El argentino Mauricio Taricco, entrenador asistente del uruguayo Gustavo Poyet en el Jeonbuk Hyundai de Corea del Sur, se ofreció a renunciar a su cargo luego de ser sancionado por un supuesto gesto racista hacia un árbitro.
El exjugador de Ipswich Town y Tottenham, que ocupa el puesto de asistente de Poyet en el banco del vigente campeón surcoreano, fue sancionado con cinco partidos y una multa de 20 millones de wones (algo más de US$ 13.500) luego de ser declarado culpable por la K-League de haber hecho un gesto de “ojos rasgados”.
El argentino, de 52 años, dijo que se trataba de “un malentendido” y se ofreció a abandonar el club. “He vivido y trabajado en muchos países, con mucha gente, y nunca he tenido un problema relacionado con una cultura o raza”, indicó en un comunicado publicado por el club este martes.
“Siempre he considerado eso una bendición. Pero ahora, pese a todas las explicaciones que he dado, el contexto, el significado cultural y la intención de mis acciones han sido ignorados, y he sido etiquetado de racista por las supuestas 'autoridades', basándose en un simple malentendido”, cerró.
El Jeonbuk Hyundai informó haber investigado el incidente, y considera que no es razonable “verlo como un acto de discriminación racial”.
Taricco fue expulsado por el árbitro Kim Woo-seong este mes, luego de que el argentino considerase que su club debería haber recibido un penal por una mano rival en el área. Después, supuestamente gritó en español la palabra “racista” al árbitro, antes de poner sus dedos en los ojos y tirar hacia atrás.
El árbitro informó del gesto al comité disciplinario de la K League, que consideró que las acciones de Taricco “constituyen un comportamiento racista”.