Contenido creado por Gonzalo De León
Básquetbol
¿Y los NBA?

Mundial de básquet: Serbia y Alemania dieron la nota y se metieron en la gran final

Los serbios dominaron el partido y vencieron 95-86 a Canadá, mientras que los teutones se impusieron por 113-111 a Estados Unidos.

08.09.2023 11:58

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2023-09-08T11:58:00-03:00
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Serbia acabó este viernes con el favoritismo de Canadá (95-86) para, con un partido sobresaliente de Bogdan Bogdanovic en el que minimizó a Shai Gilgeous-Alexander, acceder a una final en la que ya espera rival. Era la primera semifinal de un Mundial para Canadá en toda su historia y la tercera de una Serbia veterana, oficiosa y a la que, por supuesto, le sobra el talento.

Esa condición de inexperiencia norteamericana se palpó en la madera del Mall of Asia Arena de Manila. Serbia fue un torbellino, guiada por un Bogdanovic desatado, y Canadá se vio sumamente sobrepasada por la situación, quizá por primera vez desde que comenzara la aventura mundialista por el sudeste asiático. El plan de Pesic Svetislav salió a la perfección desde el inicio, con un parcial de 8-0 con triples de Ognjen Dobric y Bodgan Bogdanovic que colocaron el 8-1 en el marcador, la primera gran ventaja del partido.

La calidad que tiene la selección de Fernández le permitió, aunque desubicada durante gran parte del partido por el planteamiento serbio, frenar en gran medida las hemorragias que iban surgiendo durante el duelo, que pudieron ser mucho mayores. Con dos triples de Rj Barert y Olynyk consiguieron reducir esa primera, pero fue un espejismo en un primer cuarto dominado al completo por una Serbia que, curiosamente, fue capaz de hacer mucho daño en transiciones rápidas, la especialidad de la selección norteamericana. Un parcial de 11-0 colocó el 21-13 que Jordi Fernández no podía entender desde el banquillo. Canadá estaba muy superada, Serbia iba volando.

Y no bajó ni la intensidad ni el ritmo en el segunda cuarto el combinado europeo, consciente de que a Canadá le hacía falta poco para ponerse de nuevo a la altura y recortar la ventaja. Fue una exhibición la defensa serbia y con dos mates de Milutinov (16 puntos), de nuevo en esas transiciones rápidas, aumentó la ventaja a 10 puntos. Ya no era solo el gran partido serbio en defensa, es que Canadá falló todo lo que no había fallado hasta el momento. Shai Gilgeous-Alexander no solo no tuvo su tarde anotadora, sino que se cargó de faltas antes del descanso. Su tercera supuso el +15 Serbia, que acabó siendo un +13 al descanso (52-39).

Solo 5 puntos de Shai al descanso, 15 al final del partido, insuficiente para llevar a Canadá a la gran final. Bogdanovic fue decisivo en el primer tiempo, pero en el segundo fue estelar. Canadá acabó con 17 faltas al descanso y 3 de ellas fueron de Shai, evidenciando la frustración de una selección no acostumbrada a tener problemas en el ataque. Serbia tenía todo de cara para el segundo tiempo, le quedaba dar el golpe definitivo sobre la mesa ante una de las potencias mundiales del baloncesto. No le tembló lo más mínimo el pulso y exhibió superioridad por doquier en Filipinas, con un Bogdanovic verdaderamente desatado que acabó el partido con 23 puntos.

Intentó responder Canadá con Brooks desde la línea de tres, pero Serbia contrarrestó todas las buenas acciones canadienses con precisión en la zona, agresividad en la zona y confianza en las circulaciones. Una actuación coral con un director, Bogdanovic, que se paseó por Manila y señaló el camino a la final. Canadá quedó contra las cuerdas. Tuvo que parar Fernández para echar una reprimenda monumental a los suyos a falta de poco más de cinco minutos: “Luchen juntos”, dijo con el marcador 82-65 en busca de una reacción en sus jugadores, afectados por la incapacidad e hacer daño a Serbia.

Pero a falta de pocos más de un minuto, viendo que la ventaja de más de 10 puntos era insalvable, fue el propio Jordi Fernández el que sacó la bandera blanca y dio minutos a los menos habituales. Serbia estaba en la final. La subcampeona en 2014, que cayó ante Estados Unidos posible finalista, y medalla de plata en Río 2016, está de nuevo en otra gran final. Bogdanovic, el ogro para los canadienses, fue el gran artífice de otra jornada histórica para el baloncesto serbio.

Alemania logró en Manila (Filipinas) lo que parecía imposible: dejar a Estados Unidos sin final, por segundo Mundial consecutivo para los norteamericanos. Y lo hizo de manera más que meritoria (111-113), con una actuación coral para enmarcar, con la que minimizaron a la absoluta favorita para alzar el torneo, que a punto estuvo de darle la vuelta al marcador con un último cuarto abrumador.

El partido fue una oda al baloncesto ofensivo, una final anticipada entre dos equipos que bien fueron merecedores de haber peleado por la corona mundial. Al descanso, 119 puntos anotados, récord histórico. Un espectáculo en el que la defensa, pese a estar en un partido FIBA, pasó a un segundo plano. Alemania, sin complejos y sin miedo ante la todopoderosa Estados Unidos, quería alcanzar por fin su primera final de un Mundial; el Dream Team, por su parte, plagado de talento joven que no estará en los Juegos Olímpicos, a los que acudirán las grandes estrellas de la NBA, quería hacer valer los pronósticos que la colocaban como finalista. Ninguno quiso dar su brazo a torcer.

Empezó mejor Alemania, que consiguió una buena ventaja de 6 de puntos en los primeros minutos. Una muy buena carta de presentación con los Franz Wagner (24 puntos) y Andreas Obst (22) brillando que ya puso sobre el tablero las intenciones de una Alemania que, con su juego combinativo, con pases precisos, rápidos y con sentido dentro de la zona, desarboló la defensa estadounidense. Y con una discreta actuación de Dennis Schroeder (17), que esperó a los compases finales para erigirse como pieza clave.

Reaccionó el combinado norteamericana de la mano de Austin Reaves (21 puntos) y Anthony Edwards (23) al final del primer cuarto, que restablecieron la igualdad a 29 para encarar finalmente el túnel de vestuarios dos por debajo de los germanos (31-33). Apareció el 'Team USA' justo para evitar que Alemania se marchara fácil en el marcador.

El ritmo no dio tregua en el segundo cuarto. Un duelo sin complejos, sin miedo y plagado de talento en ambos lados. Franz Wagner y Andreas Obst lideraron el sólido bloque alemán en el primer tiempo con 12 y 9 puntos, respectivamente. Edwards, Reaves y Bridges dieron el do de pecho por el lado americano y decantaron la balanza por la mínima (60-59). La igualdad era máxima. Las sensación de que todo abierto y de que el partido volvía a empezar se apoderó del Mall of Asia Arean de Manila (Filipinas).

No le pudo la presión a Alemania, que con personalidad fue capaz de apagar poco a poco a la selección que entrena el mítico Steve Kerr y darle la vuelta al marcador, rubricando incluso una ventaja de 9 puntos (75-84) que puso contra la lona a unos Estados Unidos que se fueron 10 abajo (84-94), acostumbrados a estas alturas de partido, salvo contra Lituania, a ir mandando con holgura en el marcador. Un tercer cuarto perfecto del combinado germano, con un parcial total del 24-35 que mostró las virtudes de esta gran Alemania que tenía en la palma de su mano la primera final de su historia. Sufrió más de lo esperado, Estados Unidos no se bate tan fácil, pero no la dejó escapar.

Entre Wagner, Obst y Theis, soberbios durante todo el partido, y la aparición clave de Schroeder, Alemania se encargó de cerrar el perfecto trabajo que habían iniciado. Tuvo que aguantar las embestidas de Estados Unidos, que a falta de cuatro minutos estaba solo 6 abajo (100-106). Un triple de Edwards redujo a tres la ventaja (103-106). El combinado norteamericano había reaccionado con un parcial de 9-0 y aplacó la euforia alemana, que en ese momento tuvo que sacar a relucir toda su personalidad. Y quién mejor que el líder de esta selección que en cuartos tuvo, según sus palabras, el pero partido de su carrera. Schroeder anotó una canasta balsámica que dio respiro. Obst anotó de tres (107-111) tras sendos fallos del propio Schroeder y de Edwars.

Final de infarto. Gran defensa de Bonga y canasta de Schroeder. Volvió a golpear EEUU (109-113) y, con todo a favor para acercarse en el marcador, Edwards, suspendido en el aire, perdió la posesión a falta de 30 segundos cuando tenía todo para tirar. Reaves anotó, pero fue insuficiente (111-113), restaba menos de un segundo en el marcador. Alemania jugará la primera final de su historia con el aval de haber dejado a la todopoderosa Estados Unidos por el camino. En frente tendrá a Serbia, que llega con el gran aliciente de haber dejado también fuera a la favorita Canadá. Duelo del baloncesto europeo por heredar la corona mundial.

Lo que sigue

Sábado 9
05:45 / Italia-Eslovenia (Puesto 7 al 8)
09:30 / Letonia-Lituania (Puesto 5 al 6)

Domingo 10
05:30 / Estados Unidos-Canadá (Tercer puesto)
09:40 / Alemania-Serbia (Final)

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