En Perspectiva

Aire rico

Uruguay y los bonos de carbono: hacer dinero quitando CO2 de la atmósfera

Entrevista con los ingenieros agrónomos Álvaro Pérez del Castillo, director Ejecutivo de Carbosur y Walter Oyhantçabal, especializado en cambio climático y ciencias ambientales.

12.02.2021 18:24

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2021-02-12T18:24:00
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Por En perspectiva

Sacar carbono del aire, contribuyendo de esa forma a mitigar el calentamiento global, se está transformando en un negocio que crece a nivel mundial.

La semana pasada, el programa En Perspectiva, emitido por RadioMundo, abordó el caso de una empresa ganadera australiana que con sus técnicas de rotación de pastoreo, capturó en el suelo unas 40.000 toneladas de dióxido de carbono, certificó ese logro, obtuvo los llamados "bonos de carbono" y facturó por ellos unos 500.000 dólares.

El comprador de esos bonos fue Microsoft, una compañía que alienta iniciativas amigables con el medio ambiente en todo el mundo para compensar sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.

Aquí en Uruguay, las técnicas para capturar el dióxido de carbono en ganadería están empezando recién a probarse y, eventualmente, a aplicarse. En cambio, en el rubro forestación ya existe más experiencia con el secuestro de carbono, su certificación y su transformación en bonos que se venden en el mercado internacional.

De hecho, una empresa, Carbosur, viene asesorando a varios emprendimientos forestales para certificar sus procesos y generar bonos de carbono

¿Cómo han funcionado estos desarrollos hasta ahora? ¿Qué posibilidades de crecimiento tiene esta tendencia? Este viernes, en el programa En Perspectiva, el periodista Emiliano Cotelo dialogó al respecto con el ingeniero agrónomo Álvaro Pérez del Castillo, director Ejecutivo de Carbosur y Walter Oyhantçabal, Ingeniero Agrónomo con especialización en cambio climático y ciencias ambientales y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

EMILIANO COTELO: Esto tiene que ver con procesos que no es que sean nuevos en la discusión internacional, pero que parece que ahora empiezan a tomar forma por determinadas circunstancias ¿Desde hace cuánto tiempo está abierta esta posibilidad?

ÁLVARO PÉREZ DEL CASTILLO: El Protocolo de Kyoto entró en vigencia creo que en 2005, yo soy bastante malo para las fechas. Carbosur tiene veinte años y estamos trabajando en eso desde entonces. Obviamente después todo lo que fue ese acuerdo, el Protocolo de Kioto y mucho después el Acuerdo de París, pero nunca resultó en una posibilidad cierta de que esos proyectos que se desarrollaron efectivamente en Uruguay y que hubo empresas que invirtieron mucho dinero en desarrollar esos componentes de su producción. O sea, ya sea empresa que producían energía o empresas forestales que también desarrollaban la posibilidad de generar certificado carbono para venderlos en los mercados regulados, eso no funcionó, justamente porque no hubo acuerdo generalizados y que muchos países o muchas regiones, cada una fue por su propio camino: Europa con el Protocolo de Kioto se mantuvo, en Estados Unidos pasó lo que pasó, pero hay algunos estados que si tiene un mercado regulado interno, como puede ser California, hoy en día existe Nueva Zelanda que tiene su marcado, Australia, que es el ejemplo que mencionabas, y después están los mercados voluntarios, que eso sí es a nivel mundial, pero sin ninguna exigencia de Gobiernos o de leyes. Simplemente son empresas que por motu propio quieren comprar certificado de carbón.

EC: Así que estamos hablando de dos tipos de mercados, regulados y marcados voluntarios. Ya volveremos a eso, pero como la pregunta era sobre la empresa en estos veinte años, entonces. . .

APC: Hemos hecho de todo tratando de reinventarnos, en la medida de que las leyes del mercado mandan. Y un poco en aquellos primeros años, era enfocado a realizar proyectos presentados al Protocolo de Kioto, al mercado regulado. En ese entonces trabajamos mucho con parques eólicos, con plantas de biomasa que, en definitiva, esos emprendimientos, al generar energía de fuentes renovables, evitan que se queme fueloil en la Central Batlle. Por ese balance que se genera ahí es que se certifica y que pueden salir a vender certificados de carbono. Cuando todo eso cayó, como te decía recién, que hasta hoy esos certificados presentados a los mercados regulados, valen cero y hay cero demanda, y a Carbosur también la afectó, obviamente, pero años después surgió esto de los mercados voluntarios. Y ahí fue Carbosur de nuevo a presentarle oportunidades de negocios a empresas, para que presenten sus proyectos en los mercados voluntarios y así obtengan certificados de carbono que los puedan transar en la medida en que haya demanda.

EC: ¿Cuánto tiempo tiene entonces este nuevo envión?

APC: Carbosur empezó a asesorar estos proyectos forestales grandes cuando vinieron al país en la segunda ola grande de deforestación que hubo en el país, que fue a partir de 2005 o 2006. Entonces, en ese momento se identificó una región del país (Cerro Largo y Treinta y Tres) que la más alejada de los puntos de entrega de madera, y las empresas que fueron a invertir ahí asumían un riesgo adicional que era invertir en lugares muy lejos de los mercados. Entonces, al tener ese riesgo adicional, es que se permitía o que se posibilitaba esta oportunidad de presentar esos proyectos en los estándares internacionales de mercado voluntario.

EC: El tema estuvo en el tapete este mes cuando Microsoft anunció que, como forma de compensar sus emisiones causantes del efecto invernadero, compraba un bono de carbono de unos 500.000 dólares a una empresa ganadera australiana que, por su sistema de rotación en el pastoreo, logra capturar en el suelo 40.000 toneladas de dióxido de carbono. Fue la primera vez que un productor ganadero australiano vendió un bono de carbono. La noticia impactó entonces, primero por el marketing que rodea al comprador, a Microsoft. Y segundo, porque viene de la ganadería, que sea la ganadería quién vende estos bonos cuando es acusada por sus emisiones de efecto invernadero ¿Cómo vieron ustedes esta novedad de Australia?

APC: Lo de Australia lo vemos con optimismo. No nos tomó por sorpresa realmente el tema, porque desde Carbosur estamos al tanto de diferentes tipos de proyectos que se están generando a nivel mundial. Obviamente, el foco nuestro fue en el tema forestal, pero tenemos ojos puestos en la producción ganadera. Sí nos sorprendió que Microsoft puede comprar en el mercado voluntario a precios de mercado voluntario, que son mucho menores que los pechos que ellos compraron en Australia, que compraron a precios de mercado regulado australiano. Eso fue lo raro, ellos en verdad, compraron 40.000 certificados, y lo pagaron a precio de mercado regulado australiano, cuando en verdad podrían haberlo hecho a precio de mercado voluntario, que vale bastante menos.

EC: ¿Y eso cómo se explica? ¿Porque Microsoft quiere cambiar su imagen?

APC: Probablemente sí, o quizás no hay muchos proyectos ganaderos aún presentados a los mercados voluntarios ¿Dónde se presentan los mercados voluntarios? Uno entra a un sitio web (https://verra.org/ ) y ahí están todos los proyectos que empresas como Carbosur o e asesoradas por Carbosur presentan. No es un trámite sencillo, hay que seguir metodologías super exigentes, o sea, tienen que contratar a auditores que vienen, que estudian el proyecto. El proyecto tiene que superar determinadas exigencias que no son fáciles Por, eso, estos proyectos están en lugares de Uruguay lejos de los mercados. O sea, no son proyectos como UPM o Montes del Plata, están en otras regiones. Dentro de la plataforma Verra uno ve todos los proyectos que hay, y ganaderos no hay de Uruguay, sólo aparecen estos proyectos forestales y algún parque eólico, pero ganaderos todavía no hay. Entonces seguramente Microsoft dijo ‘Yo quiero comprar proyectos de ganadería' y salió a buscar, y el que encontró fue en Australia. Y el australiano le dijo ‘nosotros tenemos un mercado regulado' que no sé cuánto estará hoy en Australia, quizá unos veinte dólares el certificado. Y bueno, los puso, no le quedó otra".

EC: Vamos a explicar ahora con un poco más de cuidado el negocio en el que se mueve concretamente Carbosur ¿Cómo operan ustedes, ¿qué es lo que hacen? Ya vimos lo que es un bono de carbono, podemos repasarlo. Es un mecanismo de compensación ¿no?

APC: Un bono de carbono es una tonelada de CO2 absorbida de la atmósfera -en el caso de la deforestación- o evitar que se emita en el caso de una energía renovable. Pero si nos enfocamos en la forestación, es certificar la absorción de una tonelada de CO2 de la atmósfera.

EC: Entonces el bono materializa eso y se comercializa. Otra empresa que emite gases de efecto invernadero, compra para mitigar su huella de carbono,

APC: Esto ahora se puso de moda por un tema de oferta y demanda y de mercado. Las empresas deciden tomar políticas o implementar políticas de responsabilidad social empresarial, entre ellas la de ser carbono neutral. Por ejemplo, tu radio no quiere emitir más a la atmósfera. Entonces ¿qué haces? Medís tu huella de carbono. Entonces calculás que la radio en últimos tres años emite cien, por la electricidad que consumís, por los vehículos, por los residuos que generás, etc. Entonces esos cien, vos Lo primero que haces - y es lo que están haciendo muchas empresas a nivel mundial, entre ellas Microsoft- es plantearte qué medidas poder la radio para bajar la huella de carbono. Bueno, cambiar la bombita de luz, comprar autos eléctricos, la que sea. Y bajas tu huella a cincuenta, algo que tiene que venir un auditor a ver y certificar. De los cincuenta es difícil bajar, porque toda actividad humana algo emite. Entonces ¿qué opción tienes? Neutralizar esas cincuenta. Entonces, cada año tú vas al mercado voluntario y compras cincuenta toneladas de CO2 ¿Cómo sale la tonelada de CO2? Ahí viene la parte de Carbosur.

EC: ¿Qué es lo que hace Carbosur en esta serie de procedimientos?

APC: Primero, te puedo medir la huella de carbono de la radio, eso lo hacemos.

EC: Entonces, lo primero que hacen ustedes es asesorar a empresas sobre cómo meterse en este mundo.

APC: Es oferta y demanda. Por un lado asesoro la demanda, que en este ejemplo es tu radio, que quiere neutralizar. Le mido la huella de carbono y digo: acá precisás cincuenta toneladas para ser carbono neutral y poder decirle al público ‘nuestra radio no emite, no genera contaminación'. Eso es lo que hoy en día las empresas quieren. Por otro lado, la oferta de certificados. Y ahí vamos a lo que ha hecho Carbosur desde el año 2006, que nos acercamos a empresas forestales que venían Uruguay a producir madera. Les dijimos ‘tenés esta oportunidad, presentá tu proyecto en el mercado voluntario, que si se seguís estas metodologías -super exigentes, hay que preparar informes, un tema bastante burocrático- viene un auditor y el proyecto queda registrado en ese sitio (Verra) y te genera una cuenta que dice este proyecto tiene tantas toneladas de CO2 y eso lo podés vender en el mercado'. Entonces, ahí viene tu radio, se junta con este proyecto y dice ‘venderme cincuenta' como si compraras caramelos.

EC: O sea, yo hice todo lo que pude para bajar el impacto en las emisiones pero me quedó un margen, sigo contaminando algo. Entonces, para compensar eso, para terminar de limpiar mi imagen y mi comportamiento en relación al planeta, le compro a otro -por ejemplo, un proyecto forestal- bonos de carbono.

APC: Vos pedís las cincuenta toneladas de carbono, se entra el sitio web de ese proyecto forestal, se emiten esas cincuenta toneladas y se te entrega como un diploma donde dice que tu radio, por ejemplo, compró cincuenta toneladas Para de neutralizar sus emisiones del año 2020. Otro ejemplo, hace unos el año pasado nos llama un intermediario y nos pide 4.700 toneladas a nombre del ATP Tour. Resultó que esos certificados estaban destinados a neutralizar el avión de Roger Federer. Son empresas que por motu propio deciden tomar una actividad de Responsabilidad Social Empresarial de neutralizar sus emisiones. Te pongo otro ejemplo concreto para que s entienda: el año pasado hicimos un acuerdo con Hyundai Fidocar. Hoy en día tú compras Hyundai y se te entrega un certificado de retiro por tres toneladas de CO2, que te neutraliza las emisiones por los primeros diez mil kilómetros que tú hagas en el vehículo. Entonces ¿qué está haciendo Hyundai? Una medida de Responsabilidad Social Empresarial. Decir ‘mira, sí, yo vendo autos a combustión, yo sé que estoy emitiendo a la atmósfera, pero de alguna manera neutralizp esas emisiones de tu auto' ¿Dónde está ese carbono que emite el auto? Está metido en un árbol, en un proyecto forestal de madera de calidad en Cerro Largo, Uruguay. Así funciona.

EC: ¿Ustedes no son los que otorgan la certificación propiamente dicha?

APC: No, nosotros hacemos toda la documentación, que es un trabajo bastante engorroso y largo, para presentarle a auditores internacionales, que también es un trabajo complicado porque viene gente que no tiene ni idea de lo que es Uruguay, de otras culturas, con otro idioma y bueno, hay que hacerles entender cómo funciona la cosa, cómo se adaptan estos proyectos a la metodología que hay que seguir para que ese proyecto pueda ser validado, en un proceso cualitativo: puede o no puede. Si cumple todas las reglas, puede, sino, no puede, y nos ha pasado que algunos proyectos no pueden. Después viene el segundo paso, que es un proceso cuantitativo, es la verificación. Cuántos certificados tiene. En el caso forestal te miden el crecimiento de los árboles. El árbol en su proceso de crecimiento, transforma el CO2 en madera, y eso es lo que, por ecuaciones y cuentas, lleva a la cantidad de toneladas de CO2 que ese monte tiene secuestrado. Eso son las VCU, las Verified Carbon Units.

EC: Bueno, estoy mirando los mensajes de los oyentes que por suerte empezaron a caer uno tras de otro. Miro el último, por ejemplo. Dice Eduardo "que complicado: suena a una bolsa de valores de salud ambiental"

APC: Capaz que el complicado soy yo, pero en verdad es complicado, sí, y es parecido una bolsa de valores. La transacción de estos certificados, estos VCU, es como si fueran acciones. Uno va, mira qué hay, cuánto vale, y compra.

EC. Otro oyente dice que en realidad, estos negocios no sirven para bajar el CO2, sino para limpiar la imagen de una empresa.

APC: Hay mucho de eso, pero es la forma. No está bien visto en una empresa diga "¿Cuánto emito, cien? Vendeme cien y no hago nada". Sí está bien visto que la empresa haga todo lo posible para bajar y después, para el saldo que le queda, compre certificados.

EC: Comprar certificados, que quiere decir lo mismo que apoyar un proyecto, una empresa, un desarrollo, que sí retira CO2

APC: De alguna manera, al comprar certificados estás dando un apoyo a un proyecto con un impacto positivo en el ambiente, que es secuestrar CO2 de la atmósfera.

EC: Sigamos entendiendo todo esto. En la ganadería y en de Australia, se utilizan técnicas de rotación en el pastoreo para efectivamente, terminar en la captura de carbono. En el caso de la forestación, tú explicabas algo recién ¿es esencialmente captura de carbono?

APC: Uruguay tiene unas características ambientales, su ecosistema natural de campos de pradera, que han sido degradadas por 400 años ganadería. Entonces, Uruguay dio una ventaja respecto a muchos países del mundo. Ese campo de pradera degradado con un stock de carbono muy bajo. Entonces, al plantar árboles de rápido crecimiento como son los eucaliptus, los pinos, se genera un aumento impresionante del stock de carbono secuestrado en cada una de esas hectáreas que se plantan. Pocos proyectos a nivel mundial secuestran lo que secuestran estos proyectos uruguayos, son volúmenes muy grandes. Hoy decías lo del caso de Microsoft, con cuarenta mil toneladas. Los proyectos de Uruguay forestales tienen cinco millones, siete millones, tres millones. . . es mucho carbono que ha sido secuestrado y se ha certificado por esos estándares. Hablando de la ganadería, obviamente que hay un mundo en que Uruguay tiene que empezar a avanzar, yo creo que a más velocidad de lo que lo está haciendo. Uruguay tiene una bomba de tiempo en frente que es la ganadería por las emisiones que genera el ganado.

EC: ¿Cómo una bomba de tiempo? ¿La controversia en el mundo por la ganadería y la carne?

APC: Lo que emite el ganado, el tema metano. Entonces, hay que buscar. Esta oportunidad, y más que nada, la forestación da la posibilidad de generar sistemas productivos integrados entre forestación ganadería. Esto que se hizo en Australia con los suelos. O sea, que los suelos por métodos de pastoreo rotativos permitan secuestrar más carbono en el suelo. Son todas medidas que Uruguay va a tener que ir tomando para bajar lo que llaman la huella de carbono de la ganadería. Hay que buscar medidas, una opción clara es la integración productiva. Basta de que la forestación desplaza a aquél y todos se pelean con todos. Tiene que haber una integración que permita que, en este caso la ganadería, los predios ganaderos, tengan una huella de carbono mejor de lo que hoy presenta.

EC: En el caso de la forestación ¿la huella de carbono cómo es? porque la actividad en sí misma de plantación y crecimiento de árboles captura carbono. No sé si es necesario explicar mucho más. Ahora bien, alrededor de la forestación pasan otras cosas. Entran y salen camiones Igualmente, hay máquinas. Esas máquinas, por ejemplo, que se fabrican en otro país, en una fábrica donde hubo emisiones. A su vez, cuando termina la producción se llevan los troncos a una factoría y en el camino hay emisiones ¿todo eso está computado en la forestación?

APC: Se llega hasta determinado límite. Probablemente esa fábrica que produjo la máquina ya está neutralizada con algún certificado, algún otro proyecto o mide su huella o toma medidas para bajar las emisiones. Acá uno genera un marco y dice ‘hasta acá analizó yo'. Es una de las metodologías de las que hablábamos antes. Siguiendo esa metodología, obviamente se tiene en cuenta misiones, por ejemplo, cuando vienen los tractores a trabajar. Sin embargo, la emisión dentro de lo que es un proyecto forestal sin llegar a la a la industria, en todo lo que es la preparación de suelo, el laboreo el transporte, es despreciable comparado con lo que secuestra esa forestación.

EC: Bueno, veamos así ahora si la experiencia de ustedes ¿Con cuántos proyectos forestales han trabajado hasta ahora?

APC: Bueno, Carbosur llegó a desarrollar ocho proyectos forestales en Uruguay. En estos momentos administramos directamente el componente de secuestro de carbono de tres proyectos grandes, más o menos veinte millones de toneladas.

EC: ¿Y qué tipos de proyectos son esos?

APC: Estos son proyectos forestales de turnos largos. Cuando es práctica común, es difícil que pueda ser aprobado en estos estándares.

EC: No entendí ¿qué es práctica común?

APC: Vayamos al caso de las plantas de celulosa. Es difícil que las plantaciones de las plantas de celulosa, por ser algo que todo el mundo hace en torno a la planta de celulosa, que producir madera pulpable en turnos cortos de diez años y además ya está el mercado claro ahí, O sea, uno sabe que esa madera termina en esa planta.

EC: ¿Esos proyectos, entonces, en principio no califican para los bonos de carbono?

APC. El beneficio ambiental lo tienen, hablando de todo, de todas las críticas que se están dando con la forestación y esta famosa ley de Cabildo Abierto, que es bastante controversial y hasta injusta, te diría. La cuestión es esos proyectos tiene un beneficio porque secuestran carbono. No es posible hoy con las herramientas y las metodologías que hay, transformar ese secuestro de carbono en certificados transables en estas VCU.

EC: ¿Por qué?

APC: Porque no cumplen todos los requisitos que exige la metodología y uno de ellos es lo que se llama adicionalidad, y es que el proyecto no se haría si no tuviera el empuje o el ingreso de divisas por venta de los certificado. Entonces vayamos de nuevo a los casos de Carbosur, que decidió irse lo más lejos posible dentro del Uruguay, Cerro Largo y Treinta y Tres, donde tenemos posibilidad de marcado, y a cientos de kilómetros de Montevideo o de las plantas de celulosa. En esos lugares el inversor necesitaba un empuje adicional, y eso se lo da la venta de certificados carbono. Eso permitió que estos proyectos, que además son proyecto de turnos largos, madera de calidad para hacer muebles, que hoy se está vendiendo mucho en sudeste asiático.

EC: O sea, son proyectos que terminan viabilizándose porque venden efectivamente certificados de carbono,

APC: Ese es un poco el espíritu detrás de poder presentar y fue lo que decías tú antes. Al comprar certificados apoyas a que un proyecto de este tipo a que sea viable. Quizás no lo hubiese sido y eso es lo que se llama la adicionalidad, y es lo que hace que no todos los proyectos forestales en el Uruguay, que sí son este ambientalmente amigables por el hecho de que todos secuestran, puedan salir a vender eso.

EC: ¿Desde cuándo están vendiendo certificados?

APC: Empezamos a asesorar empresas en estos temas forestales en el segundo boom grande y la forestación, que fue en 2006, y estos proyectos fueron validados, que es el proceso cualitativo que te contaba, en 2012. Ahora, por ejemplo, estamos de nuevo verificando, de nuevo contando cuánto carbono absorbieron en estos últimos años para poder tenerlos y para poder venderlo.

EC: porque los bonos están asociados a un periodo ¿no?

APC: Exactamente. Como parte de todos estos procesos que hay que hacer, que, repito, son largos, costosos y a veces complicados, hay que demostrar el promedio de largo plazo que esos proyectos forestales secuestran. Si tenés cien hectáreas con cero stock de carbono porque es una pradera degradada, cuál va a ser el aumento del stock de los próximos cien años, hay que demostrar. Hay plantear un escenario que va a incluir, obviamente, plantación, crecimiento de los árboles, cosecha, plantación, etc. Se hace un promedio de largo plazo que es lo que el auditor o la metodología ve, y te permite salir a vender al mercado.

EC: Entre los mensajes de los oyentes veo que hay varias consultas de gente que por lo visto está en el tema y que tiene un poquito más de precisión técnica ¿Cuántas toneladas por hectárea captura la forestación?

APC: Obviamente que depende del estado del bosque. Un bosque en muy mal estado produce poca madera y poca biomasa, produce poco certificados. Pero yendo a la pregunta, una plantación típica de eucaliptus o de pinos en esta región que hablamos, secuestra en el punto máximo unas 700 toneladas, y por lo tanto decir ese promedio, que es lo que uno puede salir a vender, son 350 toneladas por hectárea.

EC: ¿Por cuánto tiempo?

APC: Una vez en la vida se puede vender eso. Ese ese promedio de largo plazo, ese aumento del stock de carbono que tú tenés en tu hectárea, tu demostrás que va a aumentar de 0 a 700 y podés vender la mitad. Ese valor es lo que uno puede vender de nuevo una vez en la vida.

EC: Preguntan a propósito de bosques nativos ¿Se puede gestionar lo mismo con bosques nativos o sólo con áreas forestadas?

APC: Bueno, el tema del bosque nativo es todo un tema aparte. Existen diferentes tipos de proyectos y uno de ellos se llama deforestación evitada. Hay muchos proyectos presentados en este sitio, Verra, que en definitiva lo que se hace es proteger a una superficie de bosque nativo que está siendo degradada por talas ilegales o tala rasa. Entonces viene alguien y compra 200.000 hectáreas en el Amazonas y dice ‘esto acá no se toca más y por lo tanto no va a tener deforestación'. Y esa deforestación evitada se transforma en certificados. Esos certificados tienen buen valor porque en el mercado voluntario importa el carisma de los proyectos, y se paga muy bien por esos certificados. En el caso nuestro, no es que no sean carismáticos, pero obviamente que al ser plantaciones comerciales y demás, el valor del certificado es bastante menor que otro tipo de proyectos. El bosque nativo en Uruguay está protegido por ley, entonces no hay deforestación.

EC: Vamos a incorporar otra voz en esta conversación. El ingeniero agrónomo Walter Oyhantçabal, especializado en cambio climático y Ciencias Ambientales, integra el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, conocido por la sigla en inglés IPCC. Me gustaría que le diera este al oyente antecedente, el marco a propósito de esto de los dos mercados, por ejemplo, de lo que venía hablando Álvaro ¿Cómo es esto? ¿Cómo observa usted la evolución que han tenido?

WO: Bueno, esta diferenciación entre mercado voluntario y mercados regulado es fundamental. El primer mercado regulado internacional se creó en Convención Marco de Cambio Climático y fue el Protocolo de Kyoto. El Protocolo de Kioto establecía oportunidades en mercado para los países en desarrollo y compromisos obligatorios de reducción de emisiones s para los países desarrollados. Y los mecanismos de mercado eran mecanismos de flexibilización para facilitar el cumplimiento de las metas. Pero el Protocolo de Kyoto ya es historia. Entonces lo que importa ahora es plantarnos frente al escenario que viene para Uruguay que es el que comienza con el Acuerdo de París que se aprueba en 2015 y entonces la historia de los mercados de carbono cambia radicalmente. Porque a partir de ahí todos los países tienen que comprometerse a hacer esfuerzos por mitigar el cambio climático, y eso lo pueden lograr tanto reduciendo emisiones como aumentando su remoción, o sea, secuestro de carbono en distintas oportunidades como se ha venido hablando aquí. Entonces el mercado grande, que viene del futuro, es el mercado bajo el Acuerdo de París. Ese mercado está vinculado a que los países presentan cada cinco años contribuciones nacionales determinadas donde se comprometen a alcanzar un determinado nivel de reducción de emisiones. Y para cumplir con esas contribuciones nacionales que se las denomina NDCS -Uruguay ya presentó su primera contribución nacional en 2017- los países establecen políticas domésticas, y entre esas políticas domésticas están los mecanismos de mercado. Entonces, Australia, Canadá, la Unión Europea, Brasil, están estableciendo en mercados domésticos para poder facilitar el cumplimiento de las metas que el país presenta a la Convención de Cambio Climático, con miras a que el mundo tiene que ser carbono neutro desde mediados de este siglo, o sea, de apenas treinta años. Y el mundo está muy lejos de la carbononeutralidad. Si el mundo no la alcanza antes de la segunda mitad de este siglo, vamos posiblemente a transformar nuestro sistema climático de una manera muy, muy peligrosa. Entonces, ¿cómo alcanzarla? hay distintas políticas de incentivo. Por ejemplo, un país puede promover energía renovable, o puede establecer mercados donde le establece a sus empresas, en particular a las grandes emisoras, en cada país un límite. Le dicen ‘no puedes emitir más de tanto'. Y al establecer ese límite le abre la posibilidad de que lo haga internamente en todo o en parte, como el ejemplo que ponía el colega sobre sobre la radio, o puede comprar en el mercado las unidades que le faltan para cumplir el compromiso que le establecen internamente los gobiernos a sus empresas.

EC ¿Como entra allí la diferencia entre el mercado regulado y el mercado voluntario?

WO: Bueno en el mercado del Acuerdo de París no se habla de mercado voluntario. Es un mercado regulado y que está al servicio del cumplimiento de las contribuciones nacionales de los países. Y en este sentido quisiera hacer una referencia a que la reducción de las emisiones es un beneficio permanente, o sea, una tonelada de CO2 no emitido es un beneficio permanente para la atmósfera. Lo que no se emitió, no está en la atmósfera. En cambio, cuando hablamos de remociones o de secuestro de carbono, tenemos que tener claro que eso que se secuestró puede volver a la atmósfera. Entonces, ahí se plantea en el mercado, tanto en el voluntario como en el regulado, la diferencia entre los certificados que son permanentes y que valen más. Porque la empresa, una vez que la compró ya logró su objetivo, y los certificados llamados temporarios, porque tienen una fecha de vencimiento. Entonces, cuando ese certificado vence, la empresa lo tiene que reemplazar Esa ha sido la gran dificultad que han tenido en el mundo los certificados por extraños. Las empresas finalmente en el mundo desarrollado, prefirieron compra reducciones permanentes y no preocuparse de que dentro de cinco años van a vencer y hay que renovar Este. Lo mismo puede pasar con el secuestro de carbono en el suelo. O sea, hay que garantizar que este carbono que se secuestró no se pierde. Un predio ganadero está secuestrando carbono porque cambió sus prácticas. Pero ¿qué pasa si después vuelve a las prácticas anteriores, y ese carbono se pierde? Entonces, el tema de la no permanencia es un tema central en la consideración de los mercados, y yo pongo el ejemplo de la forestación: yo secuestro 35 toneladas por año Hasta el año diez y luego corto el bosque. Al cortar el bosque, eso que se secuestró regresa a la atmósfera, y nuestros inventarios de gases de efecto invernadero nos dicen que todos los años contabilizamos lo que se secuestra en ese año y lo que se emite ese año por extracción de leña, por extracción de madera para industria, por incendios. Entonces hay una contabilidad doble, lo que se secuestra y lo que se emite. Y es algo que es importante tener en cuenta, que es el tema de la no permanencia del beneficio que tienen las actividades de secuestro.

EC: Ingeniero Pérez del Castillo, sobre lo que decía Oyhantçabal ¿qué agrega usted?

APC: Este último tema de los de los certificados permanentes o que vencen, en los mercados voluntarios no corre. Estos acuerdos internacionales, principalmente el Protocolo de Kyoto, siempre fueron muy en contra de los proyectos forestales y entonces, entre otras cosas, se ponían esas trabas de que los certificados vencían y las empresas tenían que volver a comprar esos certificados que habían comprado cinco años antes. Hoy en día, con estas metodologías que hay que seguir, que son súper exigentes, con auditorías internacionales y demás, uno demuestra lo que se llama el riesgo de no permanencia. Y es justamente eso que hablaba Walter, que vos tenés un stock de carbono casi cero en tu pradera degradada. Plantas, árboles empiezan a crecer obviamente se cosechan. La metodología asume que el cien por ciento de esa madera que se cosecha se emite de nuevo a la atmósfera, cosa que es mentira porque la mayoría de estos proyectos es madera de calidad y por lo tanto el carbono se queda en los muebles, y después se demuestra que en Uruguay el cien por ciento de las áreas cosechadas se vuelven a plantar. Entonces se presentan escenarios a cien años demostrando que lo que uno planta en un campo de pradera, crece y se cosecha una y otra vez y así va a ser indefinidamente. Entonces esos certificados pasan a ser permanentes y las empresas como tal lo asumen así. Y por eso es que están viniendo, compran y neutralizar sus emisiones este año y no tienen que volver a comprar certificados. Así se maneja el mercado voluntario que trabajamos nosotros.