Emmanuel Macron, presidente de Francia, no pasó inadvertido este domingo en la final de la Copa del Mundo que terminó con victoria de su país por 4-2 sobre Croacia en el Luzhnikí Stadium de Moscú.

Pese a estar en el palco de autoridades, el mandatario celebró los goles con furia como un hincha más. Luego, cuando terminó el partido, saludó con un afectuoso beso a la presidenta croata, Kolinda Grabar-Kitarovic, a quien se la vio en todos los cotejos de su selección.

Minutos después, Macron estuvo en el vestuario de la selección croata felicitando a los futbolistas por su gran actuación, un gesto que fue destacado por la propia federación de fútbol de ese país.

Posteriormente se sacó las ganas de celebrar y lo hizo en el camarín de los jugadores franceses.