En Perspectiva

Hay que ser torero

Abdala: quienes defienden la LUC “ahora sí van a tener que salir al ruedo”

El dirigente sindical consideró que el “tsunami democrático” de las firmas obligará al oficialismo a cesar en su “táctica de silencio”.

09.07.2021 16:11

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2021-07-09T16:11:00
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Por En perspectiva

La Comisión Pro Referéndum que impulsa la derogación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) presentó el jueves ante la Corte Electoral 797.261 firmas solicitando la realización de una consulta popular.

La cifra representa unas 130.000 adhesiones más que las 675.000 estimadas como necesarias para cumplir con el requisito constitucional a efectos de concretar el referéndum, y supera ampliamente la meta que se había fijado la comisión, que era de 700.000.

Las firmas fueron llevadas hasta la Corte Electoral por una caravana de autos y bicicletas que partió después de las 15.00 horas de la sede del PIT-CNT, en Jackson y Charrúa, y recorrió la avenida 18 de Julio hasta la Ciudad Vieja. Cientos de militantes se situaron en las veredas para saludar el paso de la marcha.

Este viernes, el secretario general del PIT CNT, Marcelo Abdala, fue entrevistado en el programa En Perspectiva, emitido por Radiomundo. Durante el reportaje se analizo el desarrollo de la campaña y el escenario planteado hacia la concreción del referéndum.

En primer lugar, el sindicalista fue consultado sobre sus consideraciones acerca del positivo resultado de la campaña de recolección, una iniciativa que había sido vista con pesimismo en sus comienzos, incluso por algunos de quienes la impulsaban.

"Al principio este emprendimiento parecía una quimera, más que una quijotada. Si escuchabas algunos expertos de las ciencias sociales, era de difícil pronostico", por decir lo menos, concedió Abdala. "Hubo un tiempo en que casi que limitamos a lo básico la movilidad, porque en ciertos momentos de la pandemia no podíamos poner en riesgo la vida de los militantes y la población. Se hizo con todo el viento en contra".

En cuanto a la superación de la meta fijada y el empuje final que permitió asegurar la cifra, el representante metalúrgico atribuyó el fenómeno a diversos factores.

"En primer lugar, trabajamos con mucha amplitud, al punto de que incluso en el seno del movimiento sindical había distintas opiniones al respecto de esta iniciativa. Creo que promovimos en las organizaciones un debate sumamente respetuoso".

Además, "con esa misma amplitud y con firmeza estratégica" se dialogó y trabajó en forma conjunta "con fuerzas políticas, en particular con el Frente Amplio, en la Intersocial y en las relaciones con movimientos sociales", explicó.

Asimismo, otro de los factores fue "una persistencia importante y un esquema organizativo sólido", en el que "se partió de la base de que en medio de la pandemia no iba a ser el esfuerzo de unos cientos de sacrificados militantes, sino que tenían que ser decenas de miles juntando cada uno poquitas firmas, pero saliendo masivamente para llegar al resultado".

Durante la campaña "hubo ‘aceleradores' que llevaron a un incremento en el ritmo de recolección", concretamente, "el 1 de mayo el 17 de junio (día de paro general) que "jugaron en el ánimo, en decir ‘aquí no se rinde nadie'", consideró.

Según Abdala, en las fases finales de la campaña "ya no era la organización, era el vecino, el familiar, que salían al encuentro de las últimas firmas de manera masiva", en lo que se convirtió en "una respuesta democrática muy grande del pueblo uruguayo. De todo el pueblo uruguayo, porque para llegar a casi 800.000 firmas tenés que haber conversado casi con tres millones", expresó.

Posteriormente, el entrevistado destacó que "hubo un clima de respeto muy importante en el desarrollo de la campaña" y que "incluso el que no firmaba tenía una actitud de respeto para quienes recolectaban firmas", una actitud cívica que contrasta con "lo que uno ve a veces en las redes sociales".

Entrevista adelante, el periodista Emiliano Cotelo señaló que si bien se recolectaron más firmas que las esperadas y en principio, más que suficientes para conseguir el objetivo, fueron aproximadamente 150.000 menos que los votos que tuvo en noviembre de 2019 el Frente Amplio, partido que apoyó la campaña y cuyos votantes se suponen simpatizantes de la causa.

A ese respecto, Abdala consideró que esa pregunta era más adecuada "para un integrante del Frente Amplio que para un dirigente sindical", y recordó que las diversas dificultadas que atravesó la campaña podrían explicar en parte esa diferencia de números.

Durante varios meses en la pandemia, en alguno lugares de trabajo no había nadie", recordó, considerando que esa eventual falta de firmas en votantes del FA "es más atribuible a la dificultad para llegar a todos lados. Hay muchos sectores que quizá ni siquiera fueron abordados".
Y en términos de comparar números, puntualizó que si bien las firmas fueron menos que las obtenidas por el FA en las mencionadas elecciones, "hay más firmas para que el pueblo decida sobre la LUC que votos tuvo el presidente en octubre de 2019".

Para Abdala, el referéndum "es un hecho" y destacó que si bien la Corte Electoral tiene 150 días hábiles para contarlas y analizarlas, ese proceso seguramente será rápido porque "hubo mucha prolijidad en la recolección, se hizo muy bien el precontrol de la calidad de las firmas y la huellas digitales".

En opinión de Abdala, "hay un antes y un después" de la entrega de firmas, que constituyó "un terremoto político inesperado" que obligaría al gobierno a modificar la táctica oficialista "que ha sido la del silencio, no han querido debatir. Ahora se va a producir un debate nacional al respecto, eso ya lo dijo ayer el presidente de la república y creo que ahora si van a tener que salir al ruedo y va haber debate, lo que me parece sano para la democracia", aseveró.

En cuanto a ese debate en cuestión, aseguró que se mantendrá el foco en el tema y que "no va surgir ningún tipo de beligerancia artificial con el Poder Ejecutivo".

"El debate profundo de ideas construye democracia, no veo que sea un problema. Nosotros lo proponemos siempre con respeto por el que piensa distinto, no bajamos a la grosería o al insulto, algo que otros no pueden decir", subrayo, para agregar que ese intercambio de ideas "no significa un proceso de campaña de desestabilización o de agresión, como algunos quisieron pretender, sino lo contrario".