Vicente Sánchez dialogó con Montevideo Portal

Vicente Sánchez es uno de los siete uruguayos que actualmente milita en la Major League Soccer estadounidense, un torneo que año a año crece en cuanto a cuidado e inversión por mejorar el nivel del espectáculo. La contratación de figuras como Frank Lampard, David Villa o Kaká, que van de la mano con la aparición de nuevos equipos, son sólo una muestra de ello.

Carucha lleva un año en esa liga y no duda en definirla como "increíble", pese a algunas pequeñas contras como la gran cantidad de canchas que utilizan césped sintético, una complicación para las rodillas de varios. No obstante, un árbol no tapa el bosque y el torneo se torna "disfrutable", según manifestó el propio jugador en diálogo con Montevideo Portal.

"Se juega un fútbol muy físico y se corre mucho. De a poco se va viendo la mejoría del nivel en los resultados de la selección, que fue la primera de Concacaf en clasificar al Mundial y lo hizo sin problemas. Están contratando grandes jugadores, que se suman a los muy buenos que ya hay. Que haya futbolistas tan importantes la hace una liga competitiva", valoró el delantero, y destacó que "el estilo de juego es parecido, salvando las distancias, al alemán, porque apuntan a llegar al arco en tres toques. Es muy vertical y los jugadores son verdaderos atletas".
 
Justamente de Alemania tiene propiedad para hablar, dado que fue uno de los pocos uruguayos que jugó en la Bundesliga, a la que llegó en 2008 precedido de sus grandes campañas con el Toluca mexicano. "Se jugaba a otra cosa totalmente distinta a la que yo jugaba en México. Era un fútbol de más choque, y me costó el proceso de adaptación. En el segundo año le agarré más la mano y tuve más continuidad. Es una liga disfrutable y muy linda de jugar, donde siempre se juega a cancha llena. Disputé una Champions League y aprendí mucho sobre el entrenamiento. Eso hizo que a los 34 años, esté como estoy", reconoció.

Sánchez permaneció dos años y medio en el Schalke 04, donde además de compartir vestuario con los uruguayos Carlos Grossmuller y Gustavo Varela (cuando él llegó Darío Rodríguez acababa de volver a Peñarol), fue compañero de Manuel Neuer, Benedikt Howedes y Mesut Ozil, tres campeones del mundo con la selección alemana hace poco menos de un mes en Brasil, que por entonces eran jóvenes promesas que asomaban con un futuro prometedor.

"Manolo Neuer desde que debutó (con 20 años) no salió más. Ya se veía que era muy bueno, y a pesar de ser arquero era y es increíble su juego con los pies. Para el equipo que lo tiene, es como contar con un defensor más", contó del arquero de 28 años. "Howedes se veía que iba a ser un jugador con muchas cualidades, y Ozil se fue de Schalke por un problema económico, pero el club quería retenerlo. Se fue al Bremen y no paró más. Ya se veían con un futuro increíble", recordó.

En medio de su paso por Schalke 04 disputó, sin saberlo en aquel entonces, los que serían sus últimos partidos con la selección uruguaya, con la que totalizó 31 presencias y cinco goles entre noviembre de 2001 y noviembre de 2008. Lo último a nivel oficial fue el centro para el cabezazo de Abreu en el recordado 2-2 con Bolivia en La Paz, y luego un amistoso con empate sin goles frente a Francia en París. Antes, dos buenas Copas América, una en 2007 bajo la dirección técnica de Tabárez en Venezuela y otra en 2004 con Fossati en Perú.

"Mi pasaje por la selección lo tendré como un recuerdo muy lindo, de años muy felices. Siempre estaré muy agradecido con los entrenadores que tuve", dijo, y al ser consultado por la pérdida de su lugar en el plantel, a partir de 2009, demostró no tener rencor. "Es muy difícil ser entrenador de una selección, porque hay que elegir 23 entre muchos. Respeté la decisión del maestro en su momento y me quedé triste porque me hubiera gustado estar en la lista del Mundial de 2010, pero entendí que los jugadores que fueron hicieron las cosas muy bien. Como jugador quedé triste, pero como uruguayo muy feliz por las actuaciones de quienes tuvieron la posibilidad de defender la camiseta de la selección, tanto en el Mundial como en la Copa América", recordó.

Después de sus dos años y medio en el Schalke volvió a México, a mediados de 2010, decidido a romperla en el América como lo había hecho en el Toluca. "Estuve un año y medio y fue muy lindo. Hice una buena Libertadores y terminé siendo capitán del equipo. Tuve una lesión que me marginó cuatro meses y fue complicado porque es un club que demanda que juegues todos los partidos. Por ser el equipo de Televisa, lo que uno hace repercute mucho más", recordó del club desde el que llegó a Nacional tantos años después de aquel fugaz y fructífero pasaje por el año 2001.

"Estaba lesionado y me llamó la directiva de Nacional presidida por Alarcón. Yo tenía un año más de contrato con el América y venía saliendo de la lesión, pero no dudé en resignar plata y dejar de lado ese año que me quedaba de contrato en México. Me llamó también el Muñeco Gallardo y Nacional me propuso volver, así que no lo dudé. Llevaba mucho tiempo afuera y me di el gusto de ser campeón", contó Vicente, quien participó del título de campeón uruguayo del conjunto tricolor en 2001, aunque no estuvo en los últimos meses. Esta vez, en la temporada 2011/12, se sacó las ganas de estar en el tramo final y en los festejos.

Después de ese título, que borró el trago amargo de una Libertadores (2012) que empezó de muy buena forma con una gran actuación suya en Río de Janeiro para vencer a Vasco da Gama 2-1 y que terminó con eliminación en primera fase, llegó una campaña difícil a nivel individual y colectivo, tanto en materia de resultados como de lesiones. Al comenzar la Sudamericana 2012, sufrió la fractura del segundo metatarsiano del pie derecho en un partido frente a Deportes Iquique en agosto, lo que lo mantuvo sin jugar hasta el clásico del Apertura, tres meses después.

"Fue difícil porque no sabía cómo afrontar esa situación, ya que nunca había estado fracturado", recordó. A esa altura el entrenador era Gustavo Díaz, y a pocos meses de llegar el Chavo hubo cambio de directiva. Eduardo Ache ganó las elecciones a fines de 2012, se produjo el interinato de Juan Carlos Blanco y Gustavo Bueno luego de la salida del Chavo en febrero de 2013 y posteriormente comenzó el ciclo de Arruabarrena. "No hicimos un buen torneo", admite.

"El Vasco me nombró a mí dentro de una lista de tres jugadores que precisaba para la temporada siguiente, pero la directiva no mostró interés en renovarme y me vine a Estados Unidos. Me vine triste porque Nacional es el equipo al que quiero y en el que uno quiere jugar, pero era necesario llegar a un acuerdo con la directiva. No fue que hubo una propuesta que no acepté, sino que no hubo propuesta", recuerda Sánchez, quien por entonces también tuvo un par de ofertas concretas del fútbol de Colombia, país natal de su esposa.

Consultado por las ganas de volver algún día a vestir la casaca tricolor, no dudó al asegurar que piensa "todos los días en la vuelta". "Nacional es el equipo al que amo y ojalá pueda volver a jugar, porque el sueño siempre es regresar a la casa de uno, pero hoy estoy en otro club y tengo contrato por un año más. No me han llamado tampoco, pero encantado volvería", agregó en referencia al club donde además dejó amistades como "el Chino Recoba, Iván Alonso y casi todos los del plantel actual de Nacional".

Hoy, sus días transcurren en Denver junto a su esposa y a su primera hija, Mía Valentina, quien llegó hace tres meses para alegrarle todavía más los días. Sobre el futuro, ni él ni nadie saben lo que ocurrirá. Lejos de ponerse fecha de vencimiento como profesional ni de atarse a un país para vivir cuando decida ponerle punto final a su carrera, piensa en disfrutar el hoy, y ese hoy es Colorado Rapids. Desde su debut en el club, el 12 de agosto de 2013, jugó 21 partidos oficiales (16 de titular) y convirtió siete goles, y el equipo actualmente se ubica en zona de clasificación a los playoff.

Montevideo Portal l José Calvete