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Está crudo

Pros y contras: ¿qué dicen profesionales del agro sobre la compra de Minerva a Marfrig?

Los ingenieros agrónomos Pablo Carrasco y Gustavo Garibotto hablaron del impacto que tiene en el mercado y el contexto de la transacción.

04.09.2023 11:24

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2023-09-04T11:24:00
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Por En perspectiva

El principal rubro económico de nuestro país, la industria de la carne, se vio sacudido en los últimos días por la compra de tres plantas frigoríficas a manos de Minerva Food a Marfrig. Esto fue parte de un proceso mucho mayor que implicó más plantas en la región, por ejemplo, en Brasil y Chile, con un costo total de 1.500 millones de dólares.

Pero ¿qué impacto tiene eso en el mercado uruguayo? ¿Por qué genera tanta preocupación en las autoridades de gobierno y en los productores uruguayos? ¿Cuál es el contexto de esta compraventa entre gigantes de la industria? ¿Hay consenso en las repercusiones? Sobre este tema dialogó En perspectiva con una mesa de expertos en la que participaron los ingenieros agrónomos Pablo Carrasco y Gustavo Garibotto.

Carrasco explicó el contexto de las empresas. Comentó que las dos historias empresariales son como “el santo evangelio” para los empresarios porque son hijos de carniceros y transportistas de ganado que terminaron siendo empresas líderes a nivel mundial.

En el caso de Minerva, detalló, son emprendedores de primera, que fueron beneficiados en el primer período del actual presidente de Luiz Inácio Lula da Silva porque fue “muy generoso” y apoyó a estas dos empresas. Ese “apoyo” generó que Marfrig termine siendo muy grande, pero que también “debía en grande”.

“Fijate que la operación es de 1.500 millones [de dólares] para una empresa que debe 8.500 [millones de dólares], es decir, bajó un 20% su endeudamiento, lo cual es muy bueno, pero son hijos del coraje de Brasil y de ellos mismos”, apuntó.

“Este negocio se produce porque Marfrig tenía en la cabeza de —y eso lo ha dicho su CEO uruguayo— ir dejando los comodities, que es un negocio de escala enorme y de bajísimos márgenes, e ir a cosas de valor agregado que lleguen más cerca del cliente final. Por eso, se quedó en Argentina con Patty, se quedó en Uruguay con Hamby, se quedó con esta planta de enlatado en Fray Bentos y en Brasil se quedó con una megaempresa de hamburguesas. Es decir, está saliendo de la faena y apunta al ciclo dos, que es qué cosas hacés con los cortes: los despostás, sacás los cortes, los procesás, ponés porciones, les ponés cajita”, explicó.

“Hacia ese lado viajaba Marfrig cuando recibe esta oferta absolutamente imposible de rechazar, porque el total de unidades que se vendieron fueron 16 y por eso hubo 1.500 millones de dólares. Si hacés un número rápido, te da que pagaron 100 millones por cada planta que compraron, y ninguna planta en Uruguay vale 100 millones. BPU, que es la más cara que podemos tener, se vendió ahora, no sé si en 74-75 millones de dólares. Si vendés tres a cien millones, tenés que vender”, agregó. 

Garibotto, en tanto, detalló que, en caso de que se concluyera esta compra, Uruguay representaría el 11% de la cantidad total de animales que faena Minerva y esa es la razón por la cual todos están preocupados.

“Si no recuerdo mal, en enero MInerva compró por 40 millones a BPU Durazno, pero BPU había sido comprado por NH Food, otro monstruo, por 135 millones, y entre medio perdió decenas de millones por año. Eso es lo que ves como natural, pero que hay algunas luces rojas de ese negocio que uno no alcanza a entender, sino inclusive como país”, agregó el otro ingeniero agrónomo.

Finalmente, Garibotto consideró que el mercado cárnico “no era muy distinto” a como sería si este negocio se concreta, ya que el país tiene una treintena de establecimientos de faena con muy diferentes tamaños, escalas, alcances y posibilidades de negocios en los primeros mercados.

“Ya hace muchos años que la faena está muy concentrada en muy poca industrias, con las características que cada una de ellas representaba en el entornos del 8,9 o 10%, pero con un problema que tenemos: una industria que tiene una relativamente importante capacidad ociosa y eso hace que la planta terminen cerrando en diferentes momentos del año porque tenemos una estacionalidad en la producción de ganados, que no alcanza ser mejorada con el tema de los encierros, que la industria frigorífica algunas de ellas tiene”, indicó, y concluyó diciendo que es justamente por eso que “no modifica esencialmente” los riesgos de los que hoy se habla o de los que se tiene temores.