Cuando el Inter olía el Scudetto, cuando parecía que su resistencia en la segunda mitad era infranqueable, apareció Philip Billing en el minuto 86 para romper la espectacular racha de Josep Martínez y amargar la noche interista, manteniendo a su vez intactas las opciones del Napoli (1-1) en la ajustadísima pelea por el título.

En el duelo de la temporada, el que podría decidir buena parte del final de la campaña, quedó todo abierto. El Inter se adelantó con un golazo de falta de Federico Dimarco y el Napoli, que tuvo la vuelta de Mathías Olivera tras 42 días de ausencia por lesión, encontró su merecida recompensa.

El Inter (1º con 58 puntos) fue ligeramente mejor en la primera mitad, el Napoli (2º con 57) dominó la segunda y mereció el empate. El empate del Atalanta (3º con 55) mantuvo la parte noble de la tabla idéntica cuando parecía una jornada preparada para los asaltos.

Fue una batalla física y táctica descomunal que dos jugadas aisladas se encargaron de abrillantar. Especialmente la primera, la del Inter, con el zurdazo que Dimarco puso en el ángulo de falta directa en el minuto 22 para abrir el marcador.

El tanto marcó el partido porque el Inter cambió su plan. Dejó de ser tan agresivo arriba para fortalecerse atrás. Y el Napoli, poco a poco, fue generando algo de peligro, aunque casi siempre con la aparición estelar de un interista para apagar esperanzas napolitanas.

Cuando no fue Alessandro Bastoni en una entrada salvadora ante Romelu Lukaku, fue Josep Martínez con atajadas de arquero titular. En la segunda mitad, el golero salió al rescate en varias ocasiones; las más clara un disparo cercano de Scott McTominay que, casi sin ver, desvió con solidez.

En los minutos finales, Antonio Conte dio entrada a Billing para cargar el área y su cambio marcó el partido: el danés empujó un rechace del arquero del Inter para empatar el partido y dejar la Serie A muy abierta.