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Fútbol Internacional
Los caminos de la vida #11

Trabajó mientras jugaba y pasó de la D a Europa sin escalas: la historia de Gianluca Colla

Lo dejaron dos años sin jugar en formativas, le hicieron promesas en España que no se cumplieron y repartió viandas para una nutricionista.

20.04.2025 08:00

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2025-04-20T08:00:00-03:00
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Por Gonzalo de León

Cuando sos niño, siempre te preguntan: “¿Qué querés ser de grande?”. Las respuestas son variadas, lógicamente, pero hay una que se repite en prácticamente todos los jóvenes uruguayos, y es que quieren ser futbolistas.

La realidad es que, en relación con los que practican el deporte en el país, muy pocos son los que llegan a Primera División. Ni que hablar a la élite. Los que van quedando por el camino se dedican a otras profesiones, pero hay otros, muy destacados, que la siguen luchando.

Algunos tienen que volver a empezar ese camino desde lo más bajo, y no siempre dedicándose 100% al fútbol. Ese es el caso del protagonista de la historia de hoy, un verdadero caso de resiliencia, un luchador: Gianluca Colla.

Este futbolista uruguayo, criado en el Cerro y de 24 años, comenzó a jugar al fútbol a la temprana edad de cuatro años. Más tarde, con 11, arrancó en la escuelita de Liverpool, club en el que hizo las inferiores hasta los 16, cuando la vida le planteó su primer gran desafío.

En ese momento, debido a “problemas externos” que involucraban a su representante y al presidente, se quedó dos años sin jugar. “Tuve mucha crítica también del club por decisiones que yo no había tomado porque escaparon de mí; fueron malos manejos y yo no sabía que hacer: promesas de ‘vas a estar acá, vas a estar allá’”, contó a FútbolUy.

Gianluca Colla (10) jugando en Liverpool contra el Peñarol Agustín Álvarez Martínez (11) y Facundo Pellistri

Gianluca Colla (10) jugando en Liverpool contra el Peñarol Agustín Álvarez Martínez (11) y Facundo Pellistri

Gianluca entró en lista de retención y no fue hasta los 18 años cuando pudo volver a jugar. Firmó en Nacional y allí estuvo dos años en Cuarta División y uno en Tercera. Fue dos veces campeón uruguayo con el club. Además, entrenó con Primera en un par de ocasiones.

Llegó el 2022 y todo era color de rosas: dio el salto a Primera en Albion. “Si bien no tuve mucha continuidad [dos partidos y rotaba en Tercera], fue un año de aprendizaje al estar en un plantel de Primera”, recordó.

Para el segundo año, vio que “venía igual la mano” y rescindió.

Sin embargo, en ese 2023 “no se abrieron muchas puertas y fue un momento de pensar si seguir o no, si tirar la toalla, de mantenerte fuerte y seguir entrenando por tu cuenta”, pero, cuando todo parecía negativo, “un amigo de toda la vida me dijo de ir a jugar a la C, a Canadian”.

En el club lo “ayudaron un montón”: “Me dieron la posibilidad de volver a sentirme jugador, a disfrutar de jugar y entrenar”. En Canadian, en la Primera División Amateur, jugó todos los partidos e hizo goles, lo que le permitió ir a España.

Llegó al Marino, de la isla canaria de Tenerife, que jugaba en la Tercera RFEF, equivalente a la Quinta División. “Pude conocer el fútbol europeo. Si bien no era un nivel profesional, ya era España y cambiaban un montón de cosas. Había más exigencia”, detalló.

Gianluca Colla como jugador de Nacional. Foto: X @g_colla01

Gianluca Colla como jugador de Nacional. Foto: X @g_colla01

“Llegué con ciertas promesas que no se cumplieron. Eso te desenfoca un poco”, dijo sobre la experiencia, que duró siete meses, y agregó: “Siempre intenté absorber todo lo bueno, aunque cuando lo estás viviendo ves solo lo malo y no te sentís bien”.

“Lo viví como la última bala”

Tras esa trunca aventura en Europa, volvió a Uruguay, pero fue “una de las etapas más difíciles” que tuvo que atravesar porque se le “cerraban todas las puertas y no lo veía con ilusión”: “Ya no lo disfrutaba y empecé a mirar otras cosas, algo que no me había pasado nunca. Hubo mucha gente que no me quiso dar una mano”.

Hasta que, “un día, cuando ya no tenía muchas esperanzas, apareció una persona que me conocía desde chico [Gonzalo Mattos] y me dio la posibilidad” de ir a jugar en Deutscher, que estaba en la Divisional D, la Cuarta División de nuestro país, el último escalón del fútbol de AUF.

“Me dijo que querían ascender y que yo fuera un jugador importante.” Eso lo terminó de convencer para relanzar su carrera.

“Me revivió ese niño que tenía ese sueño de ser jugador y vivir del fútbol”, aseguró, y siguió: “Sabía que tenía que empezar de cero, de lo más bajo, pero lo tomé con entusiasmo; lo viví como la última bala”.

Y añadió: “Hice todo lo posible para que se diera. A pesar de ir pasando año tras año situaciones, de que se abre una puerta, se cierra otra, de tiempo sin jugar, lo tomé así: hacer lo mejor que podía”.

Con respecto a lo que fue su 2024 jugando en la D, repasó: “Entrenábamos de noche en el complejo de Boston, en Manga, y terminábamos a las 12, 12 y media. Al otro día me levantaba a las seis y media para ir al gimnasio a entrenar”.

Cuando terminaba su entrenamiento particular, se iba a trabajar, ya que “había empezado a repartir viandas para una nutricionista”. Estuvo en esa situación “seis o siete meses”.

Gianluca Colla jugando en Canadian en la C. Foto: Canadian Soccer Club

Gianluca Colla jugando en Canadian en la C. Foto: Canadian Soccer Club

Consultado sobre su capacidad para “cambiar el chip” de que ya no solo se dedicaba al fútbol, explicó: “Fue muy difícil. Cuando me tocó estar en Albion, con contrato y en Primera División, estaba con toda la ilusión del mundo, de jugar y dar un salto futbolístico y económico”.

“Pero no se me daban las cosas. Al año siguiente me fui a la C, que ya fue un cambio grande porque ya no cobraba. Empecé a ver diferente el fútbol, trataba de verlo como diversión y que era pasajero”, subrayó.

El 2024 terminó siendo redondo. Metió varios goles, ascendieron y fue elegido el mejor jugador del campeonato: “Me sentí jugador, me dieron confianza”.

Una oportunidad única

Luego de ese año, “surgió la posibilidad de pegar este salto”. Para sorpresa de él, le llegó una oferta desde un club de una Primera División de Europa, concretamente del Beroe Stara Zagora de Bulgaria.

“No me lo esperaba tan así, pero fue como una señal y una recompensa de todo el esfuerzo que venía haciendo y de haberme levantado a las cosas que me habían pasado”, aseveró.

Con respecto a cómo le llegó el interés, contó que fue a través de su representante, “de un contacto que tenía”. “El club estaba apostando en chicos y muchos sudamericanos”, agregó. Es compañero del también uruguayo Francisco Sagardia.

Gianluca Colla junto al uruguayo Francisco Sagardia. Foto: Beroe Stara Zagora

Gianluca Colla junto al uruguayo Francisco Sagardia. Foto: Beroe Stara Zagora

“Fue un momento de alegría”, dijo sobre su reacción al enterarse de la oferta. “En ese momento no transmití mucho, pero cuando volvía a casa me emocioné porque me puse a pensar en todo lo que había pasado”, ahondó.

Y agregó: “Con mi familia somos uno; nunca me dejaron tirar la toalla. Siempre me dieron todo para que peleara por mis sueños. Hubo mucha felicidad por mí”.

La liga búlgara es “muy competitiva”, pero, además, destacó que “es muy profesional, estructurada y con visibilidad, porque te pueden ver [de otras ligas] y cambiar la vida”. “El físico es otra cosa: se corre y se mete mucho, pero también se juega. Es muy exigente”, añadió.

“Si bien es Bulgaria, no deja de ser Europa. Es una liga muy linda para jugar y aprovechar para sumar experiencia y crecer. Es un lugar en el que, quizá, no tengas esa presión extra, pero sí por dentro eso de ser lo mayor profesional posible, porque te lo exigen”, expresó.

“El equipo que estoy yo viene en crecimiento, no nos falta nada: tenemos un estadio divino, el césped muy bien cuidado, un vestuario increíble, ropa de entrenamiento, gimnasio. En infraestructura hay un cambio con respecto a Uruguay, no siendo el más grande de Bulgaria, que están mejores”, reveló.

Sobre su vida en aquel país, detalló: “Todavía siento que estoy en ese periodo de adaptación, en el proceso de terminar de encontrarme y soltarme, de sentirme parte. Si bien en el club somos muchos sudamericanos, en la vida misma tenés que hablar inglés o el idioma de acá, que es imposible”.

Gianluca Colla jugando en Beroe Stara Zagora. Foto: Cedida por Gianluca Colla

Gianluca Colla jugando en Beroe Stara Zagora. Foto: Cedida por Gianluca Colla

“Me ayudó un montón” el hecho de haber jugado nada más llegar al país “porque me aceleró el proceso de empezar a disfrutar un poco más y sentirme uno más del equipo”, indicó.

Stara Zagora “es una ciudad pequeña” en la que tienen “todo cerca”. “Nos juntamos y nos acompañamos bastante; eso te facilita un montón la adaptación. Me ayudaron mucho, sentí apoyo”, siguió.

Para su suerte, el clima no es muy diferente al de acá: “Las estaciones son medio normales, como en Uruguay, pero en invierno hace mucho frío y en verano mucho calor, por encima de los 30 grados”. “Cuando llegué había -7, -8, nieve. Estaba imposible para entrenar: se te congelaban los huesos”, recordó.

Gianluca aseguró que se encuentra en la liga “más exigente, competitiva y difícil” de las que ha jugado hasta el momento en su carrera, porque “es la que requiere más cuidados personales, más exigencia al entrenar e intensidad”.

“La Primera División de Uruguay es aguerrida, pero acá se corre mucho más. Físicamente hay que estar preparado porque, si no, te pasan por arriba; están mucho en el detalle”, complementó.

Y cerró recomendando a colegas charrúas que vayan a Bulgaria: “Por lo que llevo y por los lugares que he estado, sí, recomiendo. Es una liga que te va a exigir un montón y te ve a ayudar a crecer. Es un buen destino para dar a conocer tu nombre y tener un roce más profesional. Es donde más me he sentido jugador de fútbol”.

Por Gonzalo de León