Francisco Bustillo renunció el pasado miércoles al cargo de ministro de Relaciones Exteriores luego de que la exsubsecretaria Carolina Ache presentara audios en la Fiscalía en los que, el entonces ministro, le sugería ocultar chats de Whatsapp vinculados a la entrega del pasaporte que el narcotraficante Sebastián Marset obtuvo a fines de 2021 cuando estaba detenido en Emiratos Arabes Unidos.
Las denuncias de Ache impactaron en el sistema político, tanto en el oficialismo como en la oposición. En filas del gobierno todos admiten que este “es el lío más grande del gobierno”, pero el problema más fuerte está en la bancada del Partido Nacional, dice el diario El País.
Agrega que allí hay “furia” con los involucrados, y en la mayoría de los casos “cero respaldo” a los jerarcas que al cierre de esa edición todavía estaban en pie: el ministro del Interior, Luis Alberto Heber; el subsecretario de esta cartera, Guillermo Maciel; y el asesor presidencial, el publicista Roberto Lafluf.
El senador del Partido Nacional Sebastián Da Silva dijo: “Hay que asumir que Balbi nos ganó a todos en el episodio Marset”. “A partir de no asumir es que comenzamos a vivir todo tipo de errores y horrores”, agregó en diálogo con En perspectiva.
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