La derrota de Peñarol por 2-0 ante Cerro en el Tróccoli mostró caras de mucho enojo entre jugadores y cuerpo técnico por el inesperado revés, que además se suma a otra series de inconvenientes que dejó el encuentro.

Los aurinegros en lo que va de la Liga Uruguaya de Fútbol, dejaron 33 puntos en total, 20 de ellos (10 en el Clausura) fueron en las canchas de los equipos menores (no se contabiliza el Centenario), es decir más del 50% de los puntos que dejó por el camino fueron en esta condición.  

El duelo ante los albicelestes pasó a ser parte de esa estadística que tanto incomoda y la salida rápida del plantel del Tróccoli, entre motivos de  seguridad y las pocas ganas de encarar a los periodistas en un día inhóspito y de resultado adverso, hizo que la delegación partiera sin dar declaraciones.

Más malas

Pero a todo eso hay que sumarlo algunos hechos más que complicarán de cara al futuro, uno de ellos la salida del capitán, Maximiliano Olivera, en el primer tiempo por una dolencia física.

El lateral pidió el cambio al DT y fue reemplazado por Lucas Hernández, llegando al banco entre gestos de frustración, mostrando la zona afectada donde se colocó hielo y tapándose la cara una y otra vez.

En principio, el diagnóstico primario de la sanidad fue una molestia en isquiotibiales de la pierna derecha, debiendo esperar los exámenes médicos para saber el alcance de la ausencia en plena definición del torneo.

Pero además hay que adicionarle que Emanuel Gularte recibió su quinta tarjeta amarilla, por lo cual estará suspendido en el duelo del fin de semana venidero ante Defensor Sporting en el Campeón del Siglo, mientras que Ignacio Sosa y Eric Remedi llegaron a cuatro y quedaron en capilla.

Por último se sigue manteniendo la estadística de Brayan Cortes que sigue sin poder mantener su valla en cero de visitante en el torneo.