Lombriplus, una microempresa uruguaya que se ocupaba inicialmente de la cría de lombrices para la fabricación de humus, un fertilizante natural muy eficaz, y luego pasó a experimentar con la cría de larvas de la mosca soldado negro, desarrolló un nuevo fertilizante muy potente que combina la acción de las lombrices con las larvas de esta mosca.
Con el apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), Lombriplus proyecta patentar y comercializar este fertilizante. Además, su actividad está llamando la atención en el exterior. Concretamente, una empresa de economía circular de Perú se ha contactado con ellos para conocer y aplicar su tecnología de tratamiento de residuos con larvas de moscas y lombrices.
“Un día mi señora de forma totalmente fortuita descubrió larvas de algo que, al principio, fue bastante repugnante y feo de ver, en un lecho de lombrices que se había obturado su drenaje. Ese lecho tenía restos de café y allí había una cantidad impresionante de larvas blancas que me llamaron la atención”, contó a En Perspectiva su director, Fernando Muñoz, sobre cómo dieron con la mosca que daría el puntapié a todos sus productos.
En un principio pensó que se trataba de moscas de las que se ven habitualmente en las casas. Sin embargo, Muñoz comenzó a observar detalles que le llamaron la atención. “Primero, que convivían con las lombrices y luego que no había mal olor. Entonces, ahí empezó el experimento”, contó.
A partir de allí comenzaron su proyecto que desde noviembre de 2024 cuentan con el apoyo de la ANDE. “De ese experimento vamos a sacar la primera enmienda [fertilizante] orgánica premium, porque supimos armonizar el trabajo de las larvas con las lombrices”, apuntó.
Consultado sobre en qué consiste esta “armonización”, describió: “La larva de la mosca trabaja y es una bioconvertidora. Y es, como yo la he bautizado, el Santo Grial de la economía circular”.
“La larva de la mosca se come todo lo que son residuos, es decir, trabaja con todos los residuos, a diferencia de la lombriz que, por ejemplo, no come carne ni lácteos. Además, la larva es más rápida que la lombriz. Entonces, cuando yo le doy alimento a una dotación de larvitas y a una dotación de lombrices, la larvita va a entrar a comer de forma voraz y a los 12 días va a estar pronta. La lombriz, como es muy oportunista, va a comer todo lo que generó la larva de la mosca”, describió.
El resultado de todo el proceso es un fertilizante con dos procesos de depuración: el de la larva de la mosca soldado negro y luego el de la lombriz. De acuerdo con Muñoz, el producto resultante es de “excelente calidad” porque “pasó todos los exámenes habidos y por haber de la naturaleza”.
“O sea, no queda ni un rastro de patógeno. Con la lombriz podía quedar apenas un 0,1%, ahora no hay nada, la larva lo liquidó de entrada”, comentó maravillado.
De articular los procesos de ambas especies surgió el fertilizante orgánico que comercializan, que tiene elementos antifúngicos de “primera mano”. “Es como si le diéramos una vacuna a la planta, como a un bebé, para que, cuando crezca, la planta genere sus propios anticuerpos”, comparó.
Según explicó Muñoz, su fertilizante sirve para “cualquier tipo de planta”.
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