En el mundo entero, el consumo de vino bajó en comparación con años anteriores, y Uruguay no es la excepción, señaló el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), Ricardo Cabrera, a En perspectiva. En el marco de esas cifras, es una baja en la producción uruguaya a causa de la sequía que atravesó el país durante 2023, el gobierno autorizó la semana pasada la importación y producción de vino sin alcohol o de baja graduación en el país. Pero ¿qué implica?
El enólogo explicó que el consumo de vino ha cambiado: se toma menos tinto y más blanco, y también se busca con menos contenido alcohólico. De este modo, en Francia, surgió un nuevo producto: el vino desalcoholizado.
“Atentos a esa novedad, que la venimos estudiando de hace dos años, es que propusimos al Ministerio [de Ganadería, Agricultura y Pesca] y nos avaló la producción e importación de vinos desalcoholizados o de alcohol cero”, explicó el presidente de Inavi.
Para el enólogo, la nueva autorización del gobierno es una “buena medida para ampliar el horizonte, para el consumidor y para la producción nacional”.
El vino sin alcohol existe desde hace unos 45 o 50 años, indicó. A lo largo de los años, “ha mejorado tanto la técnica de la producción en retirar el alcohol del producto que, hoy por hoy, es tendencia mundial”.
Entre los mayores consumidores de este producto, dijo Cabrera, se encuentran los jóvenes.
De todos modos, el experto señaló que este tipo de vino “no va a competir” con el tradicional, ya que “es una bebida distinta porque no tiene alcohol”.
