Este 30 de octubre, Luiz Inácio Lula Da Silva venció a Jair Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones de Brasil. De este modo, el 1º de enero de 2023 el líder del Partido de los Trabajadores (PT) se convertirá en presidente brasileño por tercera vez. La región y el mundo tienen un ojo puesto en el país, que con el cambio de gobierno traerá cambios en la política exterior.

El investigador y docente Álvaro Padrón, quien además es cercano al equipo de Da Silva, dijo a En perspectiva que afuera de Brasil, “todo el mundo aplaude la llegada de Lula”. Según Padrón, si el futuro presidente es “tan importante en Brasil”, es “mucho más” para afuera, ya que, salvo Bolsonaro, “nadie es muy conocido” fuera del país. El investigador sostuvo que el futuro presidente brasileño “se transforma en una esperanza” de poner al país “nuevamente en el mundo”.

De este modo, Padrón expresó que con la llegada de Lula al poder “va a haber una capacidad de interlocución y una imagen de cambio tan obvia que le facilita mucho el terreno de la interlocución de Brasil en el mundo”.

Cuando Lula estuvo en el poder se agrupó al BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un acuerdo que surgió entre “países emergentes”. Sin embargo, para Padrón, hoy “es el punto más delicado de la política internacional brasileña”. El investigador aseguró que aquella realidad “ha cambiado muchísimo” y “ya no son tan emergentes”.

Según Padrón, “no tiene ningún sentido que América Latina se tenga que plantear una especie de alianza exclusiva con alguna de estas lógicas”. El investigador considera que la región “tiene que pensar cómo contribuye a un mundo más multipolar, no bipolar”. En ese sentido, explicó, “es muy importante lo que haga Brasil”, ya que, como fundador de los BRICS, “¿cómo hace para no quedar atrapado en su historia y actualidad de pertenencia a ellos?”, preguntó el experto.

Sin embargo, Padrón señaló que Brasil tiene “muy claro” que “solo puede ser un jugador global si lo hace con la región”. El docente destacó que, si bien esa “siempre fue una estrategia”, en este momento “es mucho más importante” porque hay “un Brasil más débil que antes”. “Hay dos cambios fundamentales: el contexto internacional y la propia realidad de Brasil”, explicó.