El Eternauta, la serie del momento en Netflix acapara conversaciones en oficinas y juntadas, porque viene impulsada por una muy fuerte campaña de marketing y por la calidad de su producción.

Pero todo este éxito tiene su origen en una historieta de ciencia ficción de la década de 1950.

El guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López fueron publicándola por entregas semanales entre 1957 y 1959, en la revista Hora Cero. Luego, en los años 70, la dupla publicó una segunda parte.

Oesterheld, que se había integrado a la organización Montoneros, fue secuestrado por paramilitares en abril de 1977 y desde entonces permanece desaparecido, al igual que sus cuatro hijas.

En un país de grandes historietistas como Argentina, el hogar de Mafalda, de Inodoro Pereyra, del Macanudo de Liniers y las Mujeres alteradas de Maitena, El Eternauta cobró con los años un cierto estatus de obra maestra para los conocedores del género. Una leyenda aumentada por el final anticipado y violento de su autor.

Y no solo es valorada así en esta región, ni siquiera solo en Latinoamérica, sino también en España.

En Perspectiva conversó sobre la historieta y el significado que tiene la historia con Ignacio Alcuri, escritor, especialista en el mundo de las historietas, autor de ese tipo de obras y periodista en la sección cultural de La Diaria; y con Esther Feldman, guionista argentina residente en Uruguay, quien, por ejemplo, trabajó en la serie Okupas, creada por Bruno Stagnaro, el mismo responsable ahora de la adaptación de El Eternauta a la pantalla.

Alcuri destacó de la historieta original, entre otras cosas, que es “muy conversada”. “Tiene muchísimo texto. Hay una importancia del texto sobre la imagen, incluso teniendo a Francisco Solano López, que es un genio absoluto, es un poco fuerte. En aquella época no se confiaba tanto en que los lectores sacaran información del dibujo”, indicó.

“Terminé comprobando por qué es la historieta que representa a la República Argentina”, indicó el comunicador.

Para Feldman la serie es una “adaptación brillante” de la obra de Oesterheld y Solano López. Además, destacó que la serie viene refleja que en el sur “también” se puede “hacer algo con las dimensiones y con la espectacularidad de la que nos tiene acostumbrados el norte”.

“Los alienígenas llegan a Argentina, no a Nueva York”, enfatizó y destacó que “hay guiños que muestran: esto está ocurriendo en Argentina”.

Alcuri, quien admitió que todavía no vio la serie, estuvo de acuerdo con Feldman. “Para mí es una historieta que representa la argentinidad, por decirlo de alguna manera, desde varios puntos de vista”, planteó.

“Yo tengo una relación muy fuerte con Argentina y muchas veces la defino como un país imposible. Porque es un país que, comparado con el nuestro, es rimbombante, ruidoso, y también tiene cosas autodestructivas. Pero, a la vez, siempre crea sus propias herramientas para evitar la autodestrucción”, consideró.

En esta línea, Alcuri opinó que “los argentinos, cuando logran organizarse, cuando logran superar las diferencias, son capaces incluso de hacerle frente a una invasión extraterrestre. Yo creo que eso pasaría en la vida real, seguro”.

“Creo que es mucho más que una historieta”, acotó Feldman y desarrolló: “De alguna manera, es la novela gráfica que funda un género en la historieta, porque por ese entonces todavía no existía la novela gráfica”.

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