La formalización del exsenador Gustavo Penadés por más de 20 delitos sexuales provocó conmoción al sistema político uruguayo, y tuvo repercusiones a varias bandas en la jornada de ayer.

A media mañana, el Senado expulsó por unanimidad al exsenador nacionalista, en aplicación del artículo 115 de la Constitución, que prevé la remoción de un legislador por la realización de “actos indignos” para el cargo.

Acto seguido, el Frente Amplio presentó una moción para que el Senado solicite la renuncia del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, ante la presunta participación de dos policías en una investigación paralela en la que se buscaba determinar la identidad de las víctimas y amedrentarlas, en beneficio de Penadés.

La moción, finalmente no fue aprobada ya que no contó con los votos del oficialismo. El Frente Amplio también promovió la misma moción en Diputados, pero tampoco contó con el apoyo suficiente.

Mientras los senadores debatían, el presidente Luis Lacalle Pou habló del tema en rueda de prensa en Torre Ejecutiva.

El senador de izquierda Enrique Rubio dijo: “El problema de Heber es que hay una cadena de desaciertos, de traspiés y de errores enormes a lo largo de su gestión”.

“Hace mucho tiempo que tenía que haber dado un paso al costado, porque el ministro del Interior no nos ofrece garantías y no nos ofrece garantías, no a la oposición, no ofrece a los uruguayos”, agregó Rubio en entrevista con En perspectiva.

“El presidente esquiva permanentemente los problemas alegando la ignorancia, la confianza y que fue engañado. El ministro hace exactamente lo mismo ante cuestiones muy graves en las que se reiteran este tipo de explicaciones, y la verdad que no corresponden”, sostuvo.