Gustavo Pintos es uno de los tantos peleadores uruguayos que incursionó en un deporte de combate y se fue volcando hacia las artes marciales mixtas, soñando con llegar a la jaula más famosa del mundo. Arrancó con el kickboxing a los 20 años, y hoy con 33 está invicto en sus nueve combates en MMA, y le apunta de lleno a la UFC.

“Arranqué con kickboxing y estuve haciendo K-1, que es otra modalidad. Luego hice muay thai”, narró el Plena, como lo conocen todos en el ambiente desde 2013 gracias a la imaginación de Sergio Borges, su primer entrenador. “Siempre me gustó bailar y escuchar plena y música tropical, y en la emoción por haber ganado una pelea me puse a bailar arriba del ring. Sergio, con quien hoy me une una relación de amistad, se enteró de que bailaba bien y me puso ‘el Plena’. Y me quedó para siempre”, recordó.

Cuando se pasó al profesionalismo optó por K-1 y muay thai, “con rodillas y codos”, y se coronó campeón uruguayo y sudamericano. “En 2019, que fue uno de los años en los que gané más títulos, tuve peleas por títulos de kickboxing y un Panamericano de muay thai acá, en el Radisson. Después, hice cantidad de peleas”, contó Pintos, quien después de la pandemia de covid-19 empezó a dedicarse de lleno a las artes marciales mixtas, a las que empezó a vincularse incluso antes de imaginarlo.

Fotos: @fakunvazph) / Difusión Plena Pintos

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Gustavo el Samurai Alfonso, uno de los pioneros acá en Uruguay, siempre me insistió para que hiciera MMA, me ayudaba y me entrenaba. Yo, como con el piso no estaba muy afín por la parte del jiu jitsu, estaba en duda porque mi fuerte son los pies y el striking, que es lo que más me gusta”, relató el Plena, quien finalmente se animó a subirse al octógono.

“Las oportunidades en MMA son más claras a nivel mundial y el deporte está más establecido en todos lados. De kickboxing o muay thai hay peleas, pero no terminás de hacer carrera. Fui a Chile, estuve en Argentina y peleé contra paraguayos, pero siempre volvés a lo mismo. En MMA se pueden abrir otras puertas a nivel profesional para llegar a las grandes ligas, que es el sueño de todo peleador”, narró.

Apostó a las artes marciales mixtas, se sintió a gusto y hoy es en lo único que compite. En mayo de 2022, tuvo su primera pelea y ganó, como las ocho restantes. Cinco fueron ante luchadores argentinos, uno contra un peruano y las restantes frente a uruguayos. Hoy, avizora el horizonte fuera de fronteras y se ilusiona en grande.

“La última pelea, contra un argentino, iba a ser con un ecuatoriano, pero se bajó. El tema es que acá en Uruguay he peleado contra todos. Dentro de lo que se puede, se buscan rivales, y casi siempre son argentinos. Me he medido con brasileños y chilenos, y por eso también es la decisión de viajar, para crecer. No quiero estancarme en el mismo nivel”, reconoció.

“Siento que estoy en el momento clave para dar el paso. Ahora estoy planeando un viaje a Estados Unidos para entrenar, competir y tratar de ir a buscar las oportunidades. Quiero entrenar allá y creo que pueden salir peleas. Estando ahí puede darse más rápido. Mi idea es llegar al UFC, que es la meca del MMA”, contó con visible entusiasmo.

Si bien sus resultados en la categoría pluma (hasta 66 kilos) están siendo positivos, con un récord de 9-0, sabe que el empujón que le falta requiere viajar. “En el deporte, si no hay contactos, se hace difícil. Llegar estando acá, en un país tan chico, es difícil. La idea es estar allá entrenando con peleadores top y ser más visible para que las oportunidades lleguen”, dijo.

Convencido de ir a buscar esas chances, hará una apuesta económica para perseguir el sueño. “Si bien somos profesionales desde el hecho de ser aplicados, no se gana bien, tenemos muchos gastos y es muy exigente. Los gastos corren por cuenta de nosotros”, comentó el Plena, quien partirá con destino a Miami el próximo 13 de setiembre.

Fotos: @fakunvazph) / Difusión Plena Pintos

Fotos: @fakunvazph) / Difusión Plena Pintos

“Ahora me voy a costear todo yo. Tengo algunos sponsors que me van a ayudar, pero la idea es ir y arriesgar, pagar entrenamientos hasta que alguien me vea”, relató Pintos, cuyo sustento económico diario está vinculado directamente a su pasión, aunque desde el rol de entrenador en el Diamond Project, más conocido como Team Plena.

“Yo soy peleador profesional, pero no peleamos tan seguido como para estabilizarnos cómodamente y dedicarnos 100% a esto. Mi estabilidad me la dan las clases de combate. En mi gimnasio tengo un equipo de peleadores y damos clases de boxeo, K-1 y muay thai”, contó Pintos, quien se prepara para cada pelea con Agustín Zas en el Azeta Team y con Juan Souto, su técnico de boxeo.

 Hoy no tiene una pelea fijada como la próxima, porque el foco lo puso en el viaje y reconoce estar “en la edad límite para llegar a una buena franquicia, porque por lo general hasta los 39 años se puede pelear”, más allá de que “depende del rendimiento y el físico de cada uno”, y él se siente “joven y sin lesiones”. Por tanto, cree que podrá “pelear hasta los 38 años”.

Su último combate, ganado por nocaut ante el argentino Eduardo Cajal el pasado 17 de agosto, por el título del Samurai Fight House, le dio el envión anímico que necesitaba antes de lanzarse por su sueño. “Es ahora, porque después se va el tren. Ya tengo los pasajes y voy a Miami al menos tres o cuatro meses, lo que me permita la visa, para crecer allá y buscar alguna buena oportunidad”, contó Gustavo Pintos, quien mueve los puños a ritmo de plena y con ganas de más.