El Partido Socialista se ha distanciado de varias posturas mayoritarias del Frente Amplio (FA), impulsadas por su presidente, Fernando Pereira.

Hace unas semanas, el partido más antiguo de la izquierda uruguaya planteó públicamente sus discrepancias con dos instancias de diálogo en las que participó Pereira.

Por un lado, el cónclave multipartidario que el propio presidente del FA convocó para dar una señal de convivencia democrática y terminar con los agravios en la discusión política. Por otro lado, la reunión que mantuvo la cúpula del partido de izquierda con Guido Manini Ríos, en la que el líder de Cabildo Abierto planteó su iniciativa de crear un ámbito para discutir políticas de Estado. 

“Nuestras alianzas están en el pueblo y no con dirigentes políticos que sostienen el modelo de desigualdad, relativizan los derechos humanos, justifican el terrorismo de Estado, desprecian la lucha por ‘Verdad y Justicia’ y enarbolan posturas reaccionarias, machistas y discriminatorias”, afirmó por su parte el Partido Socialista en una declaración junto a otros sectores, luego de ese encuentro. 

¿Cómo se explica este posicionamiento? ¿Dónde se ubica hoy el Partido Socialista dentro de la interna frenteamplista? De esto conversó con En Perspectiva el diputado y secretario general del partido, Gonzalo Civila.

Ante la consulta de cómo evalúa el momento político que vive el país, tras la imputación del excustodio del presidente Luis Lacalle Pou, Civila opinó que el Gobierno intenta implementar “algunas políticas que revelan sus rasgos más violentos”, y ejemplificó: “La forma en que está intentando implementar la reforma educativa, la forma en que se ha parado respecto del apoyo a las ollas populares, y el vínculo con las organizaciones sociales, un vínculo muy accidentado”.

“Yo creo que hay mucha violencia institucional y simbólica”, consideró y agregó que, en estos últimos años, se ha visto “un recrudecimiento de la violencia policial en algunos barrios, que no ha tenido como correlato una mejora de las condiciones de seguridad, sino al contrario, un deterioro de la garantía para muchos ciudadanos”.

También habló de “violencia simbólica” y “violencia en las decisiones”, en referencia a la decisión del Ministerio de Desarrollo Social de cortar vínculo con la Coordinadora Popular y Solidaria. “El propio Estado no se ha hecho cargo de la política alimentaria como debía”, sentenció, y dijo que queda “en evidencia” un modelo “violento” y de “desigualdad”.

En tanto, como oposición opinó que “no basta solo con denunciar”, sino que hay que presentar propuestas y “construir alternativas con otros”.

Por su parte, respecto a la reunión que mantuvo el FA con Cabildo, en la que se planteó la idea de crear un ámbito multipartidario para discutir políticas de Estado, Civila indicó que el accionar del partido perteneciente a la coalición se debe a “una razón estratégica”. “Cabildo necesita un paraguas para tener un pie adentro y un pie afuera del gobierno”, valoró.

Y agregó que CA “logró lo que logró desde el punto de vista electoral desmarcándose, en cierta medida, del resto de los partidos” que integran la coalición multicolor, “planteándose como una derecha popular”.