Un tribunal de Ankara autorizó este miércoles la libertad con cargos para
Faruk Koca, el expresidente del club Ankaragucu, en prisión preventiva desde
que le dio un puñetazo en la cara al árbitro Halil Umut Meler en un partido
contra el Rizespor, el 11 de diciembre pasado.
Koca está acusado de “lesionar a un funcionario en el
ejercicio de su trabajo” y de violar la ley contra violencia en el deporte, y
su agresión desencadenó un debate nacional en Turquía sobre el escaso respeto
que se les confiere a los árbitros.
La Federación Turca del Fútbol (TFF) suspendió los partidos
de todas las ligas durante una semana, multó al club con 62.000 euros y a cinco
partidos como local sin presencia de público en las gradas.
Contra Koca, que dimitió de su cargo al día siguiente de su
ataque, dictó una prohibición de por vida para ejercer actividades relacionadas
con el fútbol. Además, la TFF prometió mostrar una actitud enérgica para
acabar con lo que muchos consideran una cultura de impunidad.
En esa línea, la Federación impuso también una multa de
24.000 euros y un veto de 90 días a Ecmel Faik Sarialoglu, presidente del club
Istanbulspor, que el 19 de diciembre ordenó a sus jugadores abandonar el campo
en el minuto 73 del partido contra el Trabzonspor, por considerar injusta una
decisión del árbitro.
El marcador estaba 1-2 a favor del Trabzonspor, pero la TFF fijó
el resultado final como 0-3, y además quitó tres puntos al Istanbulspor, desde
hace semanas colista de la Superliga turca.
Halil Umut Meler, el árbitro agredido por Koca, forma parte
de los 11 jueces internacionales con derecho a arbitrar partidos de la FIFA.
Se espera que Koca y otros tres acusados por la agresión a
Meler aparezcan ante el juez el próximo 9 de enero, informó la cadena turca
NTV.
EFE / FútbolUy