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Las casas trasladables dejaron de ser un concepto futurista o una solución de emergencia para convertirse en una alternativa real dentro del mercado inmobiliario. Bajo nombres diversos —casas modulares, portátiles o “tiny home”— comparten un principio básico: no están atadas de forma definitiva al suelo, sino que pueden fabricarse en un taller, trasladarse a un terreno y, llegado el caso, moverse a otro destino.

En mercados donde el acceso a la vivienda suele estar condicionado por altos costos de obra y largos plazos de construcción, este formato gana atractivo. Empresas locales ya ofrecen modelos adaptados a distintas necesidades: desde una primera vivienda de bajo costo hasta segundas residencias para el disfrute en balnearios o emprendimientos turísticos que buscan alojar con estilo a visitantes en zonas rurales.

Tiempo y previsibilidad

Uno de los factores más valorados es la reducción de los tiempos de construcción. Mientras que una obra tradicional puede demorar entre un año y un año y medio, las casas trasladables se fabrican en cuestión de meses y llegan al terreno prácticamente listas para habitar. Esto significa también un mayor control sobre el presupuesto, con menos riesgos de sobrecostos o retrasos.

Flexibilidad de estilo de vida

La posibilidad de trasladar la vivienda es clave en un mundo donde los proyectos laborales, familiares o de inversión cambian con rapidez. Algunos modelos se montan sobre pilotes o estructuras que facilitan el desmontaje y traslado, lo que permite que la casa acompañe al propietario si este decide mudarse a otro departamento, o incluso alquilar el terreno donde se instale.

En la costa uruguaya, cada vez más familias jóvenes y pequeños inversores optan por esta solución para balnearios en desarrollo, donde la inversión en un terreno se complementa con una casa que puede cambiar de ubicación en el futuro.

Diseño y sustentabilidad

Atrás quedó la idea de que una casa trasladable sea sinónimo de precariedad. Hoy, los proyectos incluyen terminaciones modernas, aislamiento térmico eficiente y la posibilidad de incorporar terrazas, decks, paneles solares o sistemas de recolección de agua de lluvia. El concepto se vincula con la sustentabilidad: menos residuos de obra, menor consumo energético y, en muchos casos, materiales reciclables.

El mercado en Uruguay

En Montevideo y Canelones existen talleres especializados que ya fabrican viviendas modulares con precios que parten desde cifras más accesibles que una construcción tradicional. En Colonia y Rocha hay emprendimientos que apuntan al turismo, donde las casas trasladables se convierten en cabañas o domos listos para recibir visitantes. 

La tendencia conecta con un cambio cultural: algunas personas valoran más la experiencia de habitar que la acumulación de metros cuadrados. Tener un hogar adaptable, que pueda moverse y transformarse según la etapa de vida, resulta cada vez más atractivo para quienes buscan libertad y menos ataduras.

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