El alemán Alexander Zverev fue retirado en silla de ruedas de la pista central de Roland Garros tras torcerse el tobillo derecho en la semifinal contra el español Rafael Nadal.

El público, unos 15.000 espectadores que abarrotaron la pista, esperó unos 15 minutos para conocer si el germano podía volver a jugar. Pero, finalmente, salió con muletas y se comunicó que no podría seguir, por lo que avanzó Nadal.

El español se acercó rápidamente a ver como se encontraba si colega. Los gritos de Zverev conmocionaron a todos los presentes y, además, se retiró entre lágrimas.

De esta manera, Nadal jugará su decimocuarta final en Roland Garros, una ronda en la que nunca ha perdido. Habían sobrepasado las tres horas de juego y el español acababa de igualar a 6 juegos el segundo set, tras haber ganado el primero por 7-6(8).

El duelo finalizó 7-6(8) y 6-6 y el rival en la final estará entre el noruego Casper Ruud y el croata Marin Cilic. "Es duro verlo así, estoy triste por él, ha jugado un gran torneo, ha luchado por ganar un Grand Slam y no podrá conseguirlo por ahora. Lo lamento mucho", dijo Nadal.

El español reconoció que el partido fue duro: "tres horas y ni siquiera se cerraron dos sets". "Para mí es un sueño, pero acabar así es un poco triste. Es un momento difícil", cerró.