El mercado inmobiliario de Canelones vive un crecimiento sostenido, con nuevos proyectos y una demanda que se expande hacia el este. Fue el departamento que registró el mayor crecimiento demográfico del país en términos absolutos en la última década, al sumar más de 90.000 habitantes y alcanzar un total de 608.000 personas, según el último censo realizado en 2023.
“Hace años que mucha gente de Montevideo se viene para Canelones. La Costa de Oro ha crecido a gran ritmo”, señala a Montevideo Portal Daniel Santestevan, presidente de la Cámara Inmobiliaria del departamento.
La saturación de Ciudad de la Costa llevó a que más familias y compradores opten por mudarse unos kilómetros más allá, hacia la Costa de Oro, donde hay mayor disponibilidad de terrenos, casas y opciones de alquiler. “Cuando están en su verdadero valor, se alquilan rápidamente”, afirma Santestevan.
En las zonas más próximas a Montevideo, como Barra de Carrasco, Parque Miramar o la rambla de Shangrilá, la demanda por apartamentos nuevos se mantiene alta, sobre todo por parte de inversionistas que buscan revender o arrendar. “Hay numerosos proyectos nuevos que hasta hace unos años no se podían hacer, y el cambio normativo permitió edificaciones en áreas estratégicas”, explica.
Los barrios privados son otro motor, especialmente con la llegada de argentinos y, en menor medida, brasileños. “También hay personas de Montevideo y de otras partes del país. Después de la pandemia creció mucho la población estable y, con ella, más colegios, liceos y hasta alguna universidad”, apunta Santestevan.
La directora de Turismo de la Intendencia de Canelones, Ximena Olivera, coincide en que el crecimiento se ha acelerado en los últimos años. “Han habido muchas inversiones a lo largo de la costa, pero la mayoría de los proyectos inmobiliarios se desarrollaron más para vivienda estable que para turismo”, explica. Según Olivera, la posibilidad de teletrabajar fue clave para que más personas se trasladaran hacia el este.
Foto: archivo
Atlántida es un caso emblemático. Allí no solo han surgido nuevos emprendimientos residenciales, sino que además se proyecta un plan de inversión en saneamiento que marcará “un antes y un después”. “Hoy, Atlántida tiene un sistema muy incipiente. Con la nueva inversión no solo se podrán pensar hoteles o un puerto, sino también un hospital, infraestructura que la zona necesita”, sostiene Olivera.
La Floresta, a su vez, registró un crecimiento de un 110% y se ubica como el municipio canario de mayor aumento relativo respecto al 2011.
Además, aunque el corrimiento de oficinas hacia la zona no es masivo, algunas empresas han optado por instalarse allí en busca de mejores ubicaciones y facilidades en el estacionamiento. A futuro, Santestevan advierte sobre un desafío creciente en cuanto a la movilidad y el aumento del tráfico.
La expansión también ha impulsado la densificación en algunos puntos. “Un mismo terreno puede tener tres o cuatro construcciones. A veces, una barbacoa se transforma en un apartamento y un garaje, y el propietario lo alquila porque hay demanda”, comenta.
Con más proyectos inmobiliarios, nuevas inversiones en infraestructura y un flujo constante de residentes, Canelones consolida su rol como una de las áreas más dinámicas del país.