Montevideo Portal Uruguay Open

El estadounidense Tristan Boyer regresará este noviembre al Uruguay Open 2025, tras consagrarse como campeón en la edición pasada, en la que venció por 6-2, 6-4 al boliviano Hugo Dellien en la final, en apenas 82 minutos de juego. Con ese triunfo, Boyer se convirtió en el vigésimo nuevo campeón en la historia del torneo que se disputa en las canchas del Carrasco Lawn Tennis Club.

Boyer tuvo un recorrido brillante en Montevideo 2024, eliminando sucesivamente a jugadores de peso como Juan Manuel Cerúndolo (octavo favorito), Gastão Elias, Thiago Monteiro (segundo sembrado), Camilo Ugo Carabelli (cuarto cabeza de serie), y finalmente a Dellien, campeón del Uruguay Open en 2021 y finalista en 2014 ante Pablo Cuevas.

Ascenso meteórico y temporada destacada

El título en Montevideo fue uno de los tres trofeos Challenger que Boyer levantó en 2024, junto a los de Mérida y Campinas. El estadounidense alcanzó además las finales en Las Vegas, Antofagasta y Savannah, consolidándose como uno de los tenistas más prometedores del circuito.

En septiembre de este año alcanzó el puesto 106 del ranking ATP, su mejor ubicación hasta la fecha, después de haber iniciado su carrera profesional en 2023 en el puesto 1500. En apenas once meses, logró irrumpir en el top 200, un progreso que evidencia su talento y proyección.

Además, en 2025 ingresó por primera vez al cuadro principal de torneos de Grand Slam y consiguió sus primeras victorias en eventos Masters 1000 y en el US Open, confirmando su crecimiento sostenido a nivel ATP.

Una conexión uruguaya clave: Marcelo Filippini en su esquina

Buena parte de este ascenso se explica en la alianza que Boyer selló con el ex tenista uruguayo Marcelo Filippini, quien comenzó a entrenarlo en 2024 tras una gestión del coach argentino Eduardo Infantino.

“Luego del contacto que tuvimos viajé a Estados Unidos, hicimos una prueba y todo fue resultando como queríamos”, contó Filippini, ex número 30 del mundo, que ha aportado experiencia y estructura al joven talento estadounidense.

La conexión uruguaya ha sido clave en su evolución técnica y mental, y su regreso a Montevideo no solo es una defensa del título, sino una suerte de reencuentro con el lugar donde comenzó a hacerse un nombre propio en el circuito profesional.