Luego de los graves incidentes ocurridos el pasado domingo en el Estadio Centenario durante la final clásica del torneo Intermedio entre Peñarol y Nacional, que terminó con la consagración carbonera, el ministro del interior, Carlos Negro, solicitó una reunión con ambas instituciones y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

El objetivo del encuentro era “plantear una revisión de todos los elementos que tienen que ver con la seguridad de los espectáculos deportivos, tanto en lo que corresponde a la Policía como los de la seguridad privada de los organizadores”, según explicó el Ministerio del Interior.

Por Peñarol asistieron el presidente, Ignacio Ruglio, y el vice, Eduardo Zaidensztat; por Nacional el mandatario Ricardo Vairo, el vice Flavio Perchman y el delegado Enrique Campos; y por AUF el jefe de seguridad Gustavo Mariossa, Matías Pérez de los grupos de interés y Sergio Pérez Laudo en representación de los clubes.

También asistieron el director de investigación de la Policía Nacional y el director nacional de la Policía, y los delegados de seguridad de cada club.

El mitin fue iniciado con un monólogo de Negro, quien aseguró que, por ley, la seguridad en los estadios es responsabilidad de los organizadores porque, si bien es un espectáculo público, el evento es organizado por privados.

En la reunión se planteó que se incrementen los controles en los accesos y se solicitó una serie de garantías para que los operativos de seguridad se puedan realizar como se planifican.

Las medidas tomadas se informarán a través del Ministerio.

A la salida del encuentro, Flavio Perchman dialogó con la prensa y dijo que “se habló de todos los sucesos que pasaron en el clásico y las medidas que se van a tomar de aquí en más, tanto preventivas como de alguna otra índole para que los espectáculos vuelvan a ser para la familia”.

“Nosotros les dijimos que no estamos pudiendo organizar con las herramientas que tenemos y que necesitamos otra participación de la policía”, señaló, y añadió que el Ministerio “está en camino” de identificar a las personas que lanzaron las bengalas: “Ojalá encuentren a los responsables y vayan presos”.

Con respecto al ingreso de la pirotecnia, “aparentemente no habría sido por la puerta de ingreso el día del partido”, por lo que fueron guardadas “días previos con la complicidad de alguien”. “La policía dice que no fue revisado todo el estadio”, siguió.

“Estas reuniones tienen que servir para mejorar. Se plantearon medidas que se van a notificar en tiempo y forma”, concluyó.

Quien también habló fue Ignacio Ruglio, que aseguró que “falta el brazo de la justicia para que cuando pasan este tipo de cosas también sea la justicia la que ponga condenas más graves”. “Encontramos en el Ministerio muchas ganas de hincarle el diente al tema”, amplió.

“Al principio, la reunión fue friccionada porque del lado de ellos ven una cosa y del lado nuestro vemos otra”, contó.

“Hay medidas que ni siquiera nos dieron como recomendaciones, sino como hechos que van a empezar a pasar por decreto”, como, por ejemplo, jugar “sin visitantes” los clásicos en el Campeón del Siglo y Gran Parque Central, y “guardadas de banderas en los estadios”.

“Hay algunas” medidas “que no van a ser simpáticas”, pero “las justificaron muy bien”: “En ningún momento sentimos que nos dijeron ‘decimos que se va a hacer esto y se va a hacer esto’. Hay informes de investigación”.

Carlos Negro quiere “hacer un chequeo general, a través de gente idónea, del funcionamiento de las cámaras” porque son del año 2014.

Los terribles sucesos

El hecho que empañó el clásico de este domingo ocurrió al minuto de juego, cuando una bengala náutica partió desde la Colombes, tribuna en la que estaban los hinchas de Nacional, e impactó en la ingle de un policía que se encontraba en el sector de prensa de la tribuna América.

El efectivo, de 47 años, fue trasladado de inmediato al Hospital Policial, donde quedó internado en cuidados intensivos tras una operación para extirparle un testículo.

Pero Peñarol también se enfrenta a una posible sanción, ya que una bengala salió desde la tribuna Ámsterdam y cayó en la Colombes, sector cercano a la América.

Por otra parte, ambas parcialidades exhibieron banderas robadas del tradicional rival como “trofeo” y se entonaron cánticos de asesinatos.

Además, la hinchada tricolor tiró pirotecnia hacia la cancha durante y después del partido.