El lunes pasado fue noticia que el ganador de la carrera de 3.000 metros con obstáculos no fue keniata. El marroquí El Bakkali se colgó la medalla de oro cortando una racha de 41 años sin victorias de países que no fueran la gran potencia africana y mundial de carreras de fondo.

El martes, sobre la noche uruguaya, tampoco pudo ganar el oro Kenia en la rama femenina. Hyvin Kiyeng tuvo que conformarse con el bronce, por detrás de la ugandesa Peruth Chemutai y la estadounidense Courtney Frerichs.

Hoy miércoles, en la madrugada uruguaya y con gran expectativa, se corrió la prueba de 800 metros llanos masculina y los keniatas revalidaron su condición de potencia gracias a Emmanuel Korir y Ferguson Rotich, quienes se ubicaron en lo más alto del podio por delante del polaco Patryk Dobek.

Estaba en juego la corona olímpica que no pudo defender el keniata David Rudisha, campeón mundial en 2017 y medallista de oro en Londres 2012 (con récord mundial incluido) y Río de Janeiro 2016. Fieles a la tradición del país, Korir y Rotich se impusieron en la final olímpica más lenta de la especialidad desde Sídney 2000.

Korir, décimo en el último mundial, llegó a la meta con un tiempo de 1:45.06, a casi seis segundos del 1:40.91 de Radisha en 2012 pero con una ventaja amplia sobre sus perseguidores de hoy. Rotich, medalla de bronce en el último mundial, paró el cronómetro en 1:45.23, y completó el podio el polaco Patryk Dobek (1:45.39).