Paraguay-Uruguay: la diferencia del análisis de Alfaro con Bielsa y la presión a Giménez

“Era la madre de todas las batallas; la piedra angular para la clasificación a la Copa del Mundo”, dijo Gustavo Alfaro, entrenador de Paraguay, luego de la victoria por 2-0 ante Uruguay en Asunción, en un partido que tuvo un “arranque de dominio uruguayo”.

Si bien coincidió en el comienzo del análisis con Marcelo Bielsa, luego marcó una discrepancia. El seleccionador de la Celeste dijo que su equipo dominaba hasta el gol del 1-0, pero para Alfaro “antes del gol Paraguay le mandó alertas”.

La explicación táctica

“El partido en el arranque fue incómodo porque no encontrábamos las distancias justas para estar cerca de los receptores. Cuando Uruguay movía la pelota en el fondo, y atacaba por su sector derecho, Juan Cáceres [lateral derecho] cerraba la posición defensiva y Uruguay cambiaba de frente para [Maximiliano] Araújo, que recibía, lo iba a enfrentar y con velocidad lo arreaba y terminaba en un centro o en un córner”, explicó.

“Lo mismo nos pasaba con Junior Alonso [lateral izquierdo] contra Facundo Pellistri del otro lado. [Giorgian] De Arrascaeta se tiraba atrás y [Pablo] Cubas lo esperaba en zona. Empezamos a corregir los espacios porque de pronto Toni [Sanabria] lo presionaba a [José María] Giménez, pero Miguel [Almirón] no iba rápido contra [Mathias] Olivera, entonces la pelota llegaba rápido para Olivera o para Araújo”, agregó, y enumeró “avisos” que dio su equipo antes del gol.

“Hubo un remate de Miguel en el borde del área y otras que no terminamos bien el último pase. Ajustadas las distancias, en una recuperación y verticalización terminamos asistiéndolo a Julio [Enciso] para que asistiera a Mati Galarza [autor del primer gol]. Ahí ya habíamos ajustado detalles de corrección. Ya le habíamos mostrado nuestras uñas a Uruguay, y que si le conquistábamos la pelota en la mitad de la cancha y no en el área nuestra, le podíamos hacer daño”, señaló.

“Me permito disentir en ese aspecto. Ya un ratito antes Paraguay había corregido lo muy bueno que hizo Uruguay en el arranque. Terminamos ajustando mejor las marcas y las presiones, pero no las terminábamos de hacer bien. En un momento [Manuel] Ugarte o se metía entre los centrales o se tiraba a la derecha para hacer una línea de tres y así poder salir. A veces Julio quería ir a presionar ese lugar, [Nahitan] Nández o De Arrascaeta iban a buscar, le quedaba lejos a Diego Gómez y la pelota iba vertical por adentro. Cuando nos cerrábamos a marcar, la pelota iba por afuera y nos doblaban para terminar por los costados. Eso lo corregimos en el entretiempo”, detalló.

La presión a Josema

“¿Cuántos equipos tienen el privilegio de ganarle a Argentina, a Brasil y a Uruguay? Son muy pocos, y éstos chicos lo consiguieron. Eso pone en dimensión lo que consiguieron, con la seriedad y aplicación que jugaron, con la manera que se desdoblaron”, apuntó Alfaro, quien ganó los cinco partidos que dirigió como local y empató los cuatro que disputó de visitante.

“Sabíamos que iba a ser un partido incómodo por la verticalidad, presión e intensidad que tiene Uruguay, pero si teníamos la capacidad de dominar la pelota en zona de tres cuartos, con movilidad y velocidad le podíamos generar estragos a una defensa que intentaba achicar espacios y presionar rápido tras la pérdida de la pelota”, expresó.

“Teníamos claro que teníamos que presionar el sector izquierdo de la defensa y no el derecho, por una cuestión de perfiles; a Giménez le quedaba la cancha al revés siendo derecho y jugando por izquierda. El tema era salir por ahí para achicarle los espacios y no darle los espacios en el medio para que pudieran hacerse de la pelota y después nos obligaran a abrirnos y atacarnos con velocidad. Uruguay hace muy bien eso y pone mucha gente en ataque”, analizó.

“Cuando terminó el primer tiempo les dije: ‘Muchachos, muy bueno lo que hicieron, pero no alcanza. Si pensamos que aguantando el 1-0 vamos a ganar, lo más probable es que lo perdamos. Porque si nos empatan, vamos a querer salir a buscar y ahí es el partido de Uruguay. Tenemos que convertir el segundo gol. Si no convertimos el 2-0, el partido no se define. Hay que esperar y estar alerta porque alguna chance va a aparecer’. Y eso es lo que hizo el equipo”, destacó.

“Cuando Uruguay se vaya de la cancha, ahí festejamos”

“Si bien nos ganaron muchos rebotes en pelotas divididas en la mitad de la cancha, lo que nos quitó la posibilidad de asumir la continuidad, todo el bloque ofensivo hizo un trabajo tremendo en las presiones y el bloque defensivo en tratar de no dar espacios y en doblar las marcas en los costados”, ponderó Alfaro.

“Había que tener mucho cuidado en las pelotas paradas porque nosotros somos fuertes pero Uruguay también es muy fuerte, y en ese sentido el equipo estuvo muy firme. Era un partido de detalles, y los detalles terminaron marcando las diferencias”, afirmó el entrenador argentino.

“Les dije a los muchachos: ‘Termina el partido y esperen que Uruguay se vaya de la cancha. Cuando Uruguay se vaya de la cancha, ahí sí nos abrazamos y festejamos’. Porque Uruguay pelea hasta el final. Y eso es lo que nosotros también hacemos, o lo que históricamente Paraguay siempre hizo. Eso fue lo que nos dio la posibilidad de conquistar esta victoria”, remarcó.

“El otro día miraba el ranking FIFA y es increíble el nivel de los países de Sudamérica, lo que marca el nivel de dificultad de los partidos. Lentamente Paraguay está recuperando su lugar en Sudamérica. Entre las selecciones más competitivas del mundo, Paraguay sigue dando pasos de crecimiento”, agregó Alfaro, dentro de una conferencia de prensa que duró 50 minutos.