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Florit: Robert Silva “sabe tan bien como yo que no hay guardias gremiales”

El docente dijo que ANEP “todavía está a tiempo” de compensar con tiques el almuerzo perdido durante el paro.

20.08.2021 16:26

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2021-08-20T16:26:00
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Por En perspectiva

El cierre de numerosos comedores escolares el miércoles pasado debido al paro convocado por la Federación Uruguaya de Magisterio sigue generando controversia.

Ayer el presidente del Codicen, Robert Silva, volvió a criticar que el sindicato no dejara una guardia gremial e informó que 41.029 niños se quedaron sin comer en 200 escuelas que vieron alterada su rutina debido a la medida.

El ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, por su parte, sostuvo que “hace falta más sensibilidad hacia los costos sociales” que tienen algunas medidas que llevan adelante los sindicatos.

“Las autoridades educativas han hecho todo lo que tenían que hacer”. “Si el servicio de alimentación se interrumpió para miles de alumnos no es porque las autoridades educativas hayan dejado algo que tuvieran que hacer”, indicó el ministro. Y continuó: “no es porque vino un huracán, o una cosa de ese tipo que uno no maneja, o una pandemia. Es porque hubo un actor específico que tomó una decisión”, al referirse a la medida del sindicato docente de no prever guardia gremial durante al paro. “La sociedad no funciona así: yo decido lo que quiero y digo: ‘de las consecuencias de mis decisiones que se ocupen otros’. Si todos empezamos a actuar así, la sociedad se bloquea”. “Lo normal es que cada uno de nosotros elija en libertad, decida en libertad y responsablemente se haga cargo de las consecuencias de sus decisiones”, subrayó.

¿Qué sucede históricamente con la alimentación escolar en los días de paro? ¿Qué ha ocurrido en otras oportunidades, en el pasado, cuando se tomaron medidas similares?

Esas y otras interrogantes fueron abordadas este viernes en el programa En Perspectiva, emitido por Radiomundo, durante una entrevista con el maestro Héctor Florit, ex director del Consejo de Educación Inicial y Primaria.

Además de haber ejercido el mencionado cargo, el docente es también dirigente histórico del gremio de magisterio, y sigue vinculado al sindicato justamente en temas como la alimentación escolar.

Durante el reportaje, se le preguntó a Florit cómo se solventaban estas situaciones en los paros durante la década de 1990 y 2000, cuando él fue director del Consejo.

Según Florit “pasaba lo mismo que paso el miércoles: no había guardia gremial”. A ese respectó, enfatizó que una guardia de ese tipo “tiene enormes complejidades, en un servicio que requiere de docentes porque hay niños, y requiere de auxiliares porque tiene que hacerse una tarea de preparar y de servir comidas” y que, para mayor dificultad tal labor, “está dispersa en 2300 centros”. Por todo ello, “es un sistema de un grado tal de descentralización, que asegurar ese servicio a través de un comedor tradicional es muy improbable”.

“Nunca hubo guardia gremial. Al igual que ahora, los comedores cerraban”, afirmó, y recordó que “el presidente del Codicen (Robert Silva) fue el secretario general del Codicen entre el 95 y el 2000 (. . . ) , Secretario General entre 2000 y 2005 y presidente desde 2015”. Por todo ello, “sabe ta bien como yo que no hay guardias gremiales”. Por esa razón, entiende que “haber enfocado el debate público y los señalamientos en el tema alimentación, resultó un mecanismo poco feliz en lo que hace a la discusión de fondo” que es lo que vota en la Rendición de Cuentas al respecto de la educación.

“Todo este sistema de alimentación escolar descansa sobre el Impuesto de Primaria, un impuesto vareliano, en el Programa de Alimentación Escolar (PAE), pero sobre todo descansa en los maestros, los auxiliares y directores” que cumplen estas tareas vinculadas a la alimentación “sin que sea su cometido especifico”.

“Hay todo un sistema enormemente complejo que compromete directores, auxiliares y docentes, muchos de los cuales no perciben un salario por esto”, describió. Posteriormente, Florit criticó .”el señalamiento público y la insistencia sobre quién comió y quién no comió”, algo que desvió el foco sobre lo que entiende que es el tema de fondo, que sería “una respuesta a la Rendición de Cuentas y  “al déficit  que eventualmente está teniendo la ANEP sobre los comedores”.

El docente repasó luego la propuesta de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) que planteó “dar tiques durante ese paro como se hizo en Semana de Turismo.

“Es un cambio, una alternativa, no estoy diciendo que no haya otras ni que no haya que instalar una mesa de negociaciones, algo que me parecería perfecto. Sobre esto último, opinó que “si el Codicen sabe desde hace años que no hay guardias gremiales,  no tenía que esperar a ese día (el del paro) para convocar una mesa de negociación, podría hacerlo en cualquier momento”.

En cuanto a los almuerzos no servidos, Florit afirmó que, en caso de querer hacerlo, el Codicen está a tiempo de subsanar esa pérdida.

 “Si efectivamente tiene un listado de 40.000 niños que no comieron, se acreditan los tiques y santas pascuas” explicó el maestro, quien apuntó que se trata del mismo recurso al que “el Codicen apeló en situaciones similares”.

En casos anteriores, “el Codicen no pagó antes, sino después”, remarcó Florit, quien dijo conocer bien el mecanismo porque se gestó en tiempos en que él integraba el organismo.

El maestro destacó la necesidad de modificar el sistema de alimentación para garantizar una comida diaria a los niños vulnerables y que esta refección no esté necesariamente atada al funcionamiento de la escuela.

“El miércoles pasado hubo algunos niños que se quedaron sin almuerzo, pero le miércoles que viene, 25 de agosto, el 100% se quedarán si almuerzo, igual que todos los sábados y domingos del año”, enumeró.

Por ello, la iniciativa de la FUM contempla que “además de los 185 días anuales que se come en la escuela, en los otros 180 días los niños más vulnerables tengan un mecanismo alternativo que asegure, por lo menos, un ingreso a la familia”.

Florit reconoció que el sistema de tiques cuesta “el doble o más” que el comedor tradicional, pero remarcó que “Uruguay es el único país de América que tiene un impuesto específico para los comedores escolares. Es un orgullo para el Uruguay que haya un mecanismo tan progresivo de distribución de la riqueza”.

El docente recordó que en la actualidad, dicho mecanismo “destina 50 millones de dólares a la alimentación escolar" y podría rendir aún más con “un plus que empiece por no desviar de la recaudación de ese impuesto dinero para otra cosa que no sea la alimentación”, desvió que -denunció- "está incluido en el proyecto de Rendición de Cuentas" votado en el Parlamento.

“Con eso podemos financiar una parte de la atención a los niños que tienen esas situaciones más críticas en los 180 días en que la escuela está cerrada”.