámica, venecitas o pintura especial.

Su gran ventaja es la personalización total: se ajustan al terreno y al gusto de los propietarios, con una vida útil que puede superar varias décadas. Requieren, eso sí, una inversión inicial alta y un mantenimiento constante, tanto en limpieza como en productos químicos.

Son ideales para hogares con espacios amplios y para quienes buscan una solución definitiva que se integre al diseño de la casa o el jardín.

Piscinas modulares o prefabricadas: instalación rápida y flexibilidad

En los últimos años se popularizaron las piscinas de fibra de vidrio o modulares, que llegan listas o en partes que se ensamblan en el lugar. Se colocan en poco tiempo, lo que las convierte en una opción práctica para quienes no quieren embarcarse en una obra extensa.

Sus principales ventajas son la rapidez de instalación, el menor costo en comparación con una de hormigón y la facilidad de mantenimiento. Sin embargo, las medidas suelen estar predeterminadas y ofrecen menos flexibilidad en el diseño.

Funcionan muy bien en viviendas familiares con patios medianos o grandes que desean un equilibrio entre practicidad y estética.

Piscinas desmontables: economía y adaptabilidad

Son las más accesibles y versátiles. Existen en materiales plásticos reforzados o en estructuras de acero con lona. Se montan y desmontan según la temporada, lo que permite guardarlas durante el invierno.

Foto: Freepik

Foto: Freepik

La principal ventaja es la economía: permiten disfrutar del agua sin una gran inversión ni obra previa. Como contrapartida, su durabilidad es menor y no agregan valor inmobiliario a la propiedad.

Son perfectas para quienes buscan una solución temporal, para casas de verano o para familias que no quieren comprometer espacio de manera permanente.

Piscinas para espacios pequeños: creatividad y diseño

No es necesario contar con un gran terreno para tener una piscina. En espacios reducidos, se imponen las minipiscinas y los jacuzzis exteriores. Estos modelos ocupan pocos metros cuadrados, pero ofrecen un alto nivel de confort.

Su ventaja principal es que permiten aprovechar rincones pequeños del patio o la terraza, aportando un toque estético y funcional. Además, consumen menos agua y energía, lo que las hace más sostenibles.

Resultan ideales para apartamentos en planta baja con patio, terrazas amplias o casas urbanas con espacios acotados, donde cada metro cuenta.

Hoy, las piscinas se piensan como espacios integrados de recreación y diseño. La iluminación LED, los bordes infinitos, los sistemas de climatización y los decks de madera sintética son parte de un mercado que apuesta tanto a la estética como al confort.

Además, la sustentabilidad gana terreno: filtros de bajo consumo, cubiertas térmicas y sistemas de recirculación permiten reducir el impacto ambiental y ahorrar en mantenimiento.

En definitiva, cada tipo de piscina tiene su público. La clave está en evaluar el espacio disponible, el presupuesto y el uso que se le dará.

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