Fijo en las alineaciones del Girona, una de las sorpresas de La Liga de España, el central uruguayo Santiago Bueno repasa en una entrevista con EFE su buen momento mientras espera cumplir el sueño de jugar con la selección mayor de su país.

Este campeón del sudamericano sub-20 del año 2017, que en enero renovó con el club catalán hasta 2026, dice ser muy feliz en el Girona, 11º en La Liga y a solo cuatro puntos de las competiciones europeas, pese a ser un recién ascendido.

El presente es bonito, pero este espigado zaguero de 24 años, admirador de sus compatriotas Diego Godín y Diego Lugano, insiste en la necesidad de seguir trabajando como requisito para continuar creciendo.

El Girona anda bien encaminado para alcanzar el objetivo de la salvación.

Sí, pero todos los equipos están puntuando y esto te hace seguir a este nivel porque La Liga lo demanda y porque nosotros también nos autoexigimos, porque queremos terminar lo más arriba posible.

¿Ve al equipo preparado para entrar en la pelea por las plazas europeas?

La plantilla es muy competitiva y tiene mucho nivel, con jugadores con mucha experiencia y jugadores jóvenes con mucha hambre y ganas. El primer objetivo es la permanencia. Y después, seguir peleando. Ojalá lleguemos cuanto antes a los puntos para mantener la categoría y después tenemos que seguir compitiendo para pelear por más cosas. El míster ha dicho varias veces que quiere seguir haciendo historia acá y nosotros también. Es un desafío grande.

En lo personal también está siendo un gran año. Se ha convertido en una pieza intocable.

Estoy muy contento por el rendimiento y la confianza del míster, pero sé que siempre hay margen de mejora. Lo más importante es no conformarse.

La adaptación a Primera ha sido inmediata, ya que solo se ha perdido 102 minutos de Liga. En Segunda fue más difícil, con solo tres minutos en su primer año (2019-2020).

La gente joven quiere jugarlo todo y, obviamente, todos nos preparamos para eso, pero creo que he hecho el proceso bien. Me tocó un año con muy pocos minutos y, poco a poco, se me fue dando. Y creo que fue por el trabajo en silencio de puertas para adentro. No me olvido de ese primer año en el Girona. Me hace más fuerte. Gracias a esa experiencia, hoy lo puedo disfrutar más todo. Y lo disfruto con mucha responsabilidad, porque no quiero volver atrás. Muchas veces hablo con los jóvenes del club sobre esa ansiedad de con pocos años ya querer los minutos. Intento motivarlos y que sepan que uno pasó por esto. La gran mayoría de los jugadores pasamos por esto. Es la parte fea del fútbol: prepararse toda la semana para no poder competir y jugar el fin de semana, que es lo más lindo.

¿Sigue soñando con la selección?

Para los uruguayos la selección es algo increíble. Todos los jugadores uruguayos apuntan a la selección, a jugar un Mundial, una Copa América, un amistoso, lo que sea.

Ahora acaba la etapa de los Luis Suárez, Cavani, Cáceres, Muslera y compañía y empieza la era de los Araújo, Valverde o Darwin Núñez. ¿Se ve ahí?

Uno siempre sueña con eso y siempre espera ese llamado, pero hay que tener paciencia, trabajar y estar preparado para ese momento. Si se tiene que dar se va a dar en su momento. Uruguay tiene muy buenos jugadores a nivel global, tanto en el fútbol local como en el exterior, así que hay que saber esperar el momento y trabajar.

¿Ha hablado con los técnicos de la selección?

Estuve en la prelista del Mundial, que fue un logro para mí en lo personal por más que no pudiera estar en la lista final. Es algo que reafirma el trabajo. Me transmitieron que estoy un poco en el foco y que siga trabajando porque al final lo que haces en el club es lo que repercute en lo demás.

¿Cuál es su mejor recuerdo de la selección?

El Mundial de Sudáfrica fue increíble. Me acuerdo de vivirlo con la familia en casa. El penal de Abreu para meternos en semifinales es algo que ningún uruguayo olvidará nunca. La Copa América que logramos en Argentina contra Paraguay [2011] también fue algo inolvidable. Son recuerdos que no se te olvidan nunca y te quedan para siempre.

¿Fantasea con vivir algo así, con la Copa América de 2024 y el Mundial de 2026 a la vuelta de la esquina?

Uno siempre se ilusiona. Y viendo al futuro le dan ganas de poder estar ahí. Pero, como dije, hay que ir paso a paso.

EFE / FútbolUy