Tras el anuncio del presidente Luis Lacalle Pou sobre que China aceptó de forma oficial, a través de una carta, la propuesta para avanzar en un tratado de libre comercio (TLC) con Uruguay, las repercusiones desde distintos ámbitos empresariales, académicos y sindicales no se hicieron esperar.

En primer término, Lacalle Pou informó que el proceso comenzará con un estudio de factibilidad que los dos gobiernos esperan culminar antes de finalizar 2021.

Este miércoles, desde En Perspectiva conversaron con Gabriel Rozman, empresario y presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, para conocer sus primeras impresiones ante el anuncio.

 Rozman destacó en primera instancia el trabajo del embajador uruguayo en China, Fernando Lugris, así como el del embajador del país asiático en Uruguay, Wang Gang, que es una “persona muy activa”.   

A su vez, Rozman destacó que a China le interesa hacer un acuerdo con Uruguay “porque lo ve como un país estable en una parte del mundo donde tiene pocas relaciones”.

“Esto lo ayudaría a extenderse más en Latinoamérica y a Uruguay lo ayudaría porque con un TLC pueden llegar inversiones chinas al país, que hoy hay muy pocas. Y además aumentaría el comercio con China”, señaló el empresario.

A su vez, Rozman apuntó que el punto positivo es que los aranceles por los productos que Uruguay vende a ese país se irían desgravando, y no se pagarían.

Esto implicaría “un ahorro de muchísimo dinero”, porque hay otros competidores como Nueva Zelanda, Australia o Chile hoy no los pagan, indicó.

Rozman insistió en que un buen acuerdo puede “incentivar a que lleguen a Uruguay inversiones chinas, porque para los inversores respaldados por el gobierno chino un TLC es muy importante”.

También consideró que de concretarse el acuerdo, hay varios sectores para desarrollar en Uruguay como la industria lanera, porcina, avícola y madera.

“Da a Uruguay la categoría de un país serio, con el que China quiere trabajar. Los chinos están convencidos que tienen que mejorar la vida de la clase media de China, en alimentos como número uno (leche, carne, entre otros)”, agregó.

En el caso de los productos que entran al país desde China, Rozman dijo que se va a pretender una baja arancelaria, en la importación de automóviles, por ejemplo.

Sin embargo, el directivo aclaró que las desgravaciones no implican que de un día para el otro “todo entra libre”, sino que se “negocian”.

Sobre los posibles planteos de los socios del Mercosur ante este avance en las relaciones con China, Rozman dijo en referencia a productos que se pueden comprar en la frontera que los montos que puede comprar Uruguay no son significativos para venderle, por ejemplo, a Brasil