El exarquero Juan Castillo habló en extenso con el programa Poco se habla de Dopamina, y aseguró que “pocos entrenadores saben lo que siente un golero a la hora de jugar y de tomar decisiones”, por lo que “no saben manejar las situaciones” como la que se presentó en Peñarol con Guillermo de Amores y Martín Campaña ante la posible llegada de Fernando Muslera.

“Tenés que ser reservado en ese tipo de situaciones”, sostuvo, y recordó algo que le tocó vivir en su segunda etapa en Peñarol, cuando llegó desde Danubio en julio de 2013 y se fue libre a mediados de 2014. Retornó bajo la dirección técnica de Diego Alonso, quien renunció el 5 de octubre por malos resultados.

“No tuvimos un buen inicio: quedamos afuera de la Copa Sudamericana con Cobreloa y el arranque del Apertura fue malo, mío y de todo el equipo. De hecho [Alonso] me sacó y puso a Danilo Lerda. Lo echaron, vino el Tito [Jorge Gonçalves] y me puso de nuevo. Lo único bueno fue ganar el clásico”, reconoció sobre aquel Torneo Apertura 2013.

Condicionado por su participación en las Eliminatorias, que terminaron en noviembre de 2013 con la clasificación a Brasil 2014 tras ganarle la repesca a Jordania, se mantuvo en el equipo bajo las órdenes de Gonçalves, pero a Tito lo echaron el 27 de enero de 2014, tras los clásicos de verano.

“Llegó Jorge Fossati y me dijo que quería hablar conmigo. ‘Los dirigentes me ofrecieron nueve goleros. Me dieron una lista para que eligiera. Les dije que si tienen un golero de nivel de [Gianluigi] Buffon para competir con Castillo, que lo traigan. Si no, no me sirve ninguno’. Ya lo conocía de la selección y sabía los manejos particulares que tiene”, recordó.

“Empezamos el Clausura y levanté el nivel, pero el primer semestre me condicionó. Terminé la eliminatoria, clasificamos contra Jordania y el Maestro [Óscar Tabárez] me dejó afuera del Mundial de Brasil, que fue la tristeza más grande que viví en el fútbol”, admitió, y omitió mencionar sus buenas actuaciones en el Clausura 2014 y la presencia en el clásico que terminó en triunfo 5-0 en abril de 2014.

Peñarol terminó segundo a un punto de Wanderers y quedó afuera de la definición, pese a lo cual se mantuvo Fossati en el cargo. “Tenía contrato hasta diciembre y en el asado de fin de temporada le pregunté qué íbamos a hacer. Yo quería renovar, pero me dijo que no me iba a tener en cuenta. No le dije nada, pero imaginé que llegaría alguien del nivel de Buffon”, expresó.

Finalmente tampoco siguió Lerda y la elección fue dar lugar como suplente al joven Washington Aguerre, que por entonces tenía 21 años, y contratar al argentino Pablo Migliore, que “era uno de los nueve goleros que le habían ofrecido”.

“Me quedó eso porque no fue para nada leal. Yo ya sabía un montón de situaciones, pero te quedás con ciertas imágenes de los entrenadores en base a las experiencias que viviste con él. Yo ya sabía cosas de Fossati que no eran tan buenas y las confirmé en carne propia”, afirmó.

“Para peor, después entrené a Adriano Freitas en Atenas y en Rampla Juniors. En Los Aromos había una cañada, que ya no está, y Adriano me contó que Migliore se iba a jugar con una tortuga, hacía lo que quería”, concluyó.