Este innovador modelo, fomentado por la RFU como pilar de la campaña ecológica "Recycle for Rugby" para que los aficionados tomen conciencia, se despega de los típicos teléfonos celulares compuestos de módulos, paneles flexibles y pantallas curvas. Sin ir más lejos, puede ser considerado el Smartphone más extravagante de los últimos tiempos.
Con esta iniciativa, O2 rompe paradigmas y crea un modelo llamativo y a su vez excéntrico en todos los sentidos. La elaboración del dispositivo llevó unas 240 horas aproximadamente, y en su fabricación se utilizó pasto congelado del estadio de Twickenham: el escenario más importante del rugby mundial y donde se jugará la final de la Rugby World Cup 2015.
El diseñador en jefe de la firma DesignWorks, Sean Miles, fue el principal responsable de dar vida al prototipo. Consultado al respecto, Miles aseguró que lo hizo "con la intención de demostrar que ciertas tablets, reproductores MP3 y smartphones considerados como basura, todavía pueden ser usados para darle vida a nuevos modelos".